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Esquerra insta a Puigdemont a que renuncie a ser presidente

Los republicanos plantean una presidencia simbólica y sin valor legal para desencallar la situación

El expresident Puigdemont junto a los exconsellers Lluis Puig y Clara Ponsatí, y el portavoz adjunto de JxCAT, Eduard Pujol.Vídeo: DELMI ÁLVAREZ / REUTERS-QUALITY

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha insistido este lunes en reclamar la elección efectiva de un presidente de la Generalitat, la formación de un Govern y que se levante el artículo 155. Para ello, los republicanos plantean que Carles Puigdemont renuncie a revalidar el cargo a cambio de un reconocimiento de su figura. Se trataría de crear una suerte de presidencia simbólica, sin valor legal alguno, que le sería reconocida por la llamada Asamblea de Cargos Electos. El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha dicho que a su partido le “suena bien” la idea. 

“Si decimos que suena bien es porque da todo el valor al Govern legítimo de Bruselas y lo hace compatible con acabar con el 155”, afirmó Sabrià, que declinó entrar en detalles sobre la negociación que mantienen este partido y Junts per Catalunya (la lista de Puigdemont). Las conversaciones en Bruselas “avanzan a buen ritmo”, según el portavoz de ERC.

“Somos optimistas y no entraremos en concreciones porque hemos de mantener la necesaria discreción”, dijo Sabrià, quien se mostró “convencido” de que el independentismo alcanzará un pacto. “Cuando lo cerremos, haremos todo el ceremonial que haga falta”, añadió, sin dar más pistas. No quiso marcarse ningún plazo para zanjar el acuerdo.

En opinión de Sabrià, tan importante como investir a Puigdemont es poder formar un Govern “legítimo” y que trabaje desde Bruselas y otro ejecutivo y efectivo que trabaje desde Cataluña, así como que se levante la aplicación del artículo 155. “No podemos poner en riesgo situaciones complejas de gente que lo ha dado todo para lograr objetivos parciales”, dijo Sabrià.

La fórmula que están negociando Junts per Catalunya y Esquerra dejaría a Puigdemont sin ninguna atribución política, pero satisfaría su deseo de seguir moviendo los hilos desde Bruselas y no se descarta incluso que pudiera formar ese Govern simbólico en la capital belga, tan simbólico como sería también su cargo. Es una idea que el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras propuso la semana pasada para desencallar la petición de Puigdemont de seguir en primera línea.

Junts per Catalunya y Esquerra continuaron este lunes sus negociaciones. Eduard Pujol, portavoz adjunto del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, explicó en Bruselas que su formación está trabajando “en la buena dirección” con ERC y la CUP para lograr una investidura. El mecanismo que se plantea pasa por nombrar a Puigdemont a través de la llamada Asamblea de Cargos Electos, un órgano no oficial que los independentistas pusieron en marcha antes del verano en previsión de que las instituciones catalanas quedasen intervenidas.

Forman parte de esta asamblea casi 4.000 cargos locales y autonómicos, que lo hacen a título individual y sin que sus decisiones tengan carácter formal o institucional alguno. Preguntado por esa opción, Pujol no la confirmó ni la desmintió. “Estamos trabajando para llevar adelante el acuerdo.

El pacto saldrá y habrá una investidura de Puigdemont; tenemos claro que en este espacio europeo, en Bruselas, podemos trabajar con mayor comodidad”, dijo. Y añadió: “Presidencia [de la Generalitat] sólo hay una, y será la del president Puigdemont”.

Ley y reglamento

El expresidente convocó este lunes a los diputados de Junts per Catalunya en la capital belga para explicarles los términos de la negociación con ERC y la CUP. Tras esa reunión, Eduard Pujol abogó por “no alimentar nuevos procesos judiciales” e insistió en que todo se hará “con arreglo al reglamento y a la ley”. Si el independentismo cumple con esa promesa, la investidura legal y efectiva de Puigdemont está descartada, porque el Tribunal Constitucional ya advirtió que ha de acudir personalmente al Parlament y con permiso del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena. Si no fuera así y fuese elegido, su investidura sería anulada a las pocas horas.

La vía telemática que barajó el independentismo días atrás parece descartada por completo. El discurso público de los independentistas coincide poco con el que hacen en privado, en el que admiten que Puigdemont estaría dispuesto a ocupar una presidencia simbólica.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, criticó que el independentismo esté estudiando conceder ese “premio de consolación” a Puigdemont. Para el líder socialista, “solo existe un presidente de la Generalitat” y por eso reclamó al secesionismo “que no juegue a devaluar las instituciones de autogobierno que son de todos”. En su opinión, Cataluña ha de tener un gobierno “que pueda ejercer las 24 horas”, por lo que reclamó que se proponga un presidente “sin ningún tipo de carga judicial” y que en el futuro nuevo Govern no haya ni un solo exconsejero o líder político investigado por la justicia.

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, expresó su esperanza de que alguno de los diputados de Junts per Cataluña que acudieron a Bruselas tuvieran la “valentía” de decirle a Puigdemont que no puede volver a ocupar ese cargo.

En esa línea, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, consideró que Puigdemont está “más acorralado que nunca”, ya que no tiene “más salida que ser un prófugo de la justicia o venir a España y rendir cuentas ante la justicia”. Además, calificó de “ocurrencia” la doble elección que plantean los independentistas, una simbólica en Bruselas y otra efectiva en Barcelona. En su opinión, lo “válido” es un presidente investido en el Parlament. “Lo demás no vale. Aquí no hay investiduras simbólicas”, dijo.

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