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Trump prima la lealtad personal y la línea dura en sus primeros nombramientos para la nueva Administración

El presidente electo de Estados Unidos elige a dos halcones en política migratoria para poner en marcha una deportación masiva y pone al frente de la diplomacia a Marco Rubio

Donald Trump elecciones Estados Unidos
Donald Trump, en un acto de campaña en Salem (Virginia), el 2 de noviembre.Evan Vucci (AP/LaPresse)
Miguel Jiménez

Donald Trump empieza a dar forma a su equipo. El presidente electo señala con sus primeros nombramientos ―y con los descartes― que la lealtad personal es condición necesaria para formar parte de la nueva Administración estadounidense. Empezó con la designación de Susie Wiles, la discreta directora de su campaña presidencial, como su futura jefa de Gabinete, una especie de primera ministra en la sombra. Tras ello, el republicano ha escogido para “zar de la frontera”, como lo denominó, a Tom Homan, que ya aplicó con mano dura las políticas migratorias de Trump en su primer mandato. Stephen Miller, otro halcón contra la inmigración, será jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca. Además, Trump ya ha elegido a los primeros espadas de su política exterior. Se espera que el senador Marco Rubio sea secretario de Estado, el primer latino al frente de la diplomacia estadounidense. También ha elegido para ser embajadora ante Naciones Unidas a Elise Stefanik, que considera a la ONU una “institución antisemita”, y ofrecido a Mike Waltz el puesto de consejero de seguridad nacional.

A esos nombramientos se suma el de Lee Zeldin, que votó contra la certificación de la victoria de Joe Biden en 2020, que estará al frente de la agencia medioambiental con la misión de eliminar regulaciones.

Curiosamente, antes de anunciar los nombramientos, lo primero que hizo fue decir que no contaba con Nikki Haley, que fue su primera embajadora ante la ONU y, más recientemente, su rival en las primarias republicanas, ni con Mike Pompeo, al que nombró secretario de Estado en su primer mandato. Se interpretó como un aviso a navegantes: quienes le han criticado en el pasado no tendrán sitio en su mesa.

Los elegidos para estar junto a Trump le han demostrado su lealtad a lo largo de los años. Algunos se sumaron al bulo del robo de las elecciones de 2020, otros le defendieron en el proceso político por su papel en el asalto al Capitolio. Otros desfilaron para apoyarle cuando se le juzgaba en Nueva york por el caso Stormy Damiels.

Con sus primeros nombramientos, Trump ha cubierto puestos destacados de dos de las áreas prioritarias de su mandato: la inmigración y la política exterior. Lo que aún no ha perfilado, o no ha trascendido, es su equipo económico.

Política exterior

Marco Rubio fue elegido senador en 2010, convirtiéndose en el primer hijo de inmigrantes cubanos con un escaño en la Cámara alta. En el Senado ha destacado como un halcón de la política exterior, adoptando posturas duras con China e Irán en particular. También ha apoyado las sanciones a Cuba, Venezuela y Nicaragua. También es un firme defensor de Israel.

Rubio se enfrentó a Trump en las primarias de 2016, pero luego hicieron las paces. Llegó a estar en la terna de posibles candidatos a vicepresidente. Ha hecho campaña junto a Trump en las presidenciales.

El senador Marco Rubio habla durante un acto de campaña de Donald Trump en Las Vegas, Nevada, en octubre pasado.
El senador Marco Rubio habla durante un acto de campaña de Donald Trump en Las Vegas, Nevada, en octubre pasado.John Locher (AP)

Aunque fue inicialmente uno de los principales defensores de Ucrania, votó en contra el año pasado de la ley que asignó unos 61.000 millones de dólares en ayuda al país, explicando que rechazaba la norma porque no creía que abordara las preocupaciones en materia de inmigración.

“No estoy de parte de Rusia, pero por desgracia la realidad es que la guerra en Ucrania va a terminar con un acuerdo negociado”, dijo Rubio en una entrevista a finales de septiembre al programa Meet the Press, de la NBC. “Yo quiero, y nosotros queremos, y creo que Donald Trump quiere, que Ucrania tenga más fuerza en esa negociación”, aseguró. “Esperamos que cuando llegue ese momento haya más fuerza por parte ucrania que por parte rusa. Ese es realmente el objetivo en mi mente. Y creo que eso es lo que Donald Trump está tratando de decir, pero lo va a decir como un hombre de negocios. Pero Biden ni siquiera nos dirá qué es la victoria”, añadió.

