Bruselas pedirá explicaciones por carta a España sobre el borrador de los Presupuestos sin cuestionarlo

Bruselas alberga ciertas dudas sobre el boceto de Presupuestos de 2019 que le ha remitido el Gobierno español esta semana. Para tratar de disiparlas, enviará este viernes una carta en la que pide más explicaciones, aunque sin cuestionar la base de ese borrador, según las fuentes comunitarias consultadas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quitó hierro este jueves a las inquietudes de la Comisión Europea y vaticinó que serán mucho más leves que las expresadas en los años anteriores. “Me consta que la Comisión tiene una perspectiva positiva”, resaltó.

La Comisión Europea no va a tumbar las cuentas que ha presentado la ministra de Economía, Nadia Calviño. Aun así, el hecho de enviar una carta que pide aclaraciones apenas dos días después de que el jefe del Ejecutivo español se reuniera con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, agrieta el optimismo que trasladó la delegación española tras ese encuentro celebrado en Bruselas. Preguntado por esas cuitas europeas, Sánchez negó que cuestionen el boceto de cuentas públicas pactado con Podemos. “La confianza se percibe y ha sido explicitada por las instituciones comunitarias, pese a los enredos de la oposición”, aseguró al término de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que celebró la UE. El presidente aludía a las críticas que ha vertido en Bruselas el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Sánchez subrayó que las instituciones comunitarias han mostrado “buena acogida” a las cuentas españolas. E instó a comparar el texto que recibirá ahora España, relativo a las cuentas de 2019, con los dirigidos al anterior Gobierno del Partido Popular para los ejercicios 2017 y 2018: “Es la tercera vez en tres años que recibimos esta carta. Lo que pido es que se compare lo que dice con las recibidas en 2016 y 2017”.

En aquellos dos textos, firmados por el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis y por el comisario de Economía, Pierre Moscovici, Bruselas trasladaba al entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, que España no hacía suficiente esfuerzo de corrección fiscal y, en la primera misiva, alertaba de riesgos de incumplimiento. Como muestra de que las objeciones de ahora son mucho más leves, fuentes conocedoras del texto aseguran que viene firmado por un cargo intermedio del Ejecutivo comunitario, no por un comisario.

Luz verde

Sin mencionar a España, Juncker avanzó: “Hay cuatro, cinco o seis países que hacen que nos dirijamos a sus Gobiernos para pedirles información adicional”. El líder de la Comisión aconsejó no exagerar este gesto. “No hay razón para la excitación”, señaló. Fuentes de la Comisión aclaran que si los números presentados realmente reflejan un ajuste del 0,4% del PIB (e incluso algo menos), aunque sea inferior al 0,65% pactado en las instituciones comunitarias, Bruselas dará luz verde al Gobierno de Pedro Sánchez en noviembre.

España tiene de plazo hasta el lunes para responder a la Comisión. Entretanto, Sánchez sostuvo que España cumplirá los compromisos presupuestarios para el año próximo, el primero en el que oficialmente se espera que abandone ya el procedimiento de déficit excesivo en el que lleva inmersa desde 2009 por desequilibrios de las cuentas públicas. Y justificó la falta de mayores ajustes en que el presupuesto de 2019 incluirá medidas “que reconstruyen parte del Estado de bienestar”, entre las que figuran la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad y la universalización de la educación de cero a tres años.

En esa óptica, la misiva por primera vez trata a España como país en el brazo preventivo y no desde el correctivo (aunque legalmente el país todavía no haya abandonado la fase correctiva). Eso significa que la Comisión Europea da por hecho que cerrará el año 2019 con un déficit por debajo del 3%, según estas fuentes. La Comisión no ha querido meter en el mismo paquete a todos los países que serán cuestionados por carta. Por ello, este jueves mandó la primera al Gobierno italiano, sobre cuyas cuentas tiene serias objeciones, mientras que ha dejado para hoy las dirigidas a España, Portugal, Francia y Bélgica.

Las reglas permiten que la Comisión pida explicaciones a los países si percibe riesgos de desviación en los objetivos fijados.