Fármacos para síntomas poco graves dejan de financiarse

Los medicamentos van a aportar el grueso del ahorro del plan de ajuste del Gobierno. El real decreto que se dio a conocer este martes establece un mecanismo para sacar de la financiación pública ciertos productos. Se trata de los medicamentos que tienen a la vez la posibilidad de adquirirse con receta y sin ella.

Anepf, la patronal del sector de los medicamentos que se venden sin receta, llevaba tiempo proponiendo esa medida. Carmen Isbert, directora técnica de esta patronal, cree que hay mucho que estudiar al respecto. “Los grupos terapéuticos tienen que desfinanciarse por completo, porque si no se producirá una desviación del consumo”. Se refiere Isbert a que más que un fármaco en concreto, habría que sacar del sistema todo el conjunto de los que sirven para lo mismo. Por ejemplo, “mucolíticos, antidiarreicos o lágrimas artificiales”. “Estos son los que siempre hemos pedido, pero hay más”, dice. Por ejemplo, “antitusivos, laxantes o antivirales tópicos”, afirma.

El Gobierno se reserva la potestad de bajar precios de medicamentos

Se trata siempre de tratamientos para “síntomas menores”, y en general, de productos baratos. Pero para esto “van a hacer falta muchas negociaciones”, afirma la directora técnica de Anefp. Porque hay productos que entran en una categoría u otra según su uso. Por ejemplo, los analgésicos. Para un dolor de cabeza, podrían estar excluidos de la financiación, pero cuando son parte de tratamientos crónicos, como una artritis, no. Y por eso es más probable que siga contando con ambas posibilidades.

No son los únicos del sector que se van a ver afectados. Las farmacias tienen la obligación de devolver parte de lo que facturan a las Administraciones. Este porcentaje depende del nivel de venta. El decreto varía los límites. Para las oficinas que venden menos, es más generoso. Incluso se incluye una aportación estatal para las que vendan menos de 25.000 euros al mes (esta idea era del PSOE y supone una ayuda a las oficinas de sitios pequeños). En cambio, la aportación máxima pasa, para las farmacias que venden más de 600.000 euros al mes, pasa del 15% al 27,52%.

No es la única medida que afecta al sector. El decreto aclara a qué se ha referido estos días la ministra de Sanidad, Ana Mato, cuando hablaba de un sistema de “precios seleccionados”. Y esto consiste, básicamente, en que se reserva la potestad de bajar los precios de los fármacos o de los productos sanitarios, al margen de sistemas como los precios de referencia.

Las farmacias que facturen menos recibirán una ayuda del Estado

El texto establece “que el ministerio elaborará una propuesta motivada” con el precio máximo que le va a imponer al producto. Este método se aplicará solo a productos para los que haya precio de referencia, es decir, que tengan genérico.

El sistema es una forma de apretar las clavijas a los laboratorios. Y estos ya se han resentido. Farmaindustria, la gran patronal del sector, “lamenta que una vez más el mayor peso de las mismas vaya a recaer sobre la industria farmacéutica”. El gasto público en medicamentos asciende a unos 15.000 millones de euros al año, y, según los cálculos de la ministra de Sanidad, se espera ahorrar unos 3.000 millones en esta partida.

Como si fuera una concesión al sector, el decreto matiza algo que con la prescripción por principio activo que aprobó el anterior Gobierno no quedó claro. Y es que los médicos podrán, en algunos casos, prescribir fármacos por su marca. Solo habrá una condición: que sea el más barato de los equivalentes. Especialmente se indica la utilidad de esto en pacientes crónicos que ya han iniciado el tratamiento, ya que así se evita cambiarles el aspecto del fármaco, y se facilita que lo tomen de la manera correcta.