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Columna
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Esoterismo en las aulas

Un curso de “bienestar emocional a través de la astrología psicológica” para profesores desata una rebelión silenciosa en X contra el sistema educativo

Informe PISA
Alumnos en una escuela pública de Barcelona.massimiliano minocri
Rebeca Carranco

Hay cosas peores que dedicarse al periodismo de sucesos e informar de homicidios, robos, peleas, estafas y cualquier catástrofe sobrevenida que llega cuando menos se espera: en una primera cita, de madrugada después de una noche de copas o en unas vacaciones en Vietnam. Peores que tener que entender sumarios inacabables de corrupción, o que informar de las guerras intestinas en el cuerpo policial de turno. Incluso peores que gestionar el alud de libros de true crime, todos ellos magníficos, que requieren de una reseña de expertos (!) en la materia.

La calle acumulada no sirve de nada cuando toca elegir escuela para el retoño de unos progenitores con edad de ser abuelos que sueñan con que la crianza natural implosione. El maratón insano al que son sometidas miles de personas para escoger el colegio de sus hijos solo se puede afrontar como un trauma pasajero que el tiempo transformará en una vomitera borrosa de conceptos incomprensibles pronunciados por unos profesores tan descolocados como su auditorio. Como mucho, se recordará que ya entonces hacía demasiado calor para ser invierno.

Y cuando por fin parece que todo ha acabado, llega X a cumplir con su misión evangelizadora del mal rollo. “¡Pero qué es esto!”, tuitea el usuario Enrique G. F., que adjunta una imagen de unos cursos de formación para el profesorado en Albacete. Subrayado en amarillo fluorescente se puede leer: “Curso bienestar emocional a través de la astrología psicológica”. Tiene que ser mentira, piensa seguramente el primer tuitero en responder, que pide el enlace original. Y ahí está, la web de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, con su oferta para docentes, y el curso de astrología psicológica (sic), que se imparte del 7 de febrero al 15 de mayo.

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“Esta formación está dirigida a todos aquellos profesionales docentes que sostienen que la educación va más allá de una mera transmisión de conceptos”, indica la descripción. “Para quienes estiman la escuela como un lugar de crecimiento personal”, añade. “Por ende, propone la implementación de la innovación educativa como guía de nuestras acciones educativas, a través del juego y del método de Astrología Psicológica Evolutiva”, remata. “Si esto es posible, es que lo posible se ha comido lo real”, escribe Gregorio Luri, conocido por su oposición a las modas en la innovación pedagógica, que aborda en La escuela no es un parque de atracciones (Ariel).

Una pequeña investigación permite descubrir una comunidad tuitera de profesores, madres y padres implicados, ante unos resultados nefastos en el informe PISA, sobre todo en Cataluña, y una escuela pública que, sostienen, va a la deriva. Tuitean columnas de maestros quemados, de directoras “en vías de jubilación” que aseguran que la “moto de los proyectos y la felicidad se ha acabado”, y de profesores que hablan de los cursos “de (de)formación” que les ofrecen: “Mindfulness, de yoga o de coaching en el aula”. Dibujan un panorama educativo poco prometedor, por decirlo suavemente. Para revertir la situación, algunos han creado, oh Dios mío, una plataforma de familias por la recuperación del nivel educativo público.

Dan ganas de tirar la toalla, regalar al retoño y esperar a que al resto de la familia se le pase el disgusto. O eso, o intentar redirigir el algoritmo, cada vez más de moda también en X, y centrarse en otras polémicas tuiteras mucho más divertidas. Como la del usuario que asegura que se ha hecho con el teléfono del magistrado Santiago Pedraz y le ha escrito a través de Telegram precisamente para reprocharle su orden de bloquear este sistema de mensajería de manera inminente. Es difícil discernir qué es lo falso, si esa conversación, o que la Audiencia Nacional haya pedido el cierre cautelar en España de la aplicación.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.
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