_
_
_
_
Análisis
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Doce uvas o doce sapos

La legislatura será difícil, pero el temor principal es que el enconamiento político lo invada todo, hasta el punto de que tal vez se cuele en nuestra convivencia y la ensucie

Alberto Núñez Feijóo, en primer término, tras felicitar a Pedro Sánchez, este jueves en el Congreso de los Diputados.
Alberto Núñez Feijóo, en primer término, tras felicitar a Pedro Sánchez, este jueves en el Congreso de los Diputados.Sergio Pérez (Pool)
Elvira Lindo

Por comenzar con una apreciación positiva: la palabra España está colándose en los discursos políticos y va adquiriendo el tono de normalidad que jamás debería haber perdido, porque lo único que se consiguió sustituyendo el nombre de nuestro país por el antipático término “Estado” fue conseguir que otros se apropiaran de lo que es patrimonio común e hicieran un catálogo rancio de sus esencias. España y los españoles, sin necesidad de estar diciendo a cada momento españoles y españolas, un tiquismiquismo que ralentiza los discursos sin llegar a sumar igualdad a la igualdad. Así que volvamos a situarnos en la España machadiana, aquella en la que caben todas las Españas, por volver al poeta que tan humorísticamente fue citado el miércoles en las Cortes. Hay que reconocerle a los cantautores que en un país en el que casi nadie cita a los poetas de memoria hayan conseguido que algo de la letrilla se nos haya quedado gracias a la música. La cultura googlelesca, como pudimos ver en la tribuna del Congreso, nos informa de los versos muchísimo peor.

España no se ha roto, ni se romperá. Yo diría que, si existe algo parecido al carácter nacional, los españoles nos movemos de un lado a otro del mapa entre la cordialidad y la aspereza, entre la franqueza y la chulería, entre la sinceridad y la mala educación. Y esa mezcla de virtudes y defectos siempre en liza se ha escenificado con literalidad en una sesión de investidura en la que no ha faltado lo bronco y lo grosero, el insulto y la mala baba, pero también la sinceridad de confesar, por parte del ya presidente, que no cabe otra en España que negociar con todas las Españas, como por otra parte han hecho y harán todos, como así hará el PP si en algún momento consigue desencadenarse de su versión fanática y opta por volver a los apretones de manos con aquellos con los que, por razones económicas, comparte más terreno en su defensa de las clases privilegiadas.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

De alguna manera, Pedro Sánchez ha conseguido que sus votantes se traguen el sapo de asistir a un espectáculo irritante en el que quien recibía una medida de gracia, además de no sentirse agradecido, exigía y exige que la historia se cuente a su manera y amenaza con romper el trato en cuanto se le cruce el cable. Puede que, sin pretenderlo, Sánchez haya allanado el camino para que un Feijóo futuro e hipotético logre ser presidente con el apoyo de Junts sin tener que hacer frente a esas hordas de Ferraz que ondean símbolos franquistas con el fin de salvar a España de la dictadura democrática. Todo muy loco, oiga. Lejos de mí la intención de dar consejos al líder popular, pero sería más inteligente hacer una oposición menos macarra y desde la barrera observar cómo se las arreglan quienes dicen apoyar una investidura poniendo por delante tantas condiciones que suenan a advertencias severas.

Será una legislatura difícil, dicen los expertos. Las que no somos expertas no solo tememos una dificultad que impida la aprobación de leyes, sino que el enconamiento político lo invada todo, columnas, tertulias, información, hasta el punto de que tal vez, en algún momento, se cuele en nuestra convivencia y la ensucie. Esa furia ya se ha desatado. A cien metros de mi casa, en la misma acera, hay un grafiti que reza “Sánchez rata”, siguiendo el estilo del “hijo de puta” que susurró Ayuso en el Congreso, o el de tantos insultos que han atufado el aire de Ferraz todos estos días pasados. Si la única manera de hacer oposición del PP va a ser deslegitimar en su discurso al presidente, estamos apañados; si entre los partidos que apoyan al Gobierno se impone el guirigay, vamos listos; si son incapaces entre unos y otros de darle un poco de sosiego al país, de darnos una tregua, conseguirán que (como pasó en Cataluña) guardemos silencio en Navidad por miedo a enemistarnos con la familia y en vez de doce uvas nos traguemos doce sapos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_