La covid-19 como oportunidad para la salud planetaria
La velocidad sin precedentes con que se desarrollaron las vacunas contra el coronavirus es un logro de la humanidad. Con visión de futuro, se puede aprovechar este éxito para una mejora en la salud global y la longevidad
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La covid-19 ha entrado en una fase en la que comienzan a aparecer por todos lados nuevas variantes. En respuesta, todos los gobiernos han entrado en una carrera por inmunizar a suficientes personas como para lograr la inmunidad de rebaño antes de que el virus tenga una mutación que anule la eficacia de las vacunas actuales. Es triste decir que en varias economías emergentes y en desarrollo esta carrera se está perdiendo, dejando a toda la población vulnerable a nuevas cepas. No tiene por qué ser así.
El despliegue global de las vacunas contra la covid-19 ha sido hasta ahora una apabullante ley de la selva en la que los países grandes y ricos han sacado la mejor tajada. En este punto, es probable que muchas economías emergentes y en desarrollo no logren niveles significativos de vacunación hasta fin de año, como mínimo. Y puede que muchos de ellos nunca obtengan vacunas que ya habían sido compradas porque los fabricantes han superado con creces sus compromisos de lo que pueden entregar. Peor aún, hoy existe una clara posibilidad de que las dosis, incluso si llegan, ya no sean eficaces debido a la proliferación de nuevas variantes.
Pero estas demoras y fallos de gobernanza global podrían convertirse en una oportunidad. Dado que la situación precisa de campañas de vacunación masivas a nivel global, podrían servir como plataforma para desarrollar otras ambiciosas iniciativas internacionales destinadas a mejorar la resiliencia de los sistemas sanitarios, prepararse para futuras pandemias y trabajar en pos de una cobertura sanitaria universal. Resulta muy alentador el reciente comienzo de las entregas bajo el mecanismo de financiación y despliegue Acceso Global a la Vacuna contra la covid-19 (Covax).
Los astros están alineados ahora para iniciar este tipo de estrategias. Por una vez, la salud es una importante prioridad en la agenda internacional y los líderes mundiales y sus ministros de finanzas están ansiosos por escuchar propuestas. La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ha traído esperanzas de un liderazgo global y una adecuada financiación para las iniciativas destinadas a los países más pobres. El hecho de que haya anulado la decisión de Donald Trump de retirar a los Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud proporcionará autoridad y recursos muy necesarios a esta indispensable entidad. No debemos desaprovechar esta oportunidad.
El despliegue de la vacuna requerirá la movilización de transporte, almacenamiento e infraestructura logística. De hecho, en la actualidad la mayoría de los sistemas de inmunización se centran en inmunizar a los niños, por lo que deberán ser adaptados para alcanzar poblaciones de adultos.
Los gobiernos ya están haciendo planes nacionales para tratar con algunas cuestiones difíciles, como a quiénes vacunar primero. Entre otros desafíos, las autoridades sanitarias se encuentran actualizando información y sistemas de monitoreo, identificando lugares de suministro, apuntando a poblaciones de difícil acceso y preparando herramientas de comunicación para abordar las dudas sobre si inyectarse o no.
Como primer paso en la creación de un marco de trabajo más sólido, la infraestructura de vacunación contra la covid-19 debería aprovecharse para inmunizar también contra otras enfermedades, dado que varios programas e intervenciones sanitarias al respecto se han pospuesto a causa de la pandemia. Ahora debemos buscar oportunidades para reactivarlos. Como mínimo, es fundamental que los trabajadores sanitarios esenciales de todo el mundo estén protegidos contra otras enfermedades como la hepatitis B y la gripe.
La introducción de energía solar en las cadenas logísticas de la vacuna y las unidades de salud primaria en áreas remotas podría brindar enormes beneficios en países pobres
Para administrar las vacunas contra la covid-19 se necesita la actualización o la creación de una infraestructura adecuada, en especial cuando se precisan cadenas de almacenamiento en frío. Habrá que hacerlas sostenibles para conservar esta infraestructura después de la pandemia. La introducción de energía solar en las cadenas logísticas de la vacuna y de nuevos centros de salud primaria en áreas remotas podría brindar enormes beneficios en países pobres donde el suministro de energía es inestable o las redes eléctricas no son fiables.
La ampliación de la inmunización a los adultos también exigirá una formación adicional, para lo que se debería considerar el uso de plataformas digitales y de la inteligencia artificial en la formación de trabajadores sanitarios, voluntarios y personal no médico alrededor del planeta. Asimismo, estas mismas tecnologías se podrían utilizar para difundir mensajes esenciales de salud pública acerca de enfermedades no transmisibles, como la diabetes, o para ampliar los programas de abandono del tabaco.
En los meses venideros, los gobiernos y proveedores de atención sanitaria deberán contar con una extraordinaria cantidad de información sobre quiénes fueron vacunados, con qué y cuándo. Habrá que actualizar o crear de cero los registros de inmunizaciones, para lo que se necesitará desarrollar y ampliar una infraestructura digital moderna. Afortunadamente, estos bancos de datos se pueden enriquecer o sincronizar con información sanitaria adicional –posiblemente usando la tecnología de cadenas de bloques para proteger la privacidad– y luego usarse para mejorar la prestación sanitaria o mejorar la trazabilidad de la enfermedad, entre otras medidas preventivas.
Finalmente, y quizás lo más crucial, el esfuerzo de vacunación contra la covid-19 podría llevar a una mayor producción farmacéutica, e incluso a potenciar la investigación, en el mundo emergente y en desarrollo. India ya es un importante fabricante, pero a nivel internacional hace falta aumentar tanto la producción como los centros logísticos regionales, en particular si el virus de la covid-19 se vuelve endémico, como temen muchos epidemiólogos. Habrá que reforzar las estructuras actuales de prevención de falsificaciones y actividades del mercado negro. Aunque esto implica algunos costes de entrada, acabará por beneficiar a estos países.
Para sacar el máximo provecho del esfuerzo de vacunación contra el covid-19 se necesitarán liderazgos del más alto nivel
Para sacar el máximo provecho del esfuerzo de vacunación contra la covid-19 se necesitarán liderazgos del más alto nivel. Como actual ocupante de la presidencia rotativa del G20, Italia —hoy con el experimentado Primer Ministro Mario Draghi— podría colaborar con Reino Unido, que actualmente encabeza el G7, y con la recién fortalecida OMS para aprovechar las oportunidades disponibles. Ahora es el momento de apoyarnos en las habilidades y en la capacidad de financiación de los bancos de desarrollo multilaterales, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado.
La velocidad sin precedentes con la que se desarrollaron las vacunas contra la covid-19 representa un importante logro de la humanidad. Con solo un poco de visión de futuro, podemos aprovechar ese éxito para alcanzar una mejora igual de impresionante en la salud global, la longevidad y la calidad de vida.
Erik Berglöf es economista en jefe del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. Traducido del inglés por David Meléndez Tormen. Copyright: Project Syndicate, 2021.
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