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PP, Ciudadanos y Podemos enfrían el plan de Sánchez de ser investido con abstenciones

Los cuatro grandes partidos en la oposición se instalan en el frente del no al candidato socialista y suman más rechazos que votos afirmativos

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, conversa con el diputado de Compromís, Joan Baldoví.Foto: atlas | Vídeo: PACO CAMPOS (EFE) / ATLAS

La ruptura del PSOE con Podemos para la investidura de Pedro Sánchez le ha llevado a intentar que le faciliten el camino con abstenciones procedentes de todo el arco parlamentario, desde Bildu a PP o Ciudadanos. Esta opción no tiene visos de prosperar ya que las abstenciones se han puesto al mismo nivel de dificutad que los apoyos explícitos. Hasta la segunda y definitiva votación del 25 de julio, el candidato se empeñará en pedir a todos los partidos que no le respaldan que tampoco bloqueen su paso porque no hay otra alternativa.

En el Congreso actual no existe la posibilidad ni matemática ni política de formar un Gobierno alternativo al encabezado por Pedro Sánchez pero tampoco la menor voluntad de permitir que el que pudiera fraguarse en torno al líder del PSOE salga adelante. Ni directamente, sumando una mayoría absoluta en la primera votación, ni con más votos afirmativos que negativos en la segunda. Esa vía, que es en la que ahora se vuelca Sánchez, La Moncloa, el Gobierno entero y el PSOE, requeriría la abstención de alguno de los grandes partidos ahora en la oposición, que se niegan siquiera a contemplarla. PP, Cs, Unidas Podemos y Vox están ahora en el no.

Este enconamiento final de la disputa entre Unidas Podemos y el PSOE ha trastocado el proyecto inicial de una investidura relativamente tranquila con el apoyo de la formación morada, los nacionalistas pragmáticos del PNV, Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria: 173 posibles escaños. El líder socialista dejó pasar el tiempo para emprender una negociación en toda regla tras las elecciones generales del 28 de abril a la espera de los comicios municipales, autonómicos y europeos del 26 de mayo y los pactos subsiguientes. Casi tres meses después sigue sin haber gobierno ni tampoco visos de conseguirlo.

El candidato Sánchez y su equipo intentan que la investidura de la semana que viene no se salde con un fracaso con la búsqueda casi a la desesperada de abstenciones a izquierda y derecha del arco parlamentario pero de momento no existe esa mayoría, al prevalecer en el mejor de los escenarios muchos más noes (entre 155 y 197) que presuntos síes (145).

La pregunta de Iglesias que descarta la abstención

A.D./J. C., Madrid

Podemos abrió el viernes pasado hasta este jueves la opción de votar a sus inscritos sobre sus preferencias para la investidura. La primera opción de la consulta refiere la alternativa que busca Pablo Iglesias de un gobierno de coalición integral y sin vetos. La segunda opción plantea: “Para hacer presidente a Pedro Sánchez (ya sea mediante el voto a favor o la abstención), basta con la propuesta del PSOE: un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y acuerdo programático”.

El PSOE, en cualquier caso, va a intentar esa estrategia hasta el último momento. La votación final será en la tarde del 25 de julio y hasta entonces la ofensiva será intensa.

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La propia vicepresidenta, Carmen Calvo, remachó ayer que el PSOE está pidiendo “apoyo” a varios grupos en reuniones diversas que varios dirigentes llevarían “semanas manteniendo”. Y en ese grupo relató sus contactos con el PNV y los del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra. “Estamos haciendo nuestro trabajo, pero no hay ni una sola razón para cerrar el paso a la investidura. Otra cosa distinta será la formación y el programa de Gobierno”. Calvo confirmó “completamente en serio” el objetivo de sacar adelante la investidura la semana que viene con el argumento de que “no hay razón” para impedirla porque no hay otra opción salvo que existiera un pacto alternativo entre Podemos, PP, Ciudadanos y Vox: “Si esa alternativa no existe el mensaje que van a lanzar estos partidos es que no ha servido de nada que los españoles hayan ido a las urnas”.

