24 semanas

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La Corte Constitucional de Colombia despenalizó el aborto hasta la semana 24. Después de ese plazo siguen aplicando las causales que existen desde 2006. Los derechos de las mujeres se impusieron y, después de muchos años de una lucha que ha involucrado a activistas de todo el país, quienes decidan abortar no volverán a ser perseguidas por la justicia. Tampoco tendrán que acudir a clínicas clandestinas. El sistema de salud debe garantizar el servicio, sin requisitos y tan pronto como sea solicitado.

Han pasado casi ocho días desde que la Corte tomó la decisión, que marca un hito en materia de derechos reproductivos, y la discusión central ha sido el plazo fijado. Habría sido menos escandaloso que se hubiera eliminado el delito totalmente que hablar de 24 semanas. Parece mucho tiempo. Es más de lo que rige en Argentina, donde el aborto está despenalizado hasta la semana 14. Es un plazo largo, comparado con lo que han determinado otros países, pero los magistrados han dado sus razones. A diferencia de Argentina, cuyo Congreso legisló sobre el tema, en Colombia lo hizo la Corte Constitucional, que basó su decisión en la evidencia. Las semanas no dependían, como suele ocurrir cuando se tramita en el legislativo, de un tema en el que se juegan réditos políticos, sino de un debate sobre derechos humanos con argumentos médicos y científicos.

Para decidir el número de semanas había dos opciones, como lo explica en este hilo la periodista colombiana Alejandra Bonilla, “el de existencia, que es sobre el momento en que inicia la vida, pero que tiene un problema de indefinición. Y el de autonomía sobre el momento en el que existe una mayor probabilidad de vida autónoma extrauterina del feto”. Los magistrados optaron por esta última opción y en la sentencia lo explican así: “Cuando se acredita una mayor probabilidad de vida autónoma extrauterina (cercana a un 50%), circunstancia que se ha evidenciado con mayor certeza a partir de la semana 24 de gestación, que corresponde al estado más avanzado del desarrollo embrionario”.

Colombia debería llevar una semana discutiendo sobre cómo logrará que la norma se aplique en todo el país, que las niñas y mujeres que viven en pueblos con apenas un puesto de salud tengan garantizados sus derechos, pero el plazo ha sido utilizado para desviar el debate, a pesar de que existe evidencia que demuestra que la mayoría de abortos ocurren en el primer trimestre (el 94% antes de la semana 15, según Profamilia) y son una excepción en estados avanzados. Como estaba la ley, dice ahora la Corte, “el delito permitía juzgar y sancionar a alguien que decide actuar conforme a sus juicios morales o íntimas convicciones, lo cual llevaba a tener que asumir la maternidad, aun en contra de la propia voluntad”.

Desde 2006, las colombianas podían abortar bajo tres causales: riesgo para la vida o la salud de la mujer; cuando el embarazo es resultado de violación o incesto; o malformación que hace inviable la vida fuera del útero, pero en la práctica no era tan fácil recibir el servicio a través del sistema médico. Apenas entre el 1 y el 9% de los abortos el año pasado fueron legales. El sistema de salud podía rechazar, como si fuera cualquier trámite, solicitudes para acceder a la interrupción del embarazo, incluso si estaba dentro de las causales. Era un proceso difícil y largo para un asunto tan urgente. Las mujeres que deciden abortar lo hacen tan pronto como pueden, por eso es equivocado decir que con la decisión de la Corte ahora todas interrumpirán sus embarazos a los “seis meses”. Lo que busca la norma es evitar más muertes en abortos inseguros y dejar de castigar a las mujeres más vulnerables con procesos judiciales. Es un avance que la decisión de la Corte haya establecido que es hasta la semana 24 y no antes porque pensó en las mujeres que se enteran de su embarazo de forma tardía o en las que no tienen un centro de salud cerca. Es un avance para todas porque ya no serán perseguidas por la justicia por decidir sobre sus cuerpos. “El delito como estaba no valoraba la dignidad humana y estaba fundamentado en un criterio sospechoso de discriminación: el sexo”, señalaron los magistrados.

Quienes se oponen al fallo han encontrado respaldo en el presidente Iván Duque, que ha equiparado el aborto con un método anticonceptivo, y han emprendido una campaña que propone que sea en un referendo donde los colombianos decidan si se debe despenalizar el aborto. Un grupo de actrices e influenciadoras ha llenado las redes sociales con fotos y videos de cuando tenían seis meses de embarazo. “No dejemos que la lucha por los derechos de la mujer empañe nuestra humanidad”, escribía en Instagram la exreina Taliana Vargas. Ella y otras famosas hablan desde su experiencia y su deseo de ser madres, desconocen lo que viven miles de niñas y mujeres en contextos violentos y empobrecidos o las que simplemente no quieren ser mamás. “Es manipulador publicar fotos de embarazos de 24 semanas cuando la realidad es que las mujeres deciden abortar en las primeras semanas”, respondía Profamilia a la cruzada en redes sociales contra el fallo de la Corte.

La sentencia del tribunal, que fue posible gracias al movimiento feminista agrupado en Causa Justa, busca evitar maternidades no deseadas y le pide al Gobierno implementar una política clara de educación sexual y reproductiva. El plazo de 24 semanas se ha convertido en una excusa para desviar el debate sobre las obligaciones del Ejecutivo tras el fallo de la Corte Constitucional.

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Y para despedirnos, unas sugerencias:

👍 Una periodista:

María Sahuquillo. Es la corresponsal de EL PAÍS en Moscú, desde donde cubre Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Durante las últimas semanas ha sido una fuente indispensable para entender el conflicto de Europa del Este. En este enlace encuentran sus reportajes y en su cuenta de Twitter, detalles de lo que se vive en Ucrania en estos días de máxima tensión.

✨Un video:

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