El juez inicia el trámite para excarcelar a un preso etarra de la ‘vía Nanclares’
El magistrado de Vigilancia Penitenciaria concede el régimen de semilibertad a Kepa Pikabea y ordena iniciar el expediente para su libertad condicional
El titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, ha concedido el tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad al histórico preso de ETA Kepa Pikabea Ugalde, uno de los integrantes de la banda armada que se acogió a la llamada vía Nanclares de reinserción. El magistrado ordena también que se incoe expediente para concederle en breve la libertad condicional. El juez argumenta su decisión en que Pikabea extinguirá su condena el próximo mes de diciembre, que se desvinculó hace más de veinte años de ETA y que ha mostrado su arrepentimiento participando en encuentros con víctimas del terrorismo.
Pikabea, de 63 años de edad y actualmente en la prisión de Martutene, en San Sebastián, lleva en prisión cerca de 25 años tras ser detenido en el sur de Francia en 1994. Condenado a cientos de años de cárcel por varios asesinatos, hace tiempo que se convirtió en uno de los disidentes más destacados de ETA. Clasificado en segundo grado penitenciario, el ordinario, llevaba tiempo disfrutando de permisos de salida sin incidentes. Además se le había aplicado el artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que le permitía salir de día a trabajar, aunque debía regresar a la cárcel a dormir.
La decisión del magistrado se produce después de que el preso hubiera solicitado a finales de 2017 su progresión al tercer grado penitenciario y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias lo rechazara por dos veces en enero y marzo de 2018, cuando aún gobernaba el PP. Entonces varios miembros de la junta de tratamiento de prisión donostiarra —el órgano encargado de valorar periódicamente la situación penitenciaria de los presos— habrían respaldado la concesión de la semilibertad a Pikabea a la vista de su buen comportamiento en prisión y el alto grado de cumplimiento de la pena.
Ahora, el juez De Castro destaca en su auto —fechado el 19 de febrero y al que ha tenido acceso EL PAÍS— que aquella decisión del Ministerio del Interior, que fue respaldada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, incumple el precepto constitucional que determina que las penas de cárcel están orientadas a la reinserción de los reclusos, ya que Pikabea ha dado reiteradas muestras de su arrepentimiento y cumplía las condiciones fijadas por la ley penitenciaria para alcanzar la semilibertad.
En concreto, el auto del juez destaca que su comportamiento en prisión es "correcto", que las sanciones que hubiera podido recibir estaban canceladas, que se ha desvinculado de la organización terrorista y que está pagando "puntualmente" la responsabilidad civil a la que fue condenado. Además, recalca que ha hecho "buen uso" de los permisos de los que ha disfrutado, que cuenta con apoyo familiar fuera de prisión y que ya no mantiene "relaciones sociales que tengan que ver con su pasado político".
El escrito del magistrado también resalta que el propio Pikabea asegura haberse distanciado de ETA desde 1996 y que "se equivocó al defender la lucha armada". En este punto, el auto destaca su participación en las reuniones con víctimas y una frase sobre ellas pronunciada por el propio etarra: "Esto reconforta a las víctimas y también me reconforta a mí". Por todo ello el juez estima que el riesgo de reincidencia es "medio bajo" y accede a su clasificación en el tercer grado penitenciario como paso previo a su próxima libertad condicional.
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