Stefanik, de 40 años, se ha mantenido fiel a Trump, del que fue una aliada en el proceso político (impeachment) contra el expresidente por su papel en el asalto al Capitolio. Sustituyó a Liz Cheney en el cuarto puesto del escalafón de los republicanos en la Cámara de Representantes, a la que llegó en 2014 como la congresista más joven de la historia de Estados Unidos.

La neoyorquina abrazó las teorías de la conspiración de Trump y los republicanos. En la última legislatura, Stefanik se convirtió en el látigo de las rectoras de universidades, a las que acusó de antisemitismo durante las acampadas por la guerra en Gaza. Su interrogatorio de hace un año en la comisión de Educación de la Cámara de Representantes acabó costando el puesto a la de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, y a la de Harvard, Claudine Gay. La congresista se ha mostrado como firme defensora de Israel. Sin embargo, apenas tiene experiencia en política exterior y seguridad nacional. “Elise es una luchadora increíblemente fuerte, dura e inteligente que prioriza a Estados Unidos”, dijo Trump en un comunicado el lunes al anunciar su elección.

Mike Waltz forma parte del Grupo de Trabajo sobre China de la Cámara de Representantes, que coordina la política sobre cómo debe competir Estados Unidos con la superpotencia asiática. Es uno de los congresistas más beligerantes respecto a China. Pidió que Estados Unidos boicotease los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín debido a su implicación en el origen de la covid y al maltrato que está infligiendo a la minoría musulmana uigur.

Ha sido muy crítico con la ayuda a Ucrania. “La era del cheque en blanco del Congreso para Ucrania se ha acabado”, escribió el año pasado en un artículo en la web de Fox News. “Detener a Rusia antes de que arrastre a la OTAN y, por tanto, a Estados Unidos a la guerra, es lo correcto. Pero la carga no puede seguir recayendo únicamente sobre los hombros del pueblo estadounidense”, sostenía.

Inmigración

A través de su red social, Truth, Trump anunció también en la noche del domingo el nombramiento de Tom Homan como nuevo “zar de la frontera”, según lo denominó. Ya fue responsable del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en su primer mandato y también se ha mantenido leal a Trump. Hizo campaña por él en las primarias y también habló en la Convención Nacional Republicana de julio en Milwaukee. “Tengo un mensaje para los millones de extranjeros ilegales que Joe Biden ha liberado en nuestro país violando la ley federal: será mejor que empecéis a hacer las maletas ya”, dijo.

Homan tendrá como responsabilidad no solo luchar contra la inmigración irregular, sino también encargarse de la deportación masiva de inmigrantes, una de las promesas estrella del ahora presidente electo durante la campaña. “Me complace anunciar que el exdirector del ICE, e incondicional del control fronterizo, Tom Homan, se unirá a la Administración Trump, a cargo de las Fronteras de nuestra Nación (‘El Zar de la Frontera’)”, escribió Trump. “Conozco a Tom desde hace mucho tiempo, y no hay nadie mejor para vigilar y controlar nuestras fronteras. Asimismo, Tom Homan se encargará de todas las deportaciones de extranjeros ilegales de vuelta a su país de origen”, añadió.

Tom Homan
Tom Homan pronuncia un discurso en Salem, Ohio, en marzo de 2024.Bill Clark (Getty Images)

Este colaboró en el Proyecto 2025, el programa máximo de los conservadores del que Trump se distanció durante su campaña. En la primera presidencia del republicano, encarnó la política de mano dura de su Gobierno contra la inmigración. Defendió las deportaciones masivas en una entrevista reciente en el programa 60 Minutes, de la CBS. “Oigo a mucha gente decir que hablar de una deportación masiva es racista. [Que] es amenazante para la comunidad inmigrante. No es amenazante para la comunidad inmigrante. Debería ser una amenaza para la comunidad inmigrante ilegal. Pero en medio de crisis histórica de inmigración ilegal, hay que hacerlo”, afirmó.

“No va a ser un barrido masivo de vecindarios. No va a ser construir campos de concentración. Lo he leído todo. Es ridículo”, indicó en esa entrevista. “Serán detenciones selectivas. Sabremos a quién vamos a arrestar, dónde es más probable que los encontremos, basándonos en numerosos procesos de investigación”, añadió. En cambio, se mostró a favor de redadas en los centros de trabajo, destinadas, dijo, a evitar la competencia de trabajadores sin papeles con ciudadanos estadounidenses y a combatir el tráfico de personas. También afirmó que es posible realizar esas deportaciones sin separar a los niños de sus familias. “Las familias pueden ser deportadas juntas”, dijo.

