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Trump y Mamdani entierran el hacha de guerra en la Casa Blanca: “Estoy convencido de que hará un buen trabajo en Nueva York”

El presidente de Estados Unidos da la bienvenida a Washington al alcalde electo tras meses de ataques personales y promete que colaborará con el joven político “para que a la ciudad le vaya bien”

Iker Seisdedos

Ambos vienen del mismo barrio, Queens, pero habitan planetas separados por años luz. O no tanto, a juzgar por el encuentro que el presidente estadounidense, Donald Trump, y el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, celebraron este viernes en la Casa Blanca, al final del cual exhibieron en el Despacho Oval una sorprendente sintonía. Tanta, que dieron la impresión −o el espejismo, está por ver− de haber enterrado el hacha que han empuñado el uno contra el otro en los últimos meses.

“Cuanto mejor le vaya, más feliz seré yo”, dijo Trump, que trató con una cortesía inusual en él a un rival político, y solo un día después de proponer la pena de muerte para seis congresistas demócratas. “Estoy convencido de que hará un buen trabajo en Nueva York”, añadió el anfitrión (sentado a la mesa del Despacho Oval) del invitado, que permaneció de pie en un improvisado encuentro ante la prensa. “Creo que va a sorprender a muchos conservadores”.

“No estamos de acuerdo en casi nada, pero le ayudaremos a hacer un gran trabajo”, prometió Trump en el turno de las preguntas. “Algo nos une. Los dos queremos que le vaya muy bien a nuestra ciudad”.

Mamdani habló de un encuentro muy productivo, “que se enfocó en una admiración y un amor compartidos por Nueva York”, así como en “la necesidad de mejorar el coste de la vida para quienes tratan de costeársela en la ciudad más cara de Estados Unidos”. También dijo que estaba “deseando colaborar con la Casa Blanca”. “Ha sido una gran reunión”, aclaró el presidente una y otra vez.

Ese cambio de actitud de Trump con alguien a quien ha atacado repetidamente en los últimos meses tal vez se deba a su debilidad conocida por el carisma ajeno, del que su invitado anda sobrado. En un momento determinado, hasta salió en defensa de Mamdani ante la pregunta de una periodista. La reportera quería saber si el alcalde creía, como había dicho en el pasado, que el presidente es un “fascista”. El joven político empezó a contestar, pero Trump lo interrumpió y le soltó: “Oh, déjalo, dile que sí, y pasemos a otra cosa, perderás más tiempo tratando de explicárselo”.

Puntos en común

Quizá sea porque, según reconoció él mismo, “ser alcalde de Nueva York” siempre fue un sueño para Trump. O por los puntos en común −que siempre los hubo, antes incluso de la explosión de amistad de este viernes− entre ambos políticos. En uno de los vídeos más exitosos de la campaña que lo llevó a la alcaldía, Mamdani fue a ciertos cogollos de la ciudad en los que Trump mejoró sus números en las elecciones de 2024 para preguntar a la gente por qué había votado al republicano en las presidenciales. Los motivos que le dieron −que se pueden resumir en uno solo, los intolerables peajes del “coste de la vida”− no distan mucho de los que lo llevarán a él a convertirse a partir de enero en el primer alcalde musulmán y socialista de la ciudad más poblada de Estados Unidos.

El encuentro entre el magnate inmobiliario y el político que ganó proponiendo la congelación de los alquileres para 2,5 millones de personas que viven en pisos de renta controlada se produjo a solicitud del alcalde electo, y tras meses de ataques de Trump, que insiste en llamarlo “comunista” (aunque no lo es). También, después del grito de resistencia lanzado por Mamdani en la noche de su victoria electoral, durante un discurso en el que apeló directamente al presidente de Estados Unidos.

“Donald Trump, sé que me está viendo. Solo tengo tres palabras para usted: ¡suba el volumen [del televisor]!”, clamó Mamdani. “Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes e impulsada por inmigrantes. Y, a partir de esta noche, liderada por un inmigrante”, continuó el joven político, nacido en Kampala (Uganda). “Para llegar a cualquiera de nosotros tendrá que pasar por encima de todos nosotros”, advirtió a Trump en lo que cupo interpretar como una referencia a las redadas contra indocumentados que han proliferado por todo el país.

El día anterior, Trump, que este viernes dijo que habían hablado más de delincuencia que de esas redadas, había escrito en sus redes sociales un mensaje en el que brindaba su apoyo al rival de Mamdani, el exgobernador Andrew Cuomo, demócrata que tuvo que reinventarse como independiente tras la contundente e inesperada derrota en las primarias de junio. “Estoy firmemente convencido de que la ciudad de Nueva York será un desastre económico y social total si Mamdani gana”, dijo entonces el presidente, que deslizó la idea de que presionaría al alcalde electo retirando la financiación federal a la ciudad o de que le enviaría a la Guardia Nacional, como ha hecho antes con urbes gobernadas por la izquierda como Los Ángeles o Nueva York.

Todo eso, para lo que las autoridades locales y estatales han estado preparándose en las últimas semanas a base de reuniones confidenciales, parece más lejano tras el encuentro entre Trump y Mamdani de este viernes.

Pese a esos tensos precedentes, el equipo de Mamdani quiso restarle dramatismo previo a la reunión. “Como es costumbre para una Administración municipal entrante, el alcalde electo planea reunirse con el presidente en Washington para discutir la seguridad pública, la estabilidad económica y la agenda de vivienda asequible que más de un millón de neoyorquinos aprobaron hace apenas dos semanas”, declaró el jueves en un comunicado la portavoz de Mamdani, Dora Pekec. En las horas previas, Trump auguró en una entrevista con una radio que se iban a “llevar bien”. “Tenemos filosofías muy dispares, pero los dos queremos lo mismo: un Nueva York fuerte”.

“Claramente, Trump se siente amenazado por la figura de Mamdani”, explicó este viernes en una entrevista telefónica previa al encuentro de la Casa Blanca Gustavo Gordillo, copresidente de la facción neoyorquina del Partido Democrático Socialista de Estados Unidos (DSA son sus siglos en inglés), bajo cuyo paraguas el candidato lanzó su órdago a la alcaldía. “Sabe de su talento y de sus habilidades y entiende que tiene una base muy amplia; con más de un millón de un votos, logró el mayor porcentaje de una elección a la alcaldía en más de 50 años. Trump es neoyorquino, así que conoce la ciudad y no se le escapa que lo que ha conseguido no es fácil”.

Al abultado repertorio de logros del último año, en el que el joven miembro de la asamblea estatal al que pocos conocían se convirtió en una estrella de la izquierda global, este viernes hubo que añadir otro: haber logrado contra todo pronóstico apaciguar a Trump en su propia guarida.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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