Estos son los problemas de la Administración a la hora de innovar
¿Lograr una Administración más digital? La crisis económica o la desafección por parte de la ciudadanía han propinado un golpe de realidad
Aunque se suele tildar a la Administración de lenta a la hora de realizar trámites burocráticos, en los últimos años parece estar apostando por la innovación para agilizar procesos. Ya existe toda una red de colaboración y fomento del cambio por parte de la Administración que está promoviendo una nueva raza de intraemprendedores públicos que buscan trasladar un mensaje claro entre sus compañeros: se necesita innovar, retener y fomentar las nuevas ideas para detener la fuga de talento hacia el sector privado.
Pero para eso primero hay que mirar hacia fuera e intentar dar las respuestas que la ciudadanía necesita. “Actualmente la forma más eficaz que tenemos de innovar es observando detenidamente a nuestro entorno, haciendo evolucionar a nuestras instituciones en la misma línea en la que lo hace la sociedad”, explica Borja Colón, jefe del Servicio de Administración e Innovación Pública de la Diputación provincial de Castellón.
Según la secretaria de Gobierno local del Ayuntamiento de Vigo, Concepción Campos, “la Administración parte de una visión muy tradicional en la que el centro del mundo era ella misma, no el ciudadano. El giro copernicano ha pasado del geocentrismo al heliocentrismo, es decir, que tenemos que pasar de la endogamia para abrirnos a la sociedad”.
- Barreras contra la innovación pública
Faltan recursos económicos y gente que impulse proyectos, pero se está demostrando que con lo que tenemos y con los que somos podemos transformar el modelo público.
Aunque internamente son muchos los obstáculos que se encuentran a la hora de cambiar el modus operandi, el principal problema, según Colón, “son las ganas de no cambiar las cosas, el mantener el status quo, el no enfrentarse al establishment”. Y añade que “faltan recursos económicos y gente que impulse proyectos, pero se está demostrando que con lo que tenemos y con los que somos podemos transformar el modelo público satisfaciendo con garantías las demandas más exigentes de los ciudadanos”.
Ana Báez, jefa de Proyectos de la Oficina de Gestión del Cambio de la Diputación de Huelva, apoya la tesis de que el obstáculo principal es el rechazo al cambio por miedo a salir de la zona de confort. “Lo que nos gusta a todos es lo que sabemos hacer, nuestra rutina. Es complicado desaprender una manera de hacer las cosas y comenzar a trabajar de una forma distinta”.
Para Francisco Rojas, director del Congreso Iberoamericano de Innovación Pública (Novagob), la transformación está destinada a acabar con las estructuras rígidas establecidas. “Procedemos de una tradición francesa que trataba de hacer que las administraciones se llevaran a cabo a través del funcionariado y de un derecho administrativo que garantizara igualdad entre los ciudadanos, el acceso a la propia administración, etc. Esto ha derivado en que en las actuales administraciones es realmente complicado ser innovador”.
A pesar de todas las barreras que se encuentran día a día, hay muchos proyectos innovadores y de cambio dentro de las Instituciones Públicas. Rojas destaca el trabajo de algunos ayuntamientos como el de Alcobendas, el de Calvià o la propia Agencia Tributaria y se refiere a ellos como el Google de la Administración Pública. Estas entidades, entre otros factores, han integrado la cultura el cambio y se adaptan mucho más rápido a las nuevas tecnologías.
- Fuga de cerebros al sector privado
No puede existir una Administración innovadora si no se apoya en empleados públicos innovadores. Pero la realidad es bien distinta, ya que el sistema de empleo público actual no favorece, ni fomenta, ni impulsa la innovación por parte de los propios empleados. La congelación de los trabajos ha negado el acceso de mucho talento joven. Además, para llegar a alcanzar puestos de relevancia se necesitan trienios en los que se va agotando la frescura y actitud iniciales.
