Donald Trump denuncia a Michael Cohen por violar la cláusula de confidencialidad y por dañar su reputación

Donald Trump se ha querellado contra Michael Cohen, el principal testigo de cargo en el caso que provocó su imputación, la primera de un expresidente de EE UU, por el pago de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels para silenciar una aventura. El republicano ha presentado este miércoles en Miami una demanda de 500 millones de dólares (455 millones de euros) contra su exabogado y antiguo hombre de confianza, por considerar que violó el privilegio de confidencialidad abogado-cliente en su evolución desde leal escudero a testigo traidor.

Lo que resulta paradójico, para propios y extraños, es que haya esperado a ser imputado formalmente y no haya recurrido a la justicia antes, dado que Cohen testificó contra su antiguo patrón ya en 2018 (hasta entonces había secundado su versión sobre los deslices). Aunque una fuente cercana al equipo legal de Trump dijo a Fox News que la demanda “no tiene nada que ver con el caso sin ley y sin fundamento del fiscal de distrito de Manhattan y es un asunto totalmente separado”, la denuncia es una de las acciones con las que el candidato a la reelección en 2024 pretende revertir la acusación por 34 cargos por irregularidades contables en los libros de la Organización Trump para maquillar los 130.000 dólares entregados a Stormy Daniels. La cantidad fue consignada como “gastos legales” pagados a Cohen, que en 2016, cuando se produjo la transacción, fungía como solucionador de entuertos de Trump, además de como abogado personal.

Presentada horas antes de que el magnate vuelva a la Gran Manzana para comparecer este jueves ante la fiscalía de Nueva York, que instruye contra él una causa civil por falsificación de cuentas para obtener créditos ventajosos, la denuncia alega que Cohen vulneró la debida confidencialidad al hablar sobre su antiguo jefe en medios de comunicación, lo que ha supuesto, subraya el equipo legal de Trump, un daño a su imagen y reputación. También acusa al abogado de “enriquecimiento ilícito”.

En el tramo final de la campaña de las elecciones de 2016, en las que Trump se impuso a la candidata demócrata, Hillary Clinton, Cohen fue el encargado de cerrar el acuerdo con Daniels para frenar su intento de contar a los medios la aventura que supuestamente mantuvo con el magnate en 2006. El candidato republicano, y su círculo de confianza, entre ellos el propio Cohen, temían que la revelación de la historia perjudicase sus expectativas de triunfo en las urnas. Una vez en la Casa Blanca, Trump se demoró en el pago y Cohen adelantó el dinero a través de una empresa fantasma, después de que la actriz amagara con contarlo todo si no recibía enseguida el dinero. El presidente reembolsó el dinero a Cohen con varios cheques, cuya expedición quedó consignada fraudulentamente en los registros contables de la Organización Trump, el emporio familiar.

En 2018 Cohen se declaró culpable de los hechos y cumplió algo más de un año de cárcel, seguido de varios meses en prisión domiciliaria. Ha colaborado con la justicia desde entonces, especialmente en la investigación de la fiscalía del distrito de Manhattan sobre dichas irregularidades contables, y se ha ofrecido a declarar en numerosas ocasiones, convirtiéndose desde el pasado mes de enero en una presencia asidua en la sede de la misma.

Ahora, Trump le acusa de haber incumplido el contrato que firmó con él al revelar información confidencial sobre el magnate en numerosas entrevistas para medios de comunicación, así como en un podcast creado por el propio abogado, titulado Mea Culpa, y en dos libros que escribió sobre su experiencia junto al expresidente. En la denuncia, Trump también acusa a Cohen de utilizar estas declaraciones para verter información falsa sobre él, así como de dañar su reputación e imagen a base de perjurios.

Según el texto de la demanda, Cohen “se benefició de su relación confidencial con Trump para obtener ganancias económicas”, así como reparar su propia reputación, dañada por “sus continuas malas prácticas [legales] y sus actos engañosos”, según la cadena CNN.

Por su parte, el letrado de Cohen ha afirmado en un comunicado que se defenderán oportunamente, y que Trump “está una vez más usando y abusando del sistema judicial como una forma de acoso e intimidación hacia Michael Cohen”. Cuando se conoció la imputación de Trump por la investigación de presunto fraude contable -susceptible de encubrir otro delito mayor, relativo a la violación de las normas de financiación electoral, según los fiscales-, la de Cohen fue una de las primeras reacciones, celebrando la veracidad del “adagio de que nadie está por encima de la ley, ni siquiera un expresidente”.

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