Consensos cuestionables
En la decisión del confinamiento estricto ha pesado más aislar a la derecha populista que el cálculo y un debate pluridisciplinar sobre los efectos económicos, sociales y mentales
¿Qué sucedió para que el protocolo de la Organización Mundial de la Salud en caso de pandemia de influenza, vigente aún en 2019 y que no contemplaba confinamientos generalizados ni cierres de frontera, pasara a hacerlo a inicios de 2020? Es una de las preguntas que busca responder el historiador Toby Green en The Covid Consensus (Hurst, 2021); un trabajo valiente, mesurado y de imprescindible lectura. Green analiza críticamente la estrategia de cierres y confinamientos adoptada globalmente a lo largo de 2020 por sus efectos potenciadores de la desigualdad e impacto sobre las libertades ciudadanas. Para el autor, el hecho de que tanto los gobiernos de izquierda como de derecha del primer mundo apoyaran medidas que atentan contra sus principios ―en el primer caso, porque fomentan la desigualdad y, en el segundo, porque suponen u
na intervención inédita del Estado en la vida de las personas― es síntoma de la crisis que atraviesan los valores políticos occidentales merced a la influencia del modelo chino de capitalismo de Estado y vigilancia digital, reforzada por el poder de las grandes empresas tecnológicas. Asimismo, la extrema polarización política del último lustro, arguye Green, se ha reflejado en el enrocamiento de un sector progresista para el que la única ciencia válida es la de los confinamientos, en gran parte, por reacción al posicionamiento contrario a las restricciones de líderes denostados como Donald Trump y Jair Bolsonaro. Aislar a la derecha populista ha pesado más que un cálculo y un debate más pluridisciplinar sobre los efectos económicos, sociales y mentales de parar sociedades enteras y encerrar a sus poblaciones por meses.
Green detalla estos efectos a lo largo del libro con un sinfín de datos oficiales que llevan a concluir que, globalmente y en el tiempo, el coste en vidas y calidad de vida causado por las restricciones sanitarias más agresivas supera al número de fallecidos por el virus. Si las desigualdades de todo tipo se han disparado en los países desarrollados, la situación de los países en desarrollo es calamitosa. Junto al impacto de los cierres sobre poblaciones que viven de la economía informal, están las consecuencias en cadena de las restricciones en el primer mundo ―desde la imposibilidad de migrar hasta la desaparición de las remesas―. Green reclama de los gobiernos reconocer la verdad de lo sucedido y medidas concretas como la cancelación de la deuda de los países más pobres.
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