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El espejismo de las maniobras de Rusia y Argelia se desvanece en el desierto

Argel niega haber organizado ejercicios militares conjuntos cerca de la frontera con Marruecos a pesar de que fueron anunciados por Moscú

Juan Carlos Sanz
Rusia y Argelia
El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, pasa revista a las tropas en el Día de la Independencia, el 5 de julio en Argel.Anadolu Agency (Anadolu Agency via Getty Images)

Coincidiendo con la fecha prevista para la finalización de unos ejercicios militares de Argelia y Rusia organizados cerca de la frontera con Marruecos, el Ministerio de Defensa argelino ha hecho finalmente saber que las maniobras “no han tenido lugar”. Un lacónico comunicado leído en la televisión estatal ha motivado que se desvanezcan como en un espejismo las maniobras de unidades de comandos antiterroristas Escudo del Desierto, cuyo inicio había quedado fijado para el 16 de noviembre desde siete meses atrás.

El pasado septiembre, fuerzas argelinas participaron en el entrenamiento castrense similar Vostok 22, en el Lejano Oriente ruso, en el mar de Japón, junto a 50.000 soldados de varios países. En octubre, buques de la Armada de Rusia atracaron en el puerto de Argel tras intervenir en unas maniobras navales de la Marina de Guerra argelina. El 10 de noviembre, poco antes del inicio previsto para el ejercicio Escudo del Desierto, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Said Chengriha, se reunió en la capital argelina con el director del servicio de cooperación militar de Rusia, Dmitri Chugaev, responsable de la organización de maniobras.

“Este ejercicio táctico ruso argelino (Escudo del Desierto) estaba previsto en el marco de la cooperación en la lucha antiterrorista”, rezaba el comunicado difundido por la televisión estatal en la noche del pasado lunes. “Sin embargo, no tuvo lugar”, precisó el Ministerio de Defensa sin ofrecer