La independencia económica de la OMS, clave para cerrar las brechas con el Sur

“El mayor problema de la salud no es una enfermedad. Ni lo fue el sida en su momento, ni lo es ahora la covid. El mayor reto que afrontamos es la inequidad. Y lo estamos viendo claramente en el reparto de la vacuna”. Así de tajante se mostró este martes Carlos Mediano, presidente de Medicosmundi, en la presentación del último informe realizado por la ONG que lidera y Médicos del Mundo, La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2021. El experto insistió en que la ayuda humanitaria, de quien dependen 440 millones de personas, es la “única herramienta” para paliar la desigualdad en el planeta. “Y, hasta ahora, no va dando pasos a la velocidad que necesitamos”, añadió Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

En las dos últimas décadas, la ayuda oficial al desarrollo (AOD) ha pasado del 0,46% en 2009 a desplomarse hasta el 0,12% en 2015, relegando la cooperación española a la cola de los donantes. Desde entonces, según coincidieron los ponentes, el crecimiento ha sido “insuficiente”. Aunque el año pasado, España destinó el 0,23%, está aún a medio camino del compromiso del Gobierno, de alcanzar el 0,5% a final de la legislatura. Esto está relacionado con el incremento del 42% en la mortalidad infantil, que estima el estudio, a causa de la covid.

Celebrado en el centro de Madrid, y moderado por Lola Huete Machado, directora de Planeta Futuro de EL PAÍS, el acto se centró en el hemisferio sur, abordando temas de salud más allá de la covid, como las consecuencias del cambio climático, la pobreza y la migración. “La covid lo acaparó todo, pero hay muchas otras pandemias en la sombra de las que no se habla tanto. Ni de la inseguridad alimentaria, ni del sida, ni la tuberculosis”, repasó la periodista tras recordar que el año pasado fallecieron 10 millones de personas por hambre, el doble que por coronavirus.

No se trata de algo local o nacional. La sanidad es materia mundial

Fernando Simón

Simón insistió en una de las enseñanzas de la pandemia: “No se trata de algo local o nacional. La sanidad es materia mundial”. Por ello, recalcó que los organismos internacionales son claves. “Necesitamos una Organización Mundial de la Salud (OMS) eficiente, con alto nivel técnico e independiente. Y el presupuesto base, que le da esa independencia, no llega ni al 20%”, explicó.

Esta crítica también fue compartida por José Félix Hoyo, vicepresidente de Médicos del Mundo, quien incidió en que la visión para el progreso ha de ser global: “Somos un solo mundo y no lo estamos protegiendo si las vacunas no llegan a todos los rincones”. Y precisamente las inyecciones contra la covid no están llegando. Mientras 241 millones de personas del hemisferio norte han recibido ya la tercera dosis, el 93% de África no ha sido siquiera citado para la primera, según subrayó el último informe de la Fundación Mo Ibrahim, el mayor termómetro del bienestar y la gobernanza del continente.

La salud es una de las áreas en las que más se ha notado la merma de presupuesto español. Si bien se destinaba el 10% de la ayuda oficial al desarrollo en 2008 y 2009, este aporte cayó al 1,58% en 2016. “La pandemia nos hizo darnos cuenta de la relevancia de esta, fue un zarandeo”, resumió Cruz Ciria, jefa del área de salud de la Agencia de Cooperación al desarrollo (AECID). En 2020, este porcentaje se triplicó (7.64%). “Estamos en pleno momento de reforma interna y esperamos que el año entrante sea un hito y que se incremente el aporte a la salud”.

El estudio conjunto de ambas oenegés médicas, que cumple 20 años analizando la inversión en salud global, es crítico con la comunidad internacional y habla de “fracaso” y “acaparamiento de dosis” por parte de los países más ricos. De hecho, 241 millones de inyecciones se tendrán que tirar a la basura si no se emplean antes de finalizar el año, mientras que la iniciativa Covax, creada para la distribución de 2.000 millones de dosis en 92 países en vías de desarrollo, solo ha usado 330 millones. “Es necesario que se tomen políticas conjuntas y coordinadas, sin importar el color político”, espetó Laura Celià Gelabert, directora general de Cooperación, Govern de las Illes Balears, quien participó en diferido y puso en valor la cooperación desagregada y habló del peso de la población quien tiene que “demandar” dotación para estos asuntos.

La importancia de los datos

Hay una cifra clara: más de la mitad de la población del planeta son mujeres. Sin embargo, no están en muchas de las estadísticas. Aunque varios informes corroboran que son las más afectadas por la desigualdad, los expertos critican que la perspectiva de género siga siendo una asignatura pendiente. “Muchas veces ni siquiera sabemos la magnitud de la situación precisamente porque no hay datos que lo muestren”, lamentó Carlos Mediano. “Ese es el primer reto”.

Descolonizar la ayuda humanitaria

“No tenemos nada que inventar, los países socios conocen muy bien sus necesidades”, espetó Ciria. “Lo único que tenemos que hacer es fortalecer y apoyar los sistemas de sanidad públicos”. Esta idea de “descolonizar la ayuda” fue central durante el evento y un tema recurrente en el discurso de los ponentes que asistieron de manera virtual; la Dra. María Isabel Rodríguez, activista por el derecho a la salud y exministra de Salud de El Salvador, Fernando Ignacio Carbone Campoverde, asesor del Ministerio de Salud y exministro de Salud de Perú, Githinji Gitahi, director de Amref Health Africa y Labila Sumayah Musoke, activista por los Derechos Humanos y miembro de la Iniciativa de Kampala. Esta última, la más tajante: “Dejadnos ser los protagonistas del progreso”.

Preguntado por si el informe de dentro de 20 años seguirá hablando de coronavirus, Simón concluyó con una certeza: “No, pero lo que sí vendrá en ese estudio, es que los sistemas sanitarios se transformaron por completo”.

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