El reto es conciliar responsabilidad con rentabilidad

Nos enfrentamos a una década crítica, estamos en medio de la cuarta revolución industrial que en los próximos 10 años hará que aumente tanto la frecuencia como el impacto de la digitalización en nuestra sociedad. El mundo empresarial debe ser capaz de conciliar la rentabilidad con la responsabilidad. Es necesario trabajar en el ámbito social, en el buen gobierno y, además, en el ámbito medioambiental del que tanto se ha hablado estos días en España con la conferencia COP25.

Ejemplos de esto son las actuaciones que realizan varias empresas en la descarbonización de sus operaciones, cadenas de suministro responsables, ética y conducta de los empleados, ecosistemas de empleabilidad… pero, adicionalmente, la economía circular y la transición energética también favorecen la generación de nuevas fuentes de ingresos más allá de actuaciones sobre la rentabilidad actual. Estas iniciativas pueden generar una ventaja competitiva para España. De hecho, ya hay varias empresas españolas que se han comprometido a cumplir los objetivos de consumo de energía renovable 100% -concretamente Accenture lo hará en el 2023- y hay aproximadamente 15 empresas en España que están entre las 100 primeras de Europa del índice Dow Jones Sustainability Index.

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Innovación y economía circular

En este sentido, me gustaría destacar dos temas importantes que soportan estas conclusiones. El primero hace referencia a la opinión de los CEOs y el segundo a la oportunidad económica sobre esta materia. Según el estudio A decade to deliver, realizado por Accenture Strategy y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, entrevistando a más de 1000 CEO a nivel global, en 27 sectores, con una respuesta extraordinaria por parte de los CEO de empresas españolas, el 99% de los CEO piensa que la sostenibilidad es importante o muy importante para el éxito futuro de sus negocios. Además 1 de cada 2 CEO de empresas españolas citó su motivación personal para impulsar la sostenibilidad (frente al 39% global).

A pesar de esto, sólo el 21% de los CEO consideran que, a día de hoy, sus empresas ya están contribuyendo de manera decisiva al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aunque el 71% coincide en que las empresas podrían ser ese motor para el cambio y para la innovación. Cuando describen cómo lo quieren hacer, sus ideas van mucho más allá de la Responsabilidad Social Corporativa o la filantropía, hablan del propósito integrado dentro del mismo modelo de negocio.

Sin embargo, citan dos barreras principales: la inestabilidad geopolítica actual y la creciente presión sobre costes y márgenes en el corto plazo. Uno de los mecanismos que las empresas van a utilizar para conciliar el corto y largo plazo es la Economía Circular. Esto va mucho más allá del reciclaje o de la innovación en plásticos. Se trata de un cambio en la relación entre lo que le pedimos a la economía global (crecimiento, empleos, desarrollo) y los recursos naturales que consumimos para conseguir ese crecimiento. Significa pensar en materiales sostenibles, pero también pensar en las capacidades desaprovechadas y en nuevos modelos de negocio como plataformas para la economía colaborativa, productos como servicio, para pasar el take-make-waste, y llevarlo a un círculo de take-make-take-make. Hay mucho valor en juego en esta transición, unos 4,5 billones de dólares a 2030, que podría representar en España unos 100.000 millones de euros. Esta es una agenda donde, a través de la innovación y del uso de nuevas tecnologías, muchas empresas ya lo están monetizando.

La conciliación de la rentabilidad y la responsabilidad es sin duda una fuente de creación de valor. España está bien posicionada a nivel internacional según varios estándares para generar una ventaja competitiva y ser un referente en este ámbito.

Nino Herrería es managing director Accenture Strategy