Al nombramiento de Homan se suma el de Stephen Miller, otro halcón en materia de migración, como jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca, encargado de supervisar las diferentes políticas de la Administración. El nombramiento fue avanzado por la CNN. “Es otra fantástica elección del presidente”, tuiteó el vicepresidente electo, J. D. Vance. Miller fue asesor principal en el primer mandato de Trump y uno de los impulsores de su medida de separar a miles de familias inmigrantes como programa de disuasión en 2018.

Las primeras medidas

Trump quiere tener a punto una batería de decretos para aprobar el mismo día de su toma de posesión, ese en que dijo que iba a actuar como un “dictador” para “cerrar la frontera”, se entiende que a la inmigración irregular, y para “perforar, perforar, perforar”, es decir, flexibilizar la regulación para la extracción de petróleo. Preguntada este domingo en Fox News por cuántos decretos cabría esperar la primera semana, la secretaria nacional de prensa de Trump, Karoline Leavitt, contestó: “Habrá decenas de ellos. Se lo puedo asegurar”.

Hay materias que pueden regularse vía decreto, pero otras están reservadas al Congreso. Con frecuencia, la línea roja la acaban marcando los tribunales. Se da por hecho que entre esas medidas del primer día habrá algunas de contenido migratorio. “El primer día pondré en marcha el mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos para echar a los delincuentes”, dijo en su mitin de Nueva York. Trump quiere restablecer su política Quédate en México, por la cual los solicitantes de asilo tienen que permanecer al otro lado de la frontera mientras se tramitan sus peticiones. También quiere eliminar la obtención automática de la nacionalidad por parte de los nacidos en Estados Unidos si sus padres son inmigrantes sin papeles, aunque no está claro que tenga potestad para hacerlo vía orden ejecutiva.

Stephen Miller, el próximo subdirector de política de la Casa Blanca, durante un acto de campaña de Trump en Atlanta, Georgia (Estados Unidos).
Stephen Miller, el próximo subdirector de política de la Casa Blanca, durante un acto de campaña de Trump en Atlanta, Georgia (Estados Unidos). ERIK S. LESSER (EFE)

La imposición de aranceles, al menos temporalmente, también forma parte de las potestades del presidente si alega que está en juego la seguridad nacional. Aunque el presidente electo ha dicho que arancel es la palabra más bonita del diccionario y se da por hecho que los impondrá de forma generalizada, ha puesto menos énfasis en que lo hará el primer día. Sí dijo que impondría una tasa del 25% a todas las importaciones de México “inmediatamente” si su presidenta, Claudia Sheinbaum, no frena el flujo de inmigrantes y el tráfico de drogas.

Entre las prioridades de Trump sí está el despido del fiscal especial Jack Smith (“en dos segundos”, dijo), que logró que se le imputase por decenas de delitos por la retención ilegal de documentos clasificados con secretos sobre la defensa de Estados Unidos y por los intentos de subvertir el resultado de las elecciones de 2020, que perdió contra Joe Biden. Además, puede aprobar medidas de gracia para el millar de procesados por el asalto al Capitolio, a los que ha llamado “rehenes”, “presos políticos” y “patriotas” y a los que prometió ayudar “en el primer día en el cargo”. “Me inclino por indultar a muchos de ellos. No puedo decir que a todos porque a un par de ellos, probablemente, se les fue el control”, dijo en mayo en una entrevista en la CNN.

Según los medios estadounidenses, Trump tiene ya preparado un borrador de decreto para volver a retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, el tratado internacional auspiciado por Naciones Unidas para la lucha contra el cambio climático. El nuevo presidente puede eliminar por decreto protecciones medioambientales, detener proyectos eólicos y eliminar incentivos a las energías verdes y apostar por “perforar, perforar, perforar” en busca de petróleo y gas. El anuncio del nombramiento de Lee Zeldin, otro de sus fieles, como jefe de la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA) ya señalaba expresamente que su misión era eliminar regulaciones que entorpecen el funcionamiento de las empresas.

El presidente electo ha hecho campaña contra las protecciones a los derechos de las personas trans, campo de batalla de la guerra cultural. Cuando el actual presidente, Joe Biden, anunció medidas para evitar su discriminación, Trump replicó: “Vamos a acabar con eso el día 1. No olviden que eso se hizo como una orden del presidente. Eso se hizo como una orden ejecutiva. Y vamos a cambiarlo: el día 1 se cambiará”.

Trump también dijo que “lo primero” que haría al asumir el cargo sería eximir de tributación las propinas de los trabajadores de la hostelería. Eso, en realidad, corresponde al Congreso.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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