Detenidos tres presuntos yihadistas catalogados como “amenaza para la seguridad nacional”
La investigación revela que los arrestados consultaban en internet sobre explosivos y ataques suicidas, y tenían un machete de grandes dimensiones


Agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil han detenido a tres presuntos integrantes de un grupo yihadista que habían sido catalogados como “una potencial amenaza para la seguridad nacional” después de que la investigación revelase que habían hecho el juramento de fidelidad a los postulados del islamismo más radical, que habían realizado búsquedas en internet sobre armas, explosivos y ataque suicidas, y que tenían en su poder un machete de grandes dimensiones, según ha informado este viernes el Ministerio del Interior. Se trata, en concreto, de M. E., arrestado en Fuencaliente de Lucio (Burgos); A. A., capturado en Huelva; y A. E., que residía en Salamanca, todos ellos de nacionalidad marroquí y con edades comprendidas entre los 24 y 42 años. Dos de ellos han ingresado en prisión, mientras el tercero ha quedado en libertad con medidas cautelares tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge. Con ellos, ya son 38 los detenidos por las fuerzas de seguridad en lo que va de año acusados de diferentes delitos relacionados con el yihadismo, según las estadísticas del Ministerio del Interior.
La bautizada como Operación Pozo Amarillo arranca en 2023, cuando la Guardia Civil detecta que los tres arrestados ―que llevan años residiendo en España aunque ninguno había obtenido la nacionalidad― mantenían reuniones físicas en Salamanca, donde en aquel momento vivían. Allí supuestamente constituyeron un grupo “alineado con las tesis del movimiento yihadista global” que utilizaba múltiples fuentes para obtener material “para el autoadoctrinamiento y autocapacitación”, según ha destacado la Guardia Civil. Así, consultaban contenidos elaborados por Al Qaeda y el Estado Islámico ―a pesar de que ambos grupos terroristas mantienen diferencias entre sí―, pero también de sheiks (euditos) islamistas radicales y de organizaciones de origen palestino como Hamás y las Brigadas Al-Nasser, implicadas ambas en los ataques terroristas de octubre de 2023 en Israel. De hecho, en las conversaciones que mantenían los ahora detenidos, la guerra en la franja de Gaza era un tema recurrente como argumento para justificar la violencia yihadista, detallan fuentes cercanas a la investigación.
Junto a esta labor de autoadoctrinamiento, los tres arrestados realizaban diversas actividades de entrenamiento físico y, en ocasiones, vestían indumentarias similares a la que emplean los terroristas islamistas, como pasamontañas para cubrirse el rostro o chalecos de combate. Todo ello, para obtener imágenes con las que elaborar “composiciones audiovisuales que posteriormente distribuían a terceros” en un intento de captarlos. Estos contactos y actividades se mantuvieron a pesar de que dos de ellos abandonaron Salamanca y se asentaron, respectivamente, en Huelva y en la localidad burgalesa de Fuencaliente de Lucio.
Las alarmas se dispararon entre los investigadores cuando las pesquisas revelaron que los integrantes del grupo habían buscado en internet cómo hacer el juramento de fidelidad al yihadismo ―paso previo, en algunas ocasiones, a la decisión de cometer atentados―, así como información sobre armas y explosivos, y habían visionado vídeos de ataques suicidas cometidos en Siria durante el califato del Estado Islámico. Además, estaban en posesión de un machete de grandes dimensiones que por sus “peculiares características” se podía utilizar como arma de ataque y cuya posesión, según las fuentes consultadas, no estaba justificada por los trabajos que desempeñaban: uno realizaba trabajos agrarios, otro era camionero y al tercero no se le conoce actividad laboral.
Por todo ello, los responsables de la investigación los catalogaron como potencialmente peligrosos y se decidió detenerlos. Los arrestos se produjeron finalmente el 18 de marzo, aunque hasta este viernes Interior no ha informado sobre ellos. En este tiempo, los agentes, en colaboración con la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol), ha volcado la información de los dispositivos electrónicos que se les intervino y detectado conexiones de los arrestados a través de internet con terceras personas en otros países.
La actividad policial en la lucha contra el terrorismo islamista registra en los tres primeros meses de 2025 cifras de récord, con 38 detenidos. De seguir este ritmo, el año puede acabar con más de un centenar de arrestos, cifras no registradas desde 2004, cuando se cometieron los atentados del 11-M y fueron detenidos 131 presuntos yihadistas. Esta tendencia al alza en el número de operaciones antiyihadistas se inició en octubre de 2023, cuando el estallido de la guerra en Gaza tras los ataques terroristas de Hamás y la respuesta militar de Israel obligó a Interior a acelerar muchas de las investigaciones que tenía abiertas sobre sospechosos de actividades islamistas radicales ante el temor de que el conflicto los empujase a atentar, según confirman fuentes policiales. En el año y medio transcurrido desde entonces, las fuerzas de seguridad han arrestado a 173 presuntos terroristas islamistas.
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