Podemos aún aguarda a ser llamado para negociar un ejecutivo de coalición pero la oferta ya solo se limita a pedirle la abstención.

El propio Sánchez intentará la misma jugada de buscar la abstención con el PP y Cs, pero será inútil, según los testimonios que ratifican desde la dirección de ambas formaciones que compiten por fijar quién dijo primero no al aspirante socialista. El PP a lo más que ha llegado es a avanzar a Sánchez que si sale elegido, con otros votos, le podrían prestar los suyos luego durante el transcurso de la legislatura para hasta 11 pactos de Estado. La relación de Sánchez con Rivera está en los peores momentos de su historia. Y Vox, con 24 actas, tampoco contempla nada que no sea el rechazo.

Sánchez, en cualquier caso, llamará en las próximas horas a Pablo Casado y Albert Rivera para pedirles sin tapujos que le permitan ser investido ya. Rivera no quiso ni acudir a La Moncloa la última vez que Sánchez le citó y en el PP, su número dos, Teodoro García Egea, ha instado al líder socialista a que ya no intente la llamada; que no presione. El rechazo actual de Podemos, y de teóricos socios independentistas no suaviza la posición del PP y Cs, que emplazaban a Sánchez a buscarles como aliados preferentes.

Todas las vueltas que se han dado sobre los números necesarios para la investidura empiezan a ajustarse, aunque aún hay actores políticos que no se han pronunciado claramente. Esquerra Republicana de Catalunya, con 14 actas ante la suspensión de su líder en prisión, Oriol Junqueras, aún no ha fijado postura en su ejecutiva pero su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, lleva días anunciando que no bloquearán un gobierno de izquierdas que frene una repetición de elecciones y un posible ejecutivo de las tres derechas. Si Podemos facilitase la investidura, esa posición podría ser una abstención o un sí, como sucede con los cuatro representantes de Bildu.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, publicó ayer una carta en La Vanguardia en la que anunció que sin diálogo sobre la demanda de un referéndum para Cataluña su partido no podría impulsar a Sánchez. La portavoz de Junts per Catalunya en el Congreso, Laura Borrás, remachó en TVE que en las actuales condiciones sus cuatro diputados no podrán votar sí ni abstenerse.

Dos síes por ahora

El PNV solo ha confirmado que sus seis diputados nunca votarían no a Sánchez, pero aún se debaten entre el sí y la abstención, pendientes de sus particulares reclamaciones para Euskadi y de lo que hagan los otros socios factibles. El diputado del Partido Regionalista de Cantabria ya firmó un documento con Ábalos con sus exigencias para avanzar su sí y esa fue la posición que contempló ayer el representante de Compromís, Joan Baldoví, tras entrevistarse con ese ministro.

Incluso aunque se diera la hipótesis de todos esos partidos a favor, PSOE (123), ERC (14), PNV (seis), Compromís (uno) y PRC (uno), la suma se quedaría en 145. El frente del rechazo de PP (66), Cs (57), Podemos (42), Vox (24), JuntsxCat (cuatro), Coalición Canaria (dos) y Navarra Suma (dos) llegaría a 197. O a 155 si UP al final se abstuviera.

La áspera disputa entre Iglesias y Sánchez ha llegado ya a un punto de no retorno, según reconocen en ambas formaciones. Este jueves termina el plazo para que los inscritos en Podemos se manifiesten sobre las preguntas con sus preferencias que les hizo su dirección. A Sánchez le parecieron “una gran mascarada”. La Ejecutiva socialista también se reúne este jueves. Pese a todos esos inconvenientes, Sánchez no se da por derrotado. El PSOE no ahorrará épica hasta el final, como anticipo del discurso el lunes de Sánchez. “Por patriotismo, no bloqueen la formación de gobierno”, invocó Ábalos.

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