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Arquia, el banco de las paredes literalmente transparentes

Arquia quería que su sucursal en Bilbao reflejase confianza y estructuras no piramidales. La solución del estudio NO.MAD: un material raro utilizado para fines científicos

Markel Redondo

En 1939, el famoso arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright ponía la últi­ma piedra de la nueva sede de la compañía Johnson&­Son, conocido como Edificio Johnson Wax, en Racine (Wis­consin, EE UU). Este edificio, considerado un clásico de la arquitectura del siglo XX y candidato a ser Patrimonio de la Humanidad, incorporó una novedad fisonómica que aún hoy protagoniza estudios en las universidades: los tubos de vidrio Pyrex.

La construcción fue la primera que utilizaba este material para crear espacios de luz y transparencia en torno a un gran patio central que buscaba una integración real de todos los departamentos de la fábrica. Este vidrio, tam­bién conocido como borosili­cato, era habitual de probetas y material de laboratorio por su durabilidad y resistencia calórica y química. Pese a la novedad que supuso su inte­gración como material de construcción y los beneficios que tenía para los trabajado­res, son pocos los arquitectos que lo han incorporado a sus proyectos. Al menos hasta que Arquia Banca, la caja de arqui­tectos, encargó al estudio de Eduardo Arroyo (NO.MAD) el diseño de su oficina de Bilbao.

Los objetos en movimiento se transforman, al otro lado, en líneas de luz y sombras móviles de profundidad tridimensional, que permiten ver, con intimidad, lo que pasa tras la puerta.
Los objetos en movimiento se transforman, al otro lado, en líneas de luz y sombras móviles de profundidad tridimensional, que permiten ver, con intimidad, lo que pasa tras la puerta.Markel Redondo

En el número 48 de la calle Juan Ajuriaguerra está el que probablemente sea el primer espacio de trabajo en España que utiliza el borosilicato y su consiguiente transparen­cia espacial. “Es un material ultraduro, en tubos de un cen­tímetro de espesor, que tiene grandes valores acústicos, pero sobre todo guarda unas propiedades difractantes de la luz fascinantes; proporciona un concepto de imagen borro­sa que nos permite intuir lo que está al otro lado pero no verlo, y por tanto dota de pri­vacidad a los lugares y perso­nas”, cuenta el arquitecto.

La transparencia que propor­ciona este material es algo buscado, tanto por la entidad bancaria como por el propio estudio de arquitectura. Las estructuras no piramida­les de equipo de trabajo, la comunicación no verbal entre clientes y empleados y la importancia de la luz natural para la motivación laboral son algunos de los factores intuiti­vos que se tuvieron en cuenta para su construcción. “Arquia Banca defiende la transparen­cia como modelo de negocio, y el hecho de contar con una oficina transparente nos ayu­da a vincular estos valores a nuestros trabajadores; solo así nuestra firma es capaz de transmitir confianza, seguri­dad y proximidad”, cuenta Aarón Gómez-Coronado, director de la oficina.

Markel Redondo

El mensaje subliminal que el borosilicato ha proporcio­nado a la caja de arquitectos ha sido lanzado en un momen­to en el que la banca no goza­ba de mucho prestigio, como aclara Arroyo: “En un local con una fachada a la calle pequeña y sin ventanas inte­riores era importante que la propia piel que divide la zona pública de los clientes de los espacios de trabajo hablara de luminosidad, la absorbie­ra y la expandiera como leit­motiv; aparte de esto, alberga una ironía escondida sobre la transparencia bancaria de la que se habla tanto”.

Así, demostrado el men­saje positivo que se quiere mostrar a los clientes, el día a día de los empleados camina entre luz natural, sensación de amplitud al no existir pare­des opacas y transversalidad entre departamentos. “Con el equipo queremos mostrar que somos igual de transparentes tanto entre nosotros como con nuestros clientes”, remata el director de la oficina.

El estudio de arquitectura buscó que “la zona de los tra­bajadores fuera muy luminosa y con muebles muy cómodos”, con la geometría de base, una sensación perenne de levedad donde solo el acero y el color negro irrumpen en la atmós­fera. “Es un lugar algo mágico con zonas de estancia y espe­ra, información o consulta de libros en un ambiente brillan­te y luminoso”, añaden desde NO.MAD. Quizá la aleación perfecta para una intensa jor­nada de trabajo.

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