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Los ministros de Pesca aceptan repartir las cuotas con criterios medioambientales

La UE cierra el acuerdo para reformar la política pesquera y acabar con los descartes

La Unión Europea ha acordado esta madrugada la política pesquera común (PCC) para los próximos 10 años con los términos esenciales propuestos por los ministros de Pesca de los 27, como la reducción progresiva de los peces que se tiran por la borda o que el objetivo del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) en esta actividad no sea obligatorio hasta 2020. Los Gobiernos también han hecho algunas concesiones, han aceptado que el reparto de las cuotas pesqueras para cada país se haga no solo con criterios históricos, sino teniendo en cuenta también otros factores como el impacto social sobre el medio ambiente, el historial de cumplimiento legislativo de los Gobiernos o la contribución a la economía local. Los eurodiputados han pedido que el reparto de posibilidades de pesca entre los Estados tenga en cuenta la flota artesanal porque es la que más empleos crea y pesca de manera sostenible.

El nuevo modelo, pactado entre la Eurocámara, el Consejo de Ministros de los 27 y la Comisión, supone un cambio "radical", pero también "viable y realista", según el ministro irlandés de Pesca, Simon Coveney, que ha coordinado las negociaciones.

Uno de los elementos clave de esta reforma es poner fin a la práctica de devolver al mar la pesca, ya muerta, que no interesa a la flota por su escaso valor comercial o por las dificultades para conservarla en alta mar. La comisaria del ramo, Maria Damanaki, con el respaldo de los ecologistas, intentó inicialmente que se vetaran estos descartes de manera total e inmediata, pero finalmente se permitirá un margen mínimo que se reducirá de manera progresiva del 7% al 5%. La lucha de Damanaki se centra ahora en conseguir "un presupuesto que esté a la altura".

El texto que han cerrado las instituciones esta madrugada, tras meses de intensas negociaciones, recoge a grandes rasgos la posición de los 27, también al limitar el objetivo de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) en 2015 "cuando sea posible", y en 2020 en todos los casos.

La representante del Parlamento en las negociaciones, la socialista alemana, Ulrike Rodust, ha admitido que han "cedido" y aceptado una "modulación", aunque el acuerdo final atiende a su petición de que los niveles de biomasa de los stocks sean tenidos en cuenta junto al factor de la mortalidad a la hora de calcular el RMS.

El consenso deja aún "algunos aspectos técnicos pendientes", según el ministro irlandés. Estos trabajos y la trasposición en un texto oficial se retrasarán aún unas semanas, quizá hasta julio.

Las organizaciones ecologistas, satisfechas, han alabado el papel que han jugado los principales negociadores. Ya están pensando en el siguiente paso. "El Parlamento y el Consejo aún tienen que resolver cuestiones técnicas y acordar un futuro régimen comunitario de subvenciones a la pesca" , afirmó Uta Bellion, del grupo de presión Ocean 2012 y representante de The Pew Charitable Trusts.

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