Rajoy consolida en la Argentina de Macri el olvido de la etapa Kirchner
El presidente inicia una visita de dos días para animar a los empresarios españoles a invertir tras recuperar el país la normalidad y la seguridad jurídica
Cristina Fernández de Kirchner es el pasado, una etapa conflictiva y convulsa para Argentina y España, y para sus grandes empresas multinacionales, y Mariano Rajoy llegó este lunes a Buenos Aires para consolidar su buena relación de presente y de futuro con el presidente actual, Mauricio Macri, y reafirmar su apoyo a sus reformas y a su estilo. Hacía más de 10 años que un presidente español no realizaba una visita oficial bilateral a Argentina, anomalía difícilmente explicable ante el grado de conexiones mutuas en todos los niveles. El objetivo declarado de este esperado nuevo encuentro es sobre todo económico.
Antes de comenzar la visita, el presidente Macri concedió una entrevista a un diario español y Rajoy otra al periódico argentino La Nación. El mensaje en ambas parecía calcado. Políticamente la meta de esta cita es dar por superada la época de "anormalidad", crisis y enfrentamientos entre los ejecutivos de la familia Kirchner y los españoles, fundamentalmente como consecuencia de las divergencias con las inversiones efectuadas por las grandes multinacionales españolas en Argentina. En el ámbito económico lo que Macri ha pedido a Rajoy es que traslade un mensaje de confianza y crédito a sus reformas y anime a los inversionistas españoles a volver a Argentina con más fuerza de la realmente constatada en los dos últimos años. Los datos aún son pobres en ese sentido.
España es el segundo inversor en Argentina (tras Estados Unidos) y las inversiones argentinas en España superan los 3.000 millones de euros. En 2017, el comercio entre ambos países creció más de un 20%, alcanzando los 2.872 millones de euros. Las exportaciones españolas aumentaron más del 50% respecto al año anterior (1.287 millones de euros) y las importaciones crecieron un 3,1% respecto a 2016, situándose en 1.585 millones de euros. El saldo comercial fue, por tanto, deficitario para España (-299 millones de euros).
Como es habitual en este tipo de desplazamientos oficiales, el presidente Rajoy aprovecha su viaje para inaugurar un foro empresarial organizado por la secretaría de Estado de Comercio, el ICEX y las cámaras de comercio de ambos países al que acudirán unas 80 empresas españolas, unas 200 argentinas y en las que se propiciarán unos 250 encuentros bilaterales. El nivel de los patrocinadores de ese foro, Abertis, Dycasa, ACS, Gas Natural, Fenosa Mapfre, Banco de Santander Río, Telefónica y Cofides, da una idea de su relevancia. El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, que acompaña a Rajoy en la delegación, tendrá por su parte un desayuno con su homólogo y con representantes de las diez compañías del IBEX más importantes asentadas en Argentina.
En este viaje está prevista también la firma de memorandos de entendimiento en los ámbitos de Gestión de Recursos Hídricos y Tecnologías de Información y Comunicaciones y se está ultimando un Comunicado Conjunto para dar un nuevo impulso al Plan de Acción rubricado en 2017 con un instrumento adicional en la nueva Fundación Consejo España-Argentina.
España ha perdido peso político y económico en Argentina, y dejó de ser la primera potencia inversora con la expropiación de Repsol, pero se mantiene como segunda y sus empresas dominan sectores clave: telecomunicaciones, energía, sistema financiero, seguridad, tecnología, autopistas. Rajoy llega ahora en un momento mucho más tranquilo. El conflicto con Telefónica, provocado según esta compañía porque Macri ha privilegiado al grupo Clarín, su gran competidor, parece en vías de solución y el Gobierno argentino prepara una ley que intentará apaciguar el enfado de la multinacional española, que está atenta por si finalmente Clarín logra ganar posiciones. Las amenazas de acudir al CIADI, el organismo internacional de resolución de conflictos, han quedado atrás, aunque el problema no está resuelto.
Rajoy cumple así con esta visita oficial varias asignaturas pendientes. La anterior de un presidente español se remonta a 2007 con José Luis Zapatero en La Moncloa y Nestor Kirchner en la Casa Rosada. Macri ya fue recibido en Madrid el año pasado con todos los honores y con los mismos retos económicos y políticos. En Argentina residen actualmente 476.449 españoles, según el último dato consular registrado el pasado 31 de diciembre, y es la primera colonia de emigrantes en el exterior, que mantienen además más de 500 instituciones (casas de socorro mutuos, hospitales, centros regionales y diversas asociaciones) con infraestructuras de enorme valor cultural y patrimonial.
El presidente español, de hecho, alternará durante dos días encuentros al máximo nivel político y empresarial (con Macri en la Casa Rosada y con las empresas en un foro específico) pero también acudirá a un acto que se prevé masivo con la colectividad española en el Club Español de Buenos Aires, que fue la primera institución en representar a los españoles en Argentina desde 1852 y que ahora reside en un majestuoso edificio declarado de interés cultural. El presidente argentino, por su parte, ha organizado un almuerzo oficial al que acudirán unas 400 personalidades del país.
En el terreno simbólico, el presidente Rajoy se ha reservado un momento para acudir el miércoles, antes de partir de regreso a Madrid, al Parque de la Memoria, donde se ha levantado un muro con las inscripciones de los nombres de los fallecidos durante la dictadura argentina.
En la entrevista con Macri y en otros contactos políticos Rajoy quiere aprovechar para repasar la agenda regional, ahora que Argentina preside el G-20, y para hablar sobre la crisis creciente en Venezuela, sobre los temas a abordar a final de año en la Cumbre Iberoamericana de La Antigua (Guatelama), el estado actual de la negociación para la firma del acuerdo de la Unión Europea y Mercosur, la candidatura argentina a integrarse en la OCDE y la recientemente presentada de España al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el bienio 2031-32.
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