_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El giro autorreferencial de la política

El sistema de partidos se deshilacha y avanza una concepción plebiscitaria: mayorías exiguas bastan para cambiar reglas, el desprecio de las normas escritas y no escritas se celebra como astucia táctica

Daniel Gascón
El todavía vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, responde a una pregunta en presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, durante una nueva sesión de control al Gobierno, este miércoles, en el Congreso de los Diputados.
El todavía vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, responde a una pregunta en presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, durante una nueva sesión de control al Gobierno, este miércoles, en el Congreso de los Diputados.Mariscal (EFE)

“Las finanzas, como cualquier otra forma de comportamiento humano, sufrieron en el siglo XX una transformación equivalente al surgimiento del arte moderno, una ruptura con el sentido común, un giro hacia la autorreferencia, la abstracción y conceptos incapaces de explicar en el lenguaje ordinario”, escribió en ¡Huy! John Lanchester. En La agonía del poder, Jean Baudrillard describía el momento en que “el sistema entra en una estrategia fatal de desarrollo y de crecimiento, se muestra incapaz de impedir la realización de su destino, sus impecables mecanismos de reproducción lo abocan a una suerte de autodestrucción”.

Esa deriva autorreferencial se reproduce en la política española, como señala Arias Maldonado: desde el bloqueo en Cataluña hasta la decisión de Pablo Iglesias de presentarse como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Dos ministros con responsabilidades en la gestión de la pandemia han dejado el cargo para concurrir a unas elecciones autonómicas: no está claro que eso moleste a los votantes. El asunto principal de la política son los propios políticos, más preocupados por la espectacularidad y el poder que por un proyecto. El conflicto central se replica en las autonomías; los problemas particulares desaparecen en el simulacro de guerra civil. En el análisis priman factores psicológicos sobre los estructurales, se reciclan memes y clichés, una clerecía desconectada de la actividad productiva aplica explicaciones moralizantes a medidas posicionales, se analizan las decisiones de los partidos con criterios de entretenimiento e indulgencia hacia los tuyos. Grandes palabras desprovistas de significado ocultan chapuzas y problemas (y esfuerzos y avances); a los discrepantes se les aplica un tratamiento rápido de hipérbole y falacia por asociación, y un afán recreacionista recorre el país: comunismo o libertad, alerta antifascista. Esto sucede en mitad de una crisis sanitaria y económica, mientras convivimos con restricciones brutales de nuestros derechos y con una inhibición de los mecanismos de control parlamentario. El sistema de partidos se deshilacha y avanza una concepción plebiscitaria: mayorías exiguas bastan para cambiar reglas, el desprecio de las normas escritas y no escritas se celebra como astucia táctica, y todos parecemos obnubilados por “la inexorable ley de la tendencia decreciente de la tasa de realidad”. @gascondaniel

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Gascón
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) estudió Filología Inglesa y Filología Hispánica. Es editor responsable de Letras Libres España. Ha publicado el ensayo 'El golpe posmoderno' (Debate) y las novelas 'Un hipster en la España vacía' y 'La muerte del hipster' (Literatura Random House).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_