Cátedra al raso contra los recortes

Contra todo pronóstico meteorológico, la lluvia no llegó y Madrid se ha convirtido hoy en una enorme y soleada aula al aire libre para protestar contra el “estrangulamiento económico” de los campus, la subida de tasas y la “merma de autonomía”, como denunciaba el comunicado que se ha leído antes de cada una de las 560 clases y actividades impartidas en la protesta social #launienlacalle, en la que participaron más de 600 docentes y miles de alumnos de las seis universidades públicas madrileñas, además la universidad pública a distancia (UNED) y el CSIC.

“Tenemos el deber cívico de empezar a cambiar las cosas aquí y ahora”, reflexiona el profesor de Ciencia Política de la Autónoma Carlos Taibo en la Puerta del Sol. Además de denunciar recortes —los presupuestos universitarios de las Administraciones han perdido más de 1.200 millones desde 2010—, los participantes reclaman que se retiren las reformas del Ministerio de Educación (la de la educación no universitaria, Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa, en tramitación, y el decreto 14/2012 de ajustes aprobado el pasado abril). Además, exigen que se aparque el informe de expertos recientemente publicado sobre el futuro de la universidad que, en su opinión, significaría la privatización y merma de la democracia interna. Al tiempo que la protesta se empezaba a desarrollar en la calle, el Consejo de Gobierno de la Universidad Politécnica de Madrid aprobaba el despido de 301 trabajadores del PAS (Personal de Administración y Servicios) del campus. Parte de los actos del día se dedicó a estos empleados.

La protesta se ha extendido por la ciudad de Madrid y otros cuatro municipios de la comunidad (Leganés, Getafe, Alcalá de Henares y Collado Villalba) y ha llegado a la Cañada Real, el asentamiento ilegal de 14,4 kilómetros y 8.600 vecinos al que las Administraciones buscan solución desde hace años. Una decena de profesores de Trabajo Social y Sociología de la Complutense y 300 alumnos ha visitado la vía pecuaria. “Hemos querido llevar la realidad social a la Universidad”, explicó el docente Luis Nogués. El máster que imparte ha pasado de 1.400 a 4.000 euros en un solo curso. “Unos 100 alumnos han abandonado por problemas económicos, eso es inaceptable”.

Otro grupo de profesores se ha dejado vendar los ojos y tapar la boca en una performance en pleno centro. Son docentes no permanentes (casi el 50% de las plantillas, según sus estimaciones) cuyos sueldos oscilan entre los 650 euros de un asociado y los 1.500 para ayudantes doctores. “Tenemos las mismas obligaciones que un titular, igual dedicación, pero cobramos la mitad o menos”, se lamenta Isabelle Marc, del departamento de Filología Francesa de la Complutense. Se formó durante más de 10 años, ha demostrado experiencia docente suficiente y las 15 publicaciones que se le exige para obtener la acreditación de titular, pero trabaja en un escalón inferior. “Nosotros hemos cumplido nuestra parte, pero la Administración no ha cumplido la suya”, se queja.

“Pedimos al ministro [de Educación, José Ignacio] Wert que pare ya los recortes y se siente a hablar con nosotros”, solicitaba a media tarde Rafael Escudero, profesor de Filosofía del Derecho de la Carlos III, tras destacar “el éxito de la jornada”. Quieren colaborar en que los campus se gestionen mejor, asegura, pero “con líneas rojas”. Mercedes del Hoyo, directora del Departamento de Ciencias de la Comunicación II de la Rey Juan Carlos, lo explica de una forma más llana. Su campus ha perdido “unos 200 profesores” y el presupuesto de su departamento, con 40 docentes, ha pasado de 14.000 a cero euros. “Una cosa es gestionar mejor el gasto público y otra eliminarlo. Es como el chiste, te duele la cabeza y entonces te la cortas”.