Iker Jiménez: la luz y la mentira
¿A quién envió Mediaset a Valencia? A un buen periodista como Carlos Franganillo y en paralelo, poniéndolos en pie de igualdad, al conductor de ‘Horizonte’
Los medios de comunicación preocupados por contar lo que le pasa a la gente, como definía Eugenio Scalfari el periodismo, llevan cada vez más contenidos sobre cómo otros medios, partidos políticos y personajes conocidos o anónimos en las redes sociales usan la desinformación como herramienta para sus fines. El bulo nos come. Esta semana, un digital argentino contaba que don Pedro había ordenado tirar a la basura decenas de toneladas de comida y ropa que iban a Valencia. ¿Por qué habría hecho eso? Por malagente. La fuente era Vito Quiles, uno de los mentirosos oficiales del reino.
El engaño se hace para lograr que el lector crea algo que es falso, pero, sobre todo, la falsedad tiene una estrategia más profunda, más compleja, más a largo plazo. La patraña busca generar un estado de opinión en el que la ciudadanía ya no sepa distinguir verdad de infundio, certeza de ficción. En el que todo sea por igual dudoso, una trola. El falso periodista que miente a sabiendas puede ser un pobre despistado que cree en la importancia de su engañifa, pero por encima tiene a alguien que juega a provocar ese estado de opinión en el que nadie pueda confiar en ninguna información.
Cristina Garmendia, exministra socialista y ahora presidenta de Mediaset, escribía esta semana en X que “cuando se induce un daño por desinformación hay que disculparse”. Tal vez se está disculpando ella misma por la riada de bulos que emiten los medios que controla o tal vez pedía que alguno de sus presentadores se disculpe. Jorge Dioni López, periodista, escritor y maestro de escritores, le dejó un recado a Garmendia: “Su empresa desinforma y ella se indigna con la desinformación. Economía circular”.
Su empresa desinforma y ella se indigna con la desinformación. Economía circular. https://t.co/FnvNhmVwnQ
— Jorge Dioni López (@jorgedioni) November 11, 2024
Mediaset da espacio a uno de los programas que más ruido ha generado en los últimos tiempos porque es probablemente el aquelarre de falangistas, neonazis y prorrusos más dañino de la televisión en España en décadas. Un programa peligroso porque su gusto por las teorías de la conspiración desestabiliza a instituciones clave del Estado y beneficia a una potencia extranjera.
El peligro no es únicamente la difusión de bulos. Iker Jiménez sienta en su programa a personas a las que Defensa investiga porque considera que son agentes a sueldo de Rusia. En Horizonte han aparecido individuos con demostrables simpatías filonazis y una larga retahíla de negacionistas climáticos. Los ejemplos de bulos para alimentar el odio racista son varios.
Horizonte es un programa tenebroso, que termina por ir contra los intereses de España y de sus socios en la Unión Europea y la OTAN, en el que se da voz a personas que gracias a eso se hacen famosas y, acto seguido, usan su fama para señalar en las redes sociales, por ejemplo, a la reina Letizia. No hay ningún programa en las grandes televisiones que sea tan tóxico y dañino para la paz social.
El uso que Mediaset hace de él sirve además para darle una pátina de credibilidad. ¿A quién envía a Valencia? A un buen periodista como Carlos Franganillo. Y en paralelo a Jiménez. Poniendo en pie de igualdad al periodista y al mentiroso. Señora Garmendia: Jiménez no se va a dar por aludido por un tuit. Usando la hipérbole, se podría decir que necesita usted un lanzallamas.
Como Jiménez no hay muchos, afortunadamente. Lo que abunda son columnistas que usan las medias verdades, como Ana Iris Simón en estas páginas, para contar que no había ningún grupo neonazi organizado en el ataque a los Reyes, a Mazón y a don Pedro. Además de usar un bulo que apareció en varios medios, ataca a los periodistas que sí usan información contrastada para contar la presencia de esos grupos neonazis. Es la tergiversación como herramienta para provocar desconfianza. Por eso atacan al periodismo, el decente, el que se revuelve para que no se apague nunca la luz de aquel pasillo que nos sirvió para salir del túnel negro de la mentira. Hoy cierra Viva Suecia: “Una vez brillamos / Sé que una vez tuvimos todo / Una vez que fue una eternidad”. No la apagues.
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