Imani Daud Aboud: “Los africanos están siendo conscientes de que sus derechos humanos llevan siendo violados durante mucho tiempo”
La presidenta de la Corte Africana de Derechos Humanos cree que la mayor amenaza en el continente es la “falta de buena gobernanza” y defiende que la “perspectiva de género” es “fundamental” para la justicia
“La defensa de los derechos humanos es la base de la paz y de la seguridad”. Con esta afirmación como principio conductor, la jueza Imani Daud Aboud, nacida en “Tanzania” y de “unos 60 años” —dice sin más precisiones— preside desde 2021 la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, un tribunal regional creado por los Estados africanos con poder para tomar decisiones vinculantes para aquellos que ratificaron el protocolo, en total 34 de los 54 países del continente.
Faltan en la corte grandes países como Marruecos y Argelia y solo ocho han dado el paso de depositar una declaración que reconoce al tribunal la competencia para recibir casos directamente de personas individuales u organizaciones —en caso contrario, solo pueden acudir a esta instancia la Comisión Africana de Derechos Humanos, los Estados parte y las organizaciones intergubernamentales africanas—. Pese a ello, el tribunal que Aboud liderará hasta 2025 ha adoptado importantes medidas que han llevado a países como Malí a cambiar su ley para prohibir el matrimonio infantil o a Costa de Marfil a indemnizar a las víctimas de un vertido tóxico.
De visita en Madrid, donde la jueza ha participado en ICON.S, una conferencia internacional que ha reunido a más de 2.000 expertos y profesionales de la justicia organizada por IE Law School de la IE University, Aboud afirma sin rodeos que “los africanos están siendo conscientes de que sus derechos humanos llevan siendo violados durante mucho tiempo y se han lanzado a las calles”.
Pregunta. Tres mujeres dirigen a la vez las tres cortes regionales de derechos humanos, la africana, la europea [Síofra O’Leary] y la iberoamericana [Nancy Hernández López]. ¿Es una oportunidad para dar a la justicia una perspectiva de género?
Respuesta. Por supuesto. La perspectiva de género es fundamental porque todos somos iguales como seres humanos con independencia de nuestro género. Pero, además, demuestra al mundo que las mujeres podemos ocupar cualquier puesto, que somos capaces de ser presidentas de los países o de estar al frente de instituciones tan grandes como estos tres tribunales. Ayer [por el 9 de julio], los estudiantes me preguntaron cómo me las había arreglado para crecer hasta la posición que ocupo.
P. ¿Y qué les dijo?
R. Que tengo tres elementos. El primero es la determinación, es decir, debes tener la determinación de querer crecer en tu carrera y no quedarte estancada en una posición muy baja. El segundo es la confianza en ti misma, en que puedes hacerlo. Y este es un problema que tenemos muchas mujeres, que pensamos que no podemos competir con un hombre. Y el tercero, el compromiso con lo que quieres hacer. Pero, además, es importante institucionalizar la paridad de género.
P. Como ocurre en su tribunal.
R. En la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos somos cinco mujeres y seis hombres. Y en el mandato anterior, seis mujeres y cinco hombres. Y ocurre así porque fue institucionalizado en el protocolo que dio origen a este tribunal. También se estableció que, si la presidenta es una mujer, el vicepresidente debe ser un hombre y viceversa. La paridad es fundamental para aportar perspectiva de género a la justicia.
La paridad es fundamental para aportar perspectiva de género a la justicia
P. ¿Cuáles son las principales amenazas a los derechos humanos en África?
R. Hay muchos retos, pero el principal es la falta de buena gobernanza, que lleva a no respetar ni el buen gobierno ni el Estado de derecho. Y si estos dos elementos no se respetan, automáticamente tampoco se respetan los derechos humanos. Digo a los líderes de mi continente que si queremos tener paz y seguridad hay que respetar los derechos humanos, porque son la base de todo. Pero el viento del cambio está llegando a la mayoría de los países africanos.
P. ¿Se refiere a manifestaciones como las de Kenia, que estallaron por una subida de impuestos y ahora reclaman la dimisión del presidente?
R. Sí. Los africanos están siendo conscientes de que sus derechos humanos llevan siendo violados durante mucho tiempo y se han lanzado a las calles. Los jóvenes se manifiestan para exigir el derecho a la vida, al desarrollo, a la alimentación, a un medio ambiente cuidado, a tener un trabajo después de terminar la universidad. Están cansados de un tipo de Gobierno que no se ocupa de los intereses de los jóvenes.
P. Al menos 50 personas han muerto en Kenia en un mes durante los enfrentamientos con la policía. ¿Podría su tribunal juzgar a Kenia por violación de derechos humanos?
