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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La UE en Cuba

La visita de Josep Borrell a La Habana busca mantener abiertos los cauces de interlocución con la UE

Josep Borrell, en La Habana.
Josep Borrell, en La Habana.YAMIL LAGE (AFP)
El País

El viaje a Cuba del Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, se produce en momentos en que la isla atraviesa una de las peores crisis de su historia y cuando el Gobierno de La Habana incrementa a toda velocidad su alianza económica, política y geoestratégica con Rusia. Uno de los principales objetivos del viaje de Borrell era mantener abiertos los canales de interlocución e influencia, pese a los escasos avances en materia de derechos humanos y democratización de la isla, y preservar los espacios creados a partir de 2017 con el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la UE.

La posición de la diplomacia europea con Cuba es de “compromiso constructivo” y “crítico”, con conversaciones de alto nivel con el Gobierno y a la vez de colaboración en esferas que mejoren la vida de los cubanos y de apoyo al emergente sector privado y las nuevas mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas), autorizadas en 2021 y que ya son cerca de 8.000 (en torno al 12% del PIB de Cuba). En su viaje a La Habana Borrell ha dado un firme respaldo a estos nuevos actores económicos y expresó abiertamente su deseo de acompañar y apoyar la reforma que tiene lugar en la isla y su capacidad de abrir, demasiado lentamente, nuevos espacios de libertades económicas en el país.

La política norteamericana de embargo y asfixia económica que se mantiene desde hace seis décadas incide gravemente en la salida de la crisis y es la justificación que aduce el Gobierno de La Habana de todos sus males. Europa ha expresado su oposición a esta política, y el propio Borrell invocó el viernes las palabras de Barack Obama en 2016 contrarias al embargo estadounidense por dañino para el pueblo cubano y estéril para facilitar un cambio político. Borrell también anunció el inicio de una nueva etapa con la visita comprometida para noviembre del representante especial de la UE para los Derechos Humanos, Eamon Gilmore, algo positivo con independencia de sus resultados. Pero no hay que engañarse. Corresponde al Gobierno cubano ampliar las libertades de sus ciudadanos e introducir los cambios económicos y políticos necesarios para que el país salga de la gravísima crisis en que se encuentra. La posición europea no puede ser otra que mantener una presencia activa en la isla en favor de un horizonte menos lúgubre en el futuro para el conjunto del país.


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