Japón y Estados Unidos firman una “nueva era dorada” en su alianza y un acuerdo de cooperación sobre tierras raras
Takaichi y Trump muestran buena sintonía en un encuentro cargado de gestos simbólicos y recuerdos al ex primer ministro Shinzo Abe


La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, ha afrontado este martes su primer gran examen diplomático: ganarse la confianza de Donald Trump y establecer con él la sintonía que en su día cultivó su mentor, Shinzo Abe. Exactamente una semana después de su investidura, la líder ultraconservadora se ha estrenado con nota en la escena internacional frente un interlocutor tan imprevisible como decisivo para Tokio: Trump ha vaticinado que será “una de las más grandes primeras ministras” y definió al país del sol naciente como un “aliado al máximo nivel”. Ambos han proclamado el inicio de una “nueva era dorada” en la relación bilateral y han firmado un acuerdo de cooperación para apoyar el suministro de minerales críticos y tierras raras, un nuevo paso para reducir la dependencia de China.
Una radiante Takaichi ha ofrecido una cálida bienvenida a Trump en el palacio de huéspedes de Akasaka, una majestuosa residencia de estilo europeo en el corazón de Tokio. La última vez que el presidente estadounidense estuvo allí fue en 2019, en visita oficial durante su primer mandato. Entonces lo recibió Abe, el líder nipón asesinado tres años más tarde. Ambos forjaron una relación personal excepcional en la diplomacia entre Washington y Tokio, cimentada en partidas de golf, afinidad ideológica y una comunicación franca que Takaichi, una veterana de la política japonesa, ahora busca emular.
La jornada se ha desarrollado en un ambiente de camaradería cuidadosamente coreografiado. “Es un apretón de manos muy firme”, ha celebrado Trump mientras las cámaras captaban el saludo con Takaichi. “Todo lo que sé de ti por Shinzo y otros me garantiza que serás una de las más grandes primeras ministras”, le ha confiado Trump, antes de felicitarla por ser la primera mujer japonesa en dirigir el Gobierno. “Es un gran logro”, ha aseverado.
Antes de su reunión a puerta cerrada, la mandataria japonesa, de 64 años, ha colmado de elogios a su homólogo estadounidense por su “compromiso inquebrantable con la paz y la estabilidad mundiales”, recoge el diario Japan Times, y ha comunicado a la delegación estadounidense que nominará al republicano para el Nobel de la Paz “por su mediación en distintos conflictos”.
Durante ese primer encuentro se ha firmado la nueva proclamación sobre la alianza que, a pesar de estar cargada de la hipérbole que tanto gusta al estadounidense, apenas introduce novedades sustantivas; más bien reitera pactos previos en materia de inversiones estratégicas y seguridad económica y confirma que el acuerdo comercial firmado en julio sigue vigente. Según el breve comunicado difundido por la Casa Blanca, Trump y Takaichi mantendrán el diálogo sobre la inversión de 550.000 millones de dólares que Tokio se comprometió a realizar en Estados Unidos a cambio de que los aranceles contra Japón se mantengan en un 15%, por debajo del 25% con el que Trump amenazó en su llamado “Día de la Liberación”.
Ambos líderes “toman nota con satisfacción” de los avances conjuntos y se comprometen a “reforzar la prosperidad global” mediante el crecimiento económico y la cooperación en sectores clave. El texto también insta a sus Gobiernos a “dar nuevos pasos” hacia esa “nueva era dorada” de la alianza, que definen como “en constante crecimiento”. Se espera que el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, concrete los acuerdos con empresas japonesas durante la visita. De momento, ha señalado que se centrarán en áreas como la energía y los oleoductos, pero se prevé avanzar en proyectos de construcción naval, inteligencia artificial y otras tecnologías.
Sí es más concreto el otro marco de cooperación firmado esta mañana, sobre minerales críticos. Tokio y Washington se han comprometido a identificar durante los próximos seis meses proyectos de interés en industrias como la de los imanes y las baterías, a proporcionar financiación a proyectos mineros y cooperar en el desarrollo de reservas estratégicas, adelanta Reuters, con el objetivo de “acelerar el suministro seguro de minerales críticos y tierras raras necesarios para apoyar a las industrias nacionales”. En su esfuerzo por disminuir su dependencia de China, el país que domina el sector de estos materiales estratégicos ―indispensables para la fabricación de todo tipo de productos, desde terminales móviles, hasta cazas de guerra―, Japón logró reducir la cuota de sus importaciones hasta aproximadamente el 60% en 2023, frente al 90% registrado hace poco más de una década.
La gira asiática de Trump está muy centrada en ese asunto, que será clave durante la reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, prevista el próximo jueves en Corea del Sur. Tras un fin de semana de negociaciones entre los equipos de Estados Unidos y China en Kuala Lumpur (Malasia), Washington confía en que Pekín aplace la entrada en vigor de sus nuevas restricciones a la exportación de esos minerales, una maniobra que allanaría el terreno para ampliar la tregua comercial entre la primera y segunda economía del planeta, que expira el próximo 10 de noviembre.
Antes de su almuerzo, Takaichi ha obsequiado a Trump con un palo de golf que perteneció a Abe y una mochila de golf firmada por el golfista japonés Hideki Matsuyama. Juntos han firmado gorras con el lema “Japón está de vuelta”. Los dos mandatarios también han posado con las familias de ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte en las décadas de 1970 y 1980. El Gobierno japonés reconoce oficialmente 17 casos, pero algunas asociaciones sostienen que la cifra es mucho mayor. Trump ha declarado que “Estados Unidos está con las familias y hará todo lo que esté en nuestras manos”. En las últimas semanas, han aumentado las especulaciones sobre un posible reencuentro entre Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en los próximos días.
Takaichi, quien se declara admiradora de la británica Margaret Thatcher y con el objetivo de ser la dama de hierro de su país, está a favor de reformar la Constitución pacifista japonesa para dar un mayor papel al Ejército y el viernes anunció que acelerará la inversión en defensa para llegar al 2% del PIB. Trump ha agradecido “los pedidos de una gran cantidad de equipamiento defensivo” estadounidense y ha augurado “un intercambio comercial extraordinario”, “creo que más que nunca antes”. Su comentario disipa, al menos, de momento, uno de los principales temores de Takaichi: que Washington aprovechara para exigirle un mayor esfuerzo financiero en defensa.
Por la tarde, se desplazarán a la base naval estadounidense de Yokosuka, a unos 50 kilómetros al sur de Tokio. Allí visitarán el portaviones USS George Washington, uno de los buques insignia de la Séptima Flota y símbolo de la presencia militar estadounidense en la región. La visita subrayará la solidez de sus lazos de seguridad, en un contexto de creciente tensión con Corea del Norte, China y Rusia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































