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El sarampión, la fiebre amarilla y la polio rebrotan en África por la baja vacunación

Los confinamientos y restricciones por la covid-19 y la derivación de recursos y personal para hacer frente a la pandemia perturban la inmunización ante otras enfermedades

Vacunas en África
Un niño recibe la vacuna del sarampión en una campaña de vacunación de Unicef en Impfondo (RDC) en 2019.UNICEF/Maranatha
José Naranjo

Los casos de enfermedades que se pueden prevenir como el sarampión, la polio y la fiebre amarilla se han disparado en África en los últimos meses debido a la caída de la vacunación infantil como consecuencia de las perturbaciones creadas por la covid-19, según informó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los confinamientos y restricciones a los movimientos, así como la destinación de recursos y personal para hacer frente a la pandemia en detrimento de las campañas rutinarias de inmunización, están en el origen de recientes brotes de estas enfermedades.

Entre enero y marzo de 2022 el continente africano sufrió 17.500 casos de sarampión, lo que supone un 400% más que en 2021, aseguró el doctor Benido Impouma, director de Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles de la oficina africana de la OMS. Dado que esta enfermedad es muy contagiosa, los positivos tienden a aparecer en cuanto disminuye la tasa de vacunación, a lo que se suma la relajación de las medidas de distancia social adoptadas por la covid-19. Esto es lo que está ocurriendo en países como Nigeria, Somalia y Etiopía, donde los desplazamientos derivados de conflictos también incrementan el riesgo de contagio. En el último año, se han producido 21 brotes de gran magnitud y gravedad en todo el mundo, la mayoría en África.

Entre enero y marzo de 2022 el continente africano sufrió 17.500 casos de sarampión, lo que supone un 400% más que en 2021

“La pandemia de coronavirus ha interrumpido los servicios de inmunización, los sistemas sanitarios están desbordados y estamos asistiendo a un resurgimiento de dolencias mortales como el sarampión. En el caso de muchas otras enfermedades, las repercusiones de estas interrupciones de los servicios de inmunización se dejarán sentir durante décadas”, aseguró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Ahora es el momento de volver a poner en marcha la inmunización esencial y lanzar campañas de recuperación para que todo el mundo pueda tener acceso a estas vacunas que salvan vidas”. En África se han lanzado iniciativas de vacunación en unos 30 países como Guinea Ecuatorial, Chad, Etiopía, Somalia o Sudán del Sur.

La fiebre amarilla también se ha disparado en África. En 2021 nueve países notificaron brotes y en lo que va de 2022 ya son tres, entre ellos Kenia, que no sufría esta enfermedad desde hacía unos 25 años. La OMS está tratando de relanzar la profilaxis contra este virus, sobre todo entre los niños. “Si los pequeños enferman, tienen que ir al hospital o no se pueden mover, entonces hay que ocuparse de ellos y esto genera un enorme impacto también en la vida cotidiana de las familias. No es solo un problema de salud, también afecta a la economía”, aseguró la profesora Helen Rees, directora del Instituto de Salud Reproductiva y VIH de la Universidad sudafricana de Witwatersrand.

El caso de la poliomielitis también es llamativo. África quedó oficialmente libre de polio salvaje en agosto de 2020, cuatro años después de que se conociera el último caso. Sin embargo, el pasado mes de febrero se detectó un caso en una niña en Malaui que la OMS considera importado al tratarse de la misma cepa que circula en Pakistán, el único país junto a Afganistán en que esta enfermedad sigue activa. La aparición de este ha hecho encender todas las alarmas y la OMS ha lanzado una ambiciosa campaña de vacunación que pretende alcanzar a 23 millones de niños menores de cinco años tanto en Malaui como en los cercanos Mozambique, Tanzania, Zambia y Zimbabue.

África se enfrenta a un repunte de casos de covid-19 tras dos meses de descenso continuado por ahora focalizado casi en exclusiva en Sudáfrica

Sin embargo, no es solo la polio salvaje la que preocupa en África. Una veintena de países ha detectado contagios por polio derivada de la vacuna, una proporción cuatro veces superior a 2020. La dosis oral que se usa mayoritariamente en África, porque es barata y fácil de administrar, dota de una inmunización para toda la vida, pero presenta un riesgo: se trata de un virus atenuado que puede mutar y volverse virulento y transmitirse a través de las heces y el agua contaminada a niños sin vacunar, elevando el riesgo de brotes en lugares sin el saneamiento adecuado y con bajas tasas de inmunización.

Mientras tanto, África se enfrenta a un repunte de casos de covid-19 tras dos meses de descenso continuado por ahora focalizado casi en exclusiva en Sudáfrica, donde en la última semana se doblaron los contagios y aumentaron las hospitalizaciones. “Está comenzando allí la estación de invierno y esto provoca un aumento de los problemas respiratorios. Debemos seguir vigilantes”, recordó el doctor Impouma. La tasa de vacunación en África continúa siendo muy baja, un 17% de la población tiene las dos dosis, sobre todo si se compara con los países desarrollados. Los problemas de acceso a las vacunas en la primera mitad de 2021 contribuyeron a la elevada tasa de rechazo por parte de la población.

Pese a que oficialmente solo hay unos 8,3 millones de africanos que se contagiaron de covid-19 unos 150 estudios de seropositividad han revelado que la tasa de infección podría ser mucho más alta y que la enfermedad habría afectado a unos 800 millones de africanos que, en su mayor parte, superaron este contacto con el virus de manera asintomática o con síntomas leves. En la actualidad los expertos debaten el diseño de nuevas estrategias de vacunación, teniendo en cuenta la inmunidad natural que ha alcanzado buena parte de la población, sobre todo en zonas urbanas. Pese a todo, la OMS insiste en que las campañas de vacunación, sobre todo a la población más vulnerable, y las medidas de distancia social siguen siendo necesarias y se espera mejorar las cifras a finales de 2022.

El ébola también está de vuelta

El pasado 23 de abril la República Democrática del Congo (RDC) declaraba un nuevo brote de ébola en la ciudad de Mbandaka, provincia de Ecuador. Hasta el momento se han identificado dos contagiados y ambos han fallecido en el tercer brote identificado en esta zona desde 2018. Las autoridades sanitarias de la RDC y la OMS ya han comenzado una campaña de vacunación en cintura. “Ya hemos inmunizado a 78 contactos de los dos confirmados y hemos desplazado equipos a la zona”, aseguró el doctor Mory Keita, coordinador técnico de la oficina africana de la OMS. Este brote no guarda ningún vínculo con los anteriores, añadió.

El virus ébola es endémico en la RDC y está muy presente en la naturaleza, por lo que las zoonosis o saltos del animal al hombre son habituales, sobre todo en los lugares donde el ser humano ha ido ocupando las zonas que antes ocupaban los bosques. Los científicos creen que el principal reservorio del ébola son varias especies de murciélagos frugívoros que pueden infectar directamente al hombre o a otros animales que a su vez lo transmiten al ser humano. El desarrollo de varias vacunas durante la epidemia de 2014-2016 en África occidental ha logrado reducir la letalidad de esta enfermedad en los últimos años.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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