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Los recortes en sanidad en España ponen vidas en riesgo, según un estudio

Un informe del 'British Medical Journal' alerta que la austeridad tendrá un coste en aumento de suicidios, sida o tuberculosis

Foto: atlas | Vídeo: Atlas / LUIS SEVILLANO
María R. Sahuquillo

Los recortes, el aumento del copago farmacéutico y la exclusión sanitaria pueden tener efectos demoledores en la salud de los españoles. Esta es la conclusión y la llamada a la alerta de un artículo publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal (BMJ) que duda, además, de que esas medidas de ahorro están basadas en evidencias probadas. El trabajo, realizado por investigadores de la London School of Hygiene & Tropical Medicine de Reino Unido, analiza el impacto del tijeretazo en los presupuestos sanitarios (desde 2010 se ha recortado 150 per cápita en un presupuesto que ya era de los más bajos de la UE), que ha tenido un “impacto desproporcionadamente alto” en personal y políticas de salud pública.

Un recorte que no va parejo al aumento de la demanda asistencial de personas dependientes, discapacitados o ancianos, que pierden a la vez otras prestaciones sociales. “¿Por qué hay que cambiar un sistema como el español, con buenos indicadores y de los más baratos, cuando en época de crisis la evidencia muestra que habría que protegerlo porque las enfermedades crecen”, reclama Helena Leguido-Quigley, investigadora principal del artículo.

Sanitarios catalanes alertan de que los recortes "están matando gente"

El aumento del desempleo deriva, indican por ejemplo, en un aumento de las enfermedades mentales, como la depresión, que ha aumentado un 19,4% desde 2006, o el alcoholismo. Algo que es tangible en Grecia donde han aumentado los suicidios. Allí, los efectos de la crisis en la salud han sido abismales, con casos de desatención flagrantes y un aumento de las enfermedades infecciosas, como la tuberculosis o VIH. Si la tendencia no cambia, existe el riesgo de que en España ocurra algo similar. Sobre todo, apuntan los científicos, después de que se consolidase la exclusión sanitaria a los extranjeros en situación irregular, que desde septiembre solo tienen acceso a urgencias, parto, posparto y pediatría en las comunidades que han seguido a rajatabla la medida del Ejecutivo de Rajoy. Otras, como Asturias, Andalucía o País Vasco la han eludido tanto por considerarla injusta como por sus futuros costes en salud.

El Ministerio de Sanidad, sin embargo, sostiene que no está demostrado el aumento de las patologías mentales a raíz de la crisis, y que, en realidad, las patologías infecciosas, como la tuberculosis, se han reducido. El departamento de Ana Mato insiste, además, en que el sistema sigue siendo universal.

En España faltan aún datos consistentes para trazar una radiografía más amplia, insisten los investigadores. No obstante, explica el profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública José María Martín Moreno, la situación de España aún está muy lejos de la griega y hay capacidad de reacción. “Hay que buscar la evidencia científica y un mejor consenso para que esto sea sostenible y efectivo”, dice. Martín Moreno deja claro que las medidas de austeridad no han sido exclusivas del Gobierno central actual; también el anterior y las distintas Administraciones regionales y que muchas de ellas han sido inducidas por instancias europeas. “Pero se precisan medidas más articuladas y debatidas, no hacer experimentos”, añade.

Y es que uno de los principales problemas que destaca el estudio es la falta de consenso que rodeó la aprobación del decreto de la reforma sanitaria que se aprobó en abril de 2012 por la vía de urgencia para escapar del debate. También la ausencia de una base sólida para sustentar medidas como la privatización de centros de salud y hospitales —como está haciendo Madrid.

“Aún se puede reaccionar, pero se precisan medidas más debatidas", dice Martín Moreno

El trabajo de campo no arroja tampoco un panorama halagüeño. Las entrevistas realizadas por la investigadora principal a 34 profesionales sanitarios (en su mayoría médicos) de Cataluña —donde se iniciaron los recortes— muestra preocupación por un sistema que parece derrumbarse. Uno de los profesionales enumera, por ejemplo, cómo el recorte presupuestario provocó el cierre de camas en su hospital y relata su alarma y su preocupación ante la reducción de la asistencia. Otro, reconoce que los recortes están “matando gente”.

“No se puede sacar un dato cuantitativo de esas entrevistas y sus respuestas no son extrapolables a todo el país, pero dan una idea de cómo está el sistema”, apunta Legido-Quigley que explica que a este trabajo, que busca despertar el debate para encontrar soluciones, le seguirá otro más a fondo sobre la situación de España y del resto de países de la UE.

Martín Moreno menciona alternativas a las medidas de austeridad que ya se están poniendo en práctica, como la potenciación de programa de salud pública, una rigurosa evaluación en cuanto a coste-beneficio de las tecnologías sanitarias para algunas propuestas o la apuesta por los centros de atención primaria; un escalón en la atención que evita gastos y problemas posteriores.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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