P. Sí podemos, pero los ciudadanos kenianos no pueden acudir de forma directa a nuestro tribunal. Para poder hacerlo, nuestro protocolo establece ciertas condiciones: puede venir un Estado miembro de la Unión Africana que haya ratificado el protocolo por el que se establece el tribunal y además, tiene que haber depositado la declaración por la que acepta la competencia del tribunal africano [si acude un ciudadano particular]. Por ahora, Kenia ha ratificado el protocolo, pero no ha depositado la declaración. Sin embargo, la Comisión Africana de Derechos Humanos, que tiene tanto un mandato de protección como de promoción de los derechos humanos, sí podría traer el caso. Sus decisiones no son vinculantes para los Estados, pero las nuestras sí lo son.
P. ¿Les ha llegado algún caso relacionado con la ley homófoba que ha aprobado Uganda?
R. No hemos recibido ningún caso relacionado con personas LGTBI. No puedo hablar en concreto sobre la ley de Uganda porque, como presidenta de la Corte, soy muy reacia a hacer comentarios sobre cuestiones políticas. Pero hay Estados que opinan así [en contra de los derechos de las personas LGTBI] con el argumente de proteger la cultura y las tradiciones africanas. Pero no podemos permitirlo. E incluso aunque algunos códigos penales consideran la homosexualidad como una ofensa, nosotros, como tribunal, tenemos que ir hacia adelante. Si nos llega algún caso de violaciones de derechos humanos contra colectivos LGTBI, miraremos las pruebas y tomaremos una decisión.
P. ¿Puede citar ejemplos de decisiones vinculantes que haya tomado su tribunal?
R. Hay un caso muy relevante, relacionado con el medio ambiente, contra Costa de Marfil. Había un barco que vertió residuos tóxicos químicos en la ciudad de Abiyán y en su periferia. Hubo personas que murieron y otras que tuvieron una larga enfermedad. El caso vino a nuestra Corte y encontramos que el Gobierno de Costa de Marfil violó los derechos humanos de las víctimas y de otras personas, porque la contaminación del aire puede afectar a cualquiera. Así que ordenamos que el Gobierno indemnizara a las víctimas.
P. ¿Y lo cumplieron?
R. Sí, lo cumplieron. También fue vinculante otra importante decisión contra Tanzania, cuando una ONG presentó un caso porque la Constitución del país no permite que un candidato particular se presente a las elecciones. El tribunal dictaminó que se trataba de una gran violación del derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos del gobierno. A raíz de eso, se introdujeron algunas enmiendas, no en la Constitución, aunque sí en la regulación de la celebración de elecciones. No obstante, no se ha presentado todavía ningún candidato particular a las elecciones presidenciales. Pese a ello, estas decisiones benefician a todo el continente.
El tribunal dictaminó que no es apropiado para una niña, menor de 18 años, casarse porque va en contra de los derechos humanos
P. ¿Por qué?
R. Porque cualquier decisión contra un miembro particular de la Unión Africana establece los estándares jurídicos continentales. Aunque nuestras decisiones no deben crear caos en la sociedad.
P. ¿Qué tienen en cuenta al tomar una decisión contra un Estado?
R. La intención de cualquier tribunal debe ser tomar decisiones para dar armonía y paz. Por ejemplo, tomamos una decisión sobre pueblos indígenas de Kenia que se vieron obligados a abandonar una tierra en la que habían vivido muchos años. El Gobierno aseguraba que la expulsión era necesaria para desarrollar un proyecto que serviría para proteger el medio ambiente. El caso llegó a nuestro tribunal y consideramos que hubo una violación de los derechos humanos de estas personas, que tenían derecho a permanecer en su tierra. Y ordenamos al Gobierno de Kenia que realizara una consulta por escrito sobre cómo resolver el problema. Así que se delimitaron las zonas en las que se podría desarrollar el proyecto y pedimos a Kenia que compensara a las personas que fueron finalmente expropiadas. Les dimos un plazo de 12 meses para ver cómo habían ejecutado nuestra orden y estamos ahora en el proceso de convocar una audiencia para ver lo que ha hecho Kenia.
P. ¿Han recibido casos sobre el matrimonio infantil?
R. Sí. Hubo un caso en el que el tribunal dictaminó que no es apropiado para una niña, menor de 18 años, casarse. Incluso en los países que profesan el islam y lo permiten, porque va en contra de los derechos humanos.
P. ¿Contra qué país?
R. Contra Malí. El tribunal dictaminó que cambiaran la ley por la que se establece la edad a la que puede casarse una mujer y, gracias a Dios, la cambiaron. Según la Convención sobre los Derechos del Niño, las niñas son menores de edad hasta que cumplen los 18 años.
P. Ruanda, Tanzania, Costa de Marfil y Benín retiraron su declaración de la Corte. ¿Por qué?
R. La mayoría de ellos dicen que el tribunal está interfiriendo en su soberanía. Este es un tribunal creado con un mandato específico para tratar las violaciones de los derechos humanos. Los países que nos dieron el mandato y depositaron la declaración aceptaron la competencia del tribunal. Mi opinión es que quizás no estén contentos con las decisiones que se toman contra ellos y este es un enfoque muy equivocado.
Puedes seguir a Planeta Futuro en X, Facebook, Instagram y TikTok y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.