Una radiografía (incompleta) para descubrir qué está leyendo Latinoamérica
Editores y escritores comparten algunas claves sobre libros, autores y géneros que están moviendo la conversación en la región
La Feria del Libro de Guadalajara es estos días –y hasta el 4 de diciembre– el mayor encuentro de editores, escritores y lectores del mundo en español, un buen termómetro para descubrir qué se está leyendo en el continente. EL PAÍS ha conversado con profesionales del sector para conocer qué libros, qué autores, qué géneros están moviendo las conversaciones en la región. “Aquí se encuentran libros de todo tipo: de autoayuda, de literatura, de política, infantiles, juveniles…”, dice el editor Andrés Ramírez, y con él coinciden otros profesionales consultados en este domingo. “La Feria del Libro de Guadalajara deja ver el crisol tan inmenso de intereses por la lectura en América Latina”, dice el editor mexicano. Esta es una radiografía (incompleta) para descubrir qué está leyendo Latinoamérica.
“Hay un gran momento para la literatura escrita por mujeres”
Varios editores y editoras que pasean estos días por la Feria del Libro de Guadalajara mencionan, sobre todo, autoras cuando se les pregunta sobre los libros más leídos en sus países. “Estamos viendo un bum, una visibilización de toda esta producción”, añade Ramírez, director editorial de Penguin Random House en México, y ejemplifica: “Fernanda Trías, Mariana Enriquez, Fernanda Melchor, Cristina Rivera Garza, Carolina Sanín…”. Melanie Jösch, directora editorial en Chile de la misma casa editora, coincide: “Hay un gran momento para la literatura escrita por mujeres. Hay un descubrimiento, y también hay una gran escritura”. La editora da el ejemplo de Limpia, de la chilena Alia Trabucco. La novela trata “un tema muy dramático”, dice Jösch, “como es la realidad de las empleadas del hogar que son casi esclavas de una situación laboral”. “Dice mucho sobre las tendencias de lo que se está leyendo en América Latina al alero del despertar feminista”, asegura la editora.
Lluïsa Matarrodona, coordinadora de Anagrama en México, reconoce, sin embargo, que “cuesta mucho posicionar lo nuevo”. “Las autoras tienen más pegue, pero todavía sigue siendo un público reducido”, avisa. La gerenta general de la editorial mexicana Almadía, Ariana González, explica un fenómeno “recurrente” que ha impulsado las ventas de las autoras que ellos publican, como Clyo Mendoza, Jazmina Barrera o Andrea Chapela. “Las escritoras generan mucho boca en boca, se vuelven un éxito de ventas porque a las lectoras les gusta y lo recomiendan”, dice González. Incluso en géneros “difíciles” como la poesía: “Tenemos dos poetas jóvenes, Isabel Zapata y Yolanda Segura, que se venden mucho [por ese motivo]”.
En la frontera de “lo tradicionalmente literario”
La escritora Joana Marcús, una de las más vendidas en el continente, reunió el primer día de la FIL, este sábado, a más de 1.000 personas para la presentación de su libro Antes de diciembre. La autora mallorquina, que nació en el año 2000, publicó su primera historia en una red social a los 13 años y desde entonces se ha convertido en un éxito de ventas. El año pasado, otra autora, la mexicana Flor Salvador, tuvo un recibimiento similar en la FIL. “Hay un interés muy grande por las nuevas generaciones, por la lectura y por la escritura. Hay un fenómeno de escritoras jóvenes que están encontrando camino”, dice Andrés Ramírez, director editorial de Penguin Random House en México. Estos libros fueron escritos en una plataforma llamada Wattpad, la mayor red social narrativa del mundo. “Son libros que bordean, digamos, lo tradicionalmente literario”, señala Ramírez.
El momento de la no-ficción
Más allá de los fenómenos literarios del momento, los géneros que caen dentro de la no ficción son actualmente los que arrasan las ventas de las librerías. En el puesto de Gandhi dentro de la FIL asoman montañas de libros como testigos de lo que mueve el mercado. Cientos de ediciones amontonadas de difusión científica, autoayuda y política, que al finalizar la feria habrán sido mayoritariamente vendidos, según los cálculos de quienes atienden el lugar.
La coordinadora de Anagrama en México cuenta que en conversaciones que ha tenido con otros editores de la región coinciden en la idea de que “la no-ficción vende más ahora mismo, y la literatura mucho menos”. “La gente está leyendo mucha no ficción, de todo tipo. Más ensayística, más literaria, pero también más autoayuda”, dice la directora editorial de Penguin Random House en Chile. En ese país, el resurgimiento de la no-ficción se debe principalmente a un bum de la escritura del yo, explica Blanco Pantoja, director de Erdosain Ediciones. “Hay una tremenda masa de publicaciones que trata de personas que hablan de sí mismas. Mucho de coaching, espiritualismo, esoterismo”, dice.
En gran parte de los países, reconoce Matarrodona, la gente está comprando muchos libros relacionados a cuestiones políticas y coyunturales. En México, destaca la obra de la periodista Anabel Hernández, que ha escrito sobre personajes importantes del narcotráfico, o “todos los relacionados a la 4T”, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “En México hay un interés más marcado por la no ficción, libros de periodismo, de política… La ficción se consume bien, pero en menor medida. A diferencia de Argentina, quizás, donde la ficción es más potente”, agrega Ramírez.
