Agricultura y Bruselas descartan riesgos por la carne de caballo
Agricultura señala que la carne de caballo tiene todos los controles sanitarios
La Comisión Europea (CE) ha considerado esta tarde que el hallazgo de carne de caballo en hamburguesas vendidas en varias cadenas de supermercados de la marca Tesco, en Irlanda y Reino Unido, no afecta por el momento a la seguridad alimentaria en la Unión Europea. Así lo ha asegurado el portavoz del ramo, Frédéric Vincent, tras ser preguntado en una rueda de prensa sobre la investigación abierta por la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI), después de detectar ADN equino en esos productos cárnicos.
Aunque Bruselas aún a la espera de que Irlanda de más explicaciones sobre lo sucedido, Vincent ha descartado que sea "hasta la fecha" una cuestión de seguridad alimentaria. Según este portavoz, la presencia de ADN de caballo y cerdo en la carne tras una revisión de las autoridades irlandesas en tres procesadores de alimentos de estos dos países se debe, según ha señalado, a la presencia de restos de un tipo de carne en un producto donde no debería estar".
Con todo, fuentes del ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España señalan que la carne de caballo "es un producto que se produce, sacrifica y comercializa como cualquier otra carne y que está sometida a los mismos controles sanitarios".
Desde este ministerio confirman que en España existen explotaciones y establecimientos donde se produce carne de caballo, pero su consumo, aseguran, es muy limitado. "Nuestra producción se comercializa en su mayor parte en el exterior. No es por tanto sorprendente que pueda aparecer carne de caballo española en otro país", se refiere esta misma fuente.
Las primeras sospechas apuntan a que se debió a un simple "accidente"
La Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda ha iniciado, por su parte, una investigación para determinar cómo llegó la carne equina a las hamburguesas; las primeras sospechas apuntan a que se debió a un simple "accidente", tal y como ha declarado el director de protección del consumidor de dicho organismo, Raymond Ellard, a la cadena pública irlandesa (RTE).
Hasta el momento, las autoridades sanitarias irlandesas han analizado 27 muestras de hamburguesas congeladas con fechas de caducidad fijadas entre junio de 2012 y marzo de 2014: el 37 % contenía rastros de ADN de equinos y el 85 % de porcinos, según han determinado. Además, de las 10 muestras que han dado positivo, nueve contenían en torno a un 0,1 % de carne de caballo, mientras que en una del supermercado británico Tesco, el nivel llegó hasta el 29,1 %, han indicado.
Los productos contaminados fueron elaborados en dos plantas alimentarias de la República de Irlanda y en otra ubicada en Reino Unido, y se vendían en seis cadenas de supermercados: Tesco, Dunnes Stores, Lidl, Aldi e Iceland. De ellas, Iceland, Lidl, Aldi y Dunnes han decidido retirar del mercado sus hamburguesas de vacuno.
Según ha precisado Ellard, las compañías productoras no se dedican "a la compra o tratamiento" de carne equina. "Los ingredientes crudos de caballo hallados en estas plantas provienen de Holanda y España", ha indicado.
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