El juez que suspendió las obras para exhumar a Franco paraliza la causa tras ser recusado

El magistrado José Yusty, que había suspendido hace unas semanas de forma cautelarísima la licencia urbanística para exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, ha paralizado su actividad judicial al frente del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Madrid, tras plantear la Abogacía del Estado un incidente de recusación el pasado viernes. El proceso pasará ahora a manos del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

La recusación por parte del Gobierno a través de la Abogacía del Estado se ha presentado con motivo de un artículo que escribió este juez en 2007 en el que mostraba su oposición a la Ley de Memoria Histórica, afirmando que era "una maldad de Zapatero y el socialnacionalismo". La Abogacía del Estado entiende que se le debe apartar del procedimiento por su "parcialidad".

El magistrado ha dejado en suspenso esta causa tras recibir el escrito de recusación, tal y como marca la Ley cuando se producen estos casos, según ha adelantado eldiario.es. Yusty ha trasladado el escrito a las partes para que hagan sus alegaciones al respecto. El juez también tendrá que hacer un documento propio en el que asuma o no la recusación.

Todos los escritos de las partes serán remitidos a la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJM, que nombrará a un instructor para estudiar la recusación. En cuanto al procedimiento judicial, pasará a manos del titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 de Madrid, Carlos Gómez Iglesias.

El juez José Yusty suspendió cautelarmente la licencia urbanística para la exhumación de Franco por considerar que levantar la losa de granito de 2.000 kilos de la tumba puede poner en peligro a los operarios y no se habían elaborado los informes necesarios para garantizar que la obra se realizara de dorma segura. El permiso fue otorgado por el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, término municipal al que pertenece el Valle de los Caídos.

El juez señaló que no veía "especial urgencia" en la exhumación, del que se refirió como "jefe del Estado", porque lleva enterrado en la Basílica "más de 44 años" y dejó en suspenso el permiso.  "No hace falta ser arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero ni maestro de obras para percatarse de que ello es de por sí algo complicado, difícil de manejar y por tanto peligroso, por el riesgo evidente de caída, rotura, o cualquier otro accidente que pueda ocurrir y que a su vez pueda causar daños a las personas que tienen que realizar la citada maniobra”, señaló entonces en su auto.