Chile, ensayos para salir del desconcierto
“En Chile tuvimos un estallido social, luego una pandemia, luego una constitución muy progresista que fue rechazada… Es un momento muy álgido políticamente, y por eso lo que se está leyendo son los ensayos que tratan de explicar este momento”, cuenta la directora editorial de Penguin Random House en el país. El próximo año, cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet, el despliegue de libros de no-ficción será aún mayor, adelanta la editora, con libros como una biografía sobre Víctor Jara del historiador español Mario Amorós, que accedió a los archivos del músico asesinado por los golpistas chilenos. La editora también apunta a “un momento increíble del ensayo feminista”. Libros como Teoría King Kong, de Virginie Despentes, o Todos deberíamos ser feministas, de Chimamanda Ngozi Adichie, son publicaciones cuyo éxito editorial se extiende en el tiempo. Además, otros títulos como Las tesis, una antología feminista, hecha por el colectivo chileno, también se convirtió en un best seller en el país sudamericano.
El fenómeno Mariana Enríquez
El éxito innegable de Nuestra parte de noche, ganador del premio Herralde de Novela y premio de la Crítica en 2019, catapultó a la argentina Mariana Enríquez a la categoría de escritores de renombre en América Latina. No solo le dio el prestigio que acarrean los reconocimientos internacionales, sino que le ganó lectores alrededor del mundo. Matarradona, la coordinadora en México de Anagrama, la editorial que lleva varios de sus títulos en el catálogo, asegura que las ventas de la obra de Enríquez han traspasado las fronteras de Argentina y de la región. “Ha sido un boom que se ha vendido incluso en España, que eso es raro porque hay una frontera muy real para los autores latinoamericanos allí”. Otros editores visitantes de la FIL reconocen fenómenos similares en la región, como el chileno Alejandro Zambra, la mexicana Guadalupe Nettel, la boliviana Giovanna Rivero o la española Irene Vallejo.
Centroamérica ya no escribe sobre la guerra
A pesar de que Centroamérica pasa por momentos difíciles con gobiernos autoritarios como el de Daniel Ortega en Nicaragua, Nayib Bukele en El Salvador, o Alejandro Giammattei en Guatemala, nuevas jóvenes voces literarias se abren paso en la región explorando nuevos géneros. Ya no es una literatura enquistada en los horrores y los traumas de las guerras que desangraron la región o hundida en los estertores del realismo mágico. “Es una literatura fresca, con una mirada diferente”, dice Claudia Neira, directora de Centroamérica Cuenta, la principal feria literaria de la región. “La literatura centroamericana está tocando temas muy actuales, no nos estamos quedando rezagados ni estamos hablando de la guerra, porque era ese como un sello que marcó mucho a Centroamérica”, explica Neira.
Entre los nombres de esta nueva generación de escritores centroamericanos, Neira menciona a Rodrigo Fuentes (Guatemala, 1984), quien en 2014 recibió el Premio Carátula de Cuento Centroamericano. Los cuentos de Fuentes han sido publicados en español, inglés y francés y su nueva novela, Mapa de otros mundos, se sumerge en el laberinto de la justicia de Guatemala, un tema muy actual cuando desde el Gobierno de su país se persigue a jueces y fiscales independientes. “Como diría Sergio Ramírez, nosotros en Centroamérica escribimos con la ventana abierta, porque la literatura de la región toca temas sociales, de derechos humanos, pero también se sumerge en un mundo literario que explora la vida”, comenta Neira.
La directora de Centroamérica Cuenta menciona también entre los escritores que se leen en la región a la panameña Isabel Burgos, un referente en su país. “Ella forma parte de una generación que se ha enfocado en la invasión de Panamá por parte de Estados Unidos, a la que se llema literatura de la invasión. Es buena literatura, que retrata un tema novedoso, porque ahora se le ve desde la distancia”, explica Neira.
El impulso de los premios
El reconocimiento internacional de los premios literarios ha sido un factor para empujar o sacar adelante algunos libros o autores en la región. En México, la escritora Clyo Mendoza, autora de Furia, recibió un nuevo “levantón” a partir del premio Primera Novela, otorgado por Amazon, cuenta Patricia Salinas, editora de Almadía. Un impulso aun mayor recibió recientemente Siete casas vacías, de Samanta Schweblin, cuya traducción al inglés acaba de llevarse el National Book Award, uno de los más prestigiosos de Estados Unidos y de la literatura en inglés. “Schweblin es una autora que está muy consolidada, y sus obras son ese tipo de libros que se van a vender siempre. Pero a ella un premio así, sí la levanta mucho”, agrega Ariana González, gerente general de Almadía, que la edita en México.
La escritora uruguaya Fernanda Trías también señala la “revalorización” que dos autoras, Ida Vitale y Cristina Peri Rossi, tras ganar el Premio Cervantes. La primera lo ganó en 2019 y la segunda lo hizo en 2021. Para Trías, ambas estuvieron “invisibilizadas” muchos años por dos razones, principalmente: “Estaban en el exilio, y son mujeres”. “Es como si hubieran pasado a existir para Uruguay”, dice Trías, autora de Mugre Rosa y ganadora en 2021 del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que entrega la FIL. Desde entonces, cuenta, se ha reeditado libros de ambas autoras que eran difícil de conseguir. “Se las está releyendo y dándoles el lugar que no han tenido”, asegura.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.