Para Campos se trata de encontrar nuevas miradas para viejos problemas, ya que existe una obsolescencia programada de los empleados públicos. “Hay una gran fuga del talento al sector privado porque las personas que destacan son convocadas para aplicar esa creatividad en el segundo. Llegas con muchas ganas de luchar, de innovar, pero si no entras en un sistema que favorezca y te permita desarrollar tus ideas, te acabas convirtiendo en un vegetal que se conforma con lo que tiene asegurado: una nómina”.
- No somos clientes cautivos
Tradicionalmente, la ciudadanía ha integrado la percepción de que debía ser ella quien se adaptara a las condiciones de las administraciones si pretendían buscar amparo para la solución de determinados problemas o necesidades de información. Pero los ciudadanos, como analiza Campos, han cambiado: “Antes tenían que venir a nosotros y hemos jugado con esa posición ventajista con respecto al ciudadano, pero las redes sociales han abierto una brecha en esa coraza”.
Son esas mismas redes sociales las que permiten también dar visibilidad a los empleados públicos innovadores. “Las tecnologías sociales han sacado a la luz a los intraemprendedores públicos, que aunque no ostenten cargos elevados en su propia Administración, sí tienen la autoridad a nivel nacional en ciertas materias”, explica Rojas, que continúa: “son una herramienta fundamental. Están permitiendo romper con las barreras físicas”.
En esta línea, el director de Novagob destaca la consolidación del Congreso en los últimos dos años y lo relaciona con el hecho de que la iniciativa nace a partir de la comunidad de innovadores públicos de la red social del mismo nombre. “La idea inicial era una comunidad digital, pero necesitas espacios físicos donde la gente se desvirtualice, se conozca, intercambien opiniones y generen redes de apoyo. Muchas veces los empleados públicos se sienten aislados entre sí”.
Otro proyecto para dar visibilidad a lo que se está haciendo en materia de innovación es la caravana Innovación on tour que surgió, como explica Ana Báez, de conversaciones entre amigos de otras administraciones. “Ya existen premios, bancos de buenas prácticas, pero queríamos hacer algo mucho más directo para que la gente pueda compartir sus éxitos y sus fracasos sin reparos”.
“Buscamos que cada Administración comparta sus trucos, sus formas de pasar de nivel, de vencer resistencia y de lograr que un proyecto llegue a tener éxito, para que cuando otro empleado público llegue a jugar esa partida o a afrontar ese proyecto de innovación, tenga referentes”, detalla Báez. Para sacar adelante este proyecto personal, cuentan con redes de software libre (blog, Twitter y canal de Youtube) y con varios kits para facilitar el acceso a cualquier interesado en el proyecto.
El futuro pasa por la digitalización
El verdadero cambio tiene para Borja Colón dos vertientes: “Puede venir dado por un factor interno, como por ejemplo que se incorpore a la organización un nuevo directivo público con otro enfoque y muchas ganas de hacer, o puede venir dado por el impacto de los cambios en el exterior, como sería, por ejemplo, el uso masivo de las redes sociales por parte de la sociedad”. Y añade que, a su modo de ver, “la transformación real se produce al acompasar las dos tendencias, cambio interno y externo impulsando en la misma dirección”.
La aprobación de las leyes 39/2015 y 40/2015, supuso una revolución, ya que imponen la relación de las Administraciones Públicas con los ciudadanos, pero también entre ellas de manera electrónica. “La clave ahora mismo es que se puede innovar sin tecnología, pero la digitalización está generando un terremoto interno. En el ámbito de la contratación, se ha aprobado la norma que obliga a las Administraciones a adaptarse y responder ante los ciudadanos de manera electrónica”, señala Rojas.
Internamente, el cambio es inmenso e impulsa una espiral muy positiva dentro de las Administraciones porque va a permitir nuevas innovaciones cuyos resultados, en términos de costes y eficiencia, se podrán comprobar en 2018 y 2019.
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