La historia adornada de los padres del senador Marco Rubio
El político republicano, de origen cubano, exageró al asegurar que su familia huyó del castrismo
En el país del fact checking, donde cada dato se comprueba al milímetro y las vidas de los candidatos políticos se revisan hasta el desmayo en busca de contradicciones o fallos, el diario The Washington Post cuestiona –documentos en la mano- el pasado de una estrella ascendente en el firmamento político del Partido Republicano. Marco Rubio, 40 años, llegó de la mano derecha del Tea Party al senado de Estados Unidos en las últimas elecciones legislativas. Y lo hizo propulsado por una fuerza brutal que dejó fuera de juego al que entonces era gobernador Charlie Crist y daba por hecho su salto a la escena nacional. “Siempre seré el hijo de unos exiliados”, dijo humildemente Rubio cuando supo de su victoria el pasado año en noviembre por abrumadora mayoría frente a Crist.
Ahí radica el problema. Según el Post, Rubio habría “embellecido” su pasado de padres exiliados que huyeron de Cuba por razones políticas tras la toma del poder de Fidel Castro el día de año nuevo de 1959. El diario de la capital de la nación asegura que ha tenido acceso a los documentos de naturalización y ciudadanía de los padres de Rubio y que éstos llegaron como unos inmigrantes más a Estados Unidos dos años y medio antes de la llegada de Castro al poder.
Considerado un candidato serio para formar pareja con el hombre o mujer que finalmente el Partido Republicano nomine para luchar por la Casa Blanca en 2012 frente a Barack Obama –y sin dejar de mirar con deseo su propia llegada al 1600 de Pensilvania Avenue en un futuro no tan lejano-, Rubio ha emitido un comunicado en el que califica de vergonzoso e injurioso lo relatado en el Post. “Los datos que he dado respecto a la historia de mi familia han sido siempre basados en la recolección de sucesos que ocurrieron hace 55 años y que me fueron contados a mí más de dos décadas después de que sucedieran”, explica el senador en un comunicado enviado al diario de Washington. “No he sido consciente de las auténticas fechas hasta hace muy poco”, puntualiza Rubio. "Todos estos documentos y pasaportes no son papeles que llevo conmigo".
Para el senador, poco importa cuándo llegaron Mario y Oriales Rubio –sus padres-, lo que importa es que “los hechos esenciales de la historia de mi familia son totalmente ciertos”. “Mis padres son de Cuba. Tras llegar a EE UU siempre esperaron que podrían regresar algún día a la isla si la situación mejoraba y de hecho viajaron allí en varias ocasiones”, prosigue Rubio en su comunicado. “En 1961, mi madre y hermanos mayores regresaron de hecho a Cuba mientras mi padre se quedaba resolviendo asuntos familiares en EE UU. Pero tras unas semanas viviendo allí, mi madre se dio cuenta de la verdadera naturaleza que estaba tomando la Cuba de Castro y regresó a EE UU un mes después para no volver ya jamás”.
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