Toca elegir escuela infantil y colegio: qué se debe tener en cuenta
Lo recomendable es pensar ya durante el embarazo la guardería a la que se quiere llevar al niño, y valorar, entre otras cosas, cuáles son sus horarios. Sobre una escuela hay que tener en cuenta si esta prioriza lo académico o lo emocional, si pone el foco en los idiomas, la alimentación o el uso de las tecnologías
Elegir una escuela infantil o colegio es una de las grandes decisiones que los padres tienen que tomar porque, si todo va bien y sus hijos se sienten cómodos y contentos, dicha decisión afectará, durante muchos años, al día a día de los menores. Por ejemplo, si se opta por un centro que incluya toda la escolarización la decisión deberá ser más sopesada que si se elige uno al que irán solo hasta los seis años. En el primero estarán toda la vida escolar, mientras que en el segundo solo la etapa de Educación Infantil. El plazo de inscripción para el curso que viene ya está abierto en la mayoría de los centros, pero ¿qué deben tener en cuenta los progenitores a la hora de elegir uno u otro? Tres expertas explican los aspectos fundamentales para tomar la decisión que mejor se adapte a las necesidades familiares.
¿Cuándo decidir a qué escuela infantil llevar a nuestro hijo? Muchas madres y padres deciden llevar a su hijo a la guardería coincidiendo con el fin de la baja por maternidad y paternidad —ambas duran 16 semanas—, cuando el niño tiene unos cuatro meses. Por esta razón, Belén Marinone, experta en lactancia y asesora personal, sugiere que la elección debe ser tomada durante el embarazo: “Aunque parezca que cuatro meses es mucho tiempo, con un recién nacido el tiempo pasa volando y las preocupaciones de los primeros meses se viven en el hoy, y en ese momento cuesta mucho pensar en el futuro”. “Puede que se retrase la decisión porque se dé el caso de que la pareja se tome las bajas de maternidad y paternidad sucesivamente, y luego se sumen los períodos de lactancia y hasta unas vacaciones, aun en este ejemplo, durante la gestación es una etapa en la que ya se puede ir avanzando en ciertas tareas de búsqueda, averiguar fechas de los procesos de inscripción o posibles sitios a valorar”, añade. Para Marinone, aunque la decisión no se tome al 100% o el proceso no se formalice, todo lo que se anticipe será una preocupación menos para ese primer año de vida del bebé y eso, para una nueva familia, puede ser fundamental.
En cuanto a los criterios para elegir la mejor escuela infantil, la experta considera que, por un lado, están los aspectos que dependen de las elecciones personales acerca de la educación: “Si los padres buscan una educación más libre para esta etapa de cero a seis años, si valoran que se implemente más de un idioma desde el inicio, si ponen el foco en cuestiones como la alimentación —por ejemplo, si hay posibilidad de llevar leche materna o los alimentos ofrecidos a partir de los seis meses son orgánicos—... Es decir, todas esas decisiones que influyen personalmente y que se deben de tener en consideración”.
Por otro lado, según prosigue, están los puntos de vista más prácticos o de logística: “Aquí se debe planificar sobre horarios de apertura y cierre de la escuela infantil (muchas veces no compatibles con una jornada laboral), días de vacaciones (Semana Santa, navidades, verano), cercanía al hogar, etcétera. Y, por supuesto, también fechas de inscripción, porque no es lo mismo el régimen de las privadas que el de las públicas, y las plazas disponibles”.
¿Y los puntos a tener en cuenta en cuánto a la elección de colegio?
“El primer consejo que daría a los padres para elegir colegio es que establezcan cuál es su objetivo esencial. Es decir, el por qué. Saber, por ejemplo, si se quiere que el niño saque solo 10 cueste lo que cueste, porque entonces no deberían elegir un centro en el que se prioriza el bienestar emocional, porque habrá un choque. Y, al contrario, si lo que se prioriza es la salud y la felicidad del niño, deberían huir de los centros de alta exigencia”, explica Mercedes Gil, profesora de Secundaria y directora del colegio British Montessori. “¿Queremos una educación internacional que les permita salir al mundo? ¿Queremos que sean autónomos y libres?”, prosigue, “son preguntas que los padres deben hacerse, y tener presente cómo es su hijo antes de dejarse llevar por los eslóganes de cada centro porque, a lo mejor, lo que les parece un proyecto educativo ideal no encaja con su forma de ser”.
Nieves Horcajo, responsable de la plataforma Coles y Guardes —dedicada a hacer un análisis exhaustivo de los centros que visita para dar la máxima información a los progenitores—, considera que el proyecto educativo es cada vez más importante para los padres a la hora de elegir centro. Sobre los métodos de cada escuela, recuerda que casi todas, aunque tengan implantada una enseñanza convencional, ofrecen alguna pincelada de nuevas metodologías, trabajos por proyectos, uso de tecnologías o educación emocional: “Además del tipo de colegio (público, concertado o privado) y del proyecto educativo que ofrece, los padres suelen tener también claro el tema de los idiomas (si desean un centro bilingüe o no bilingüe) y dan cada vez más importancia a relación familia-centro”.
Otra de las cosas en las que se tiene que pensar es el número de alumnos que habrá en el aula. Horcajo sostiene que no hay una cantidad ideal: “Pero está claro que si hay pocos niños en clase es más fácil para el profesor impartir la materia y la enseñanza es más individualizada”. Actualmente, añade, se tiende a disminuir el número de alumnos por clase. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, en 2022 se bajó la ratio y para el curso que viene en los dos primeros años de segundo ciclo de Educación Infantil el número de alumnos por aula será como máximo de 20 niños y niñas.
El nivel académico es otra de las cuestiones que los padres suelen tener en cuenta. “Y esto no debería ser primordial porque cada alumno es un mundo, depende de circunstancias que a veces no son controlables y puede variar de unos cursos a otros. El equipo docente o los alumnos son factores que varían de año en año y que pueden hacer que el nivel suba o baje”, explica. Para Horcajo, un centro con un equipo docente estable y un buen currículo anual tiene más posibilidades de tener un buen nivel: “Pero es cierto que cada vez más las familias buscan centros que den importancia a una educación más personalizada que trate a cada alumno de manera individual”.
Las extraescolares son un añadido de bienestar para algunos padres y madres con dificultades para conciliar: “Hacerlas en el colegio facilita a las familias no tener que buscar esas actividades fuera”. Además, según explica Horcajo, cada vez más centros educativos cuentan con servicio médico o enfermería, lo que para ella es un plus: “El papel de la enfermera escolar ha sido fundamental durante estos años de pandemia y en muchos centros se ha quedado de manera permanente”.
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