El Assir, el mercader de armas que desafía a la Fiscalía
El hispano-libanés, vinculado a la 'jet set', planta a la justicia y el ministerio público pide que se dicte una orden de busca y captura
El hispano-libanés Abdul Rahman El Assir se resiste a pisar los tribunales. No lo hizo el pasado 4 de octubre, la primera fecha que la Audiencia Provincial de Madrid fijó para celebrar el juicio en el que se le acusa de defraudar 14,7 millones de euros a Hacienda. Tampoco un mes después, para cuando los magistrados retrasaron la vista —aunque se suspendió antes de llegar el día—. Ni el 5 de diciembre, ni el 5 de febrero. Ni tampoco este 5 de marzo... Este mercader de armas, histórico amigo de la jet set española y residente en Suiza, siempre tiene una excusa para evitar afrontar los ocho años de cárcel y la sanción de 90 millones de euros que solicita la Fiscalía, que se abrió a llegar a un acuerdo con la defensa, pero a la que se le ha acabado la paciencia. Tras su nueva espantada de este martes, ha pedido que se dicte una orden de busca y captura contra él.
Es la segunda vez que el ministerio público plantea esta medida, según informan fuentes jurídicas. Después de que la Audiencia Provincial la desestimase el pasado febrero, la ha vuelto a solicitar este martes cuando los representantes del procesado han alegado que no podía asistir al juicio por encontrarse enfermo en Suiza. De nuevo, no le han creído.
A El Assir, que obtuvo la nacionalidad en 2005, se le acusa de ocultar su fortuna cuando residía en Madrid. Según el ministerio público, "omitió conscientemente" sus ganancias —más de 31 millones de euros, según la Agencia Tributaria— y no hizo la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Eso le permitió defraudar 12,03 millones 2002 y 2,7 millones en 2003. Y, por ello, la Fiscalía le pide ocho años de cárcel y que abone casi 90 millones de euros: una multa de 73,9 millones de euros y una indemnización de 14,7 millones. "A través de sociedades instrumentales, es propietario de varios inmuebles de lujo, de un punto de atraque de un barco de grandes dimensiones y de varios coches de alta gama utilizados para uso y disfrute de su familia", explica la acusación pública.
El acusado, nacido en Beirut en 1950, es un personaje muy singular. Emergió en la capital española en los años ochenta, donde supo moverse dentro de los influyentes círculos políticos y empresariales. Casado entonces con María Fernández-Longoria, hija del embajador en El Cairo (Egipto), cultivó sus vínculos con los socialistas —que gobernaban el país en aquellos años— y desempeñó un papel fundamental en el comercio de armas español. De hecho, se le atribuye la intermediación en operaciones clave del Estado, como la exportación de material militar a Marruecos y la venta camiones a Somalia. También se habría dedicado al tráfico de armas, según señaló el diario estadounidense The Washington Post.
En 1999, El Assir fijó en España su residencia habitual, según Hacienda. Aquí vivió hasta, al menos, la década pasada. Después, se esfumó de la capital camino a Suiza. Allí no se esconde. En 2016 celebró la boda de su hija. Por todo lo alto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.