Un estudio relaciona el consumo de hipnóticos con una mayor mortalidad
El número de fallecimientos se multiplica por 3,5 entre los medicados No se sabe cuál es la relación causa-efecto
Es solo una relación estadística, pero bastante contundente: las personas que consumen hipnóticos para dormir presentan una mayor mortalidad. Lo publica el British Medical Journal, y sus autores, del Scripps Institute, han revisado el caso de más de 30.000 pacientes, de los que unos 10.000 que tomaba este tipo de medicación.
Entre los datos, figura un aumento del 35% de los casos de cáncer, y un número de fallecimientos entre los que tomaban los medicamentos que multiplicaba por 3,5 el del grupo de control.
Los autores, dirigidos por Daniel Kripke, insisten en el artículo en que han tenido en cuenta factores como los hábitos de vida y la existencia de dolencias previas a la hora de llegar a sus conclusiones, aunque no se puden descartar “confusiones residuales” en los datos. La edad media en ambos grupos es de 54 años, y las tasas de fumadores (el 43%), bebedores (el 40%) e incluso factores como el estado civil eran similares.
Otra de las debilidades del trabajo es que solo se ha medido el efecto durante 2,5 años. Y, sobre todo, que no se describe un mecanismo causa-efecto.
En el trabajo se han estudiado personas que tomaban ocho tipos de estos medicamentos, desde benzodiazepinas a barbitúricos y algunos antihistamínicos.
Una de las conclusiones claras es que el efecto está relacionado con la dosis, y que aun las personas que toman muy pocas de estas pastillas (menos de 18 al año), se ven afectadas.
Y no solo se ve el efecto en cáncer. Otras muchas enfermedades también aumentan: por ejemplo, el asma, enfermedades cerebrovasculares, renales, cardiacas y obesidad (casi el doble de casos). También aumenta el reflujo gástrico, la hipertensión y, más ligeramente, la diabetes.
Joan Santamarina, del Grupo de Vigilia y Trastornos del Sueño de la Sociedad Española de Neurología, opina que los datos son coherentes con “al menos otros dos del mismo autor”. “También la Asociación Americana del Cáncer ha encontrado resultados similares, aunque de una manera tangencial”.
Para el neurólogo, la clave está en que no hay una explicación del efecto. Quizá, apunta, se deba al hecho de que las personas que necesitan tomar fármacos para dormir suelen ser mayores y tener otras complicaciones.
En las fichas de los medicamentos, muchos de ellos aprobados en España como el zolpidem (Stilnox), no figura este riesgo. Otro factor que apunta Santamarina es a un mal uso. “Se trata de fármacos que hay que usar poco tiempo”, y los estudios que se han hecho indican que eso no se hace así. Además, en personas mayores hay que ajustar la dosis ya que pueden interferir con situaciones de insuficiencia hepática o renal, y eso tampoco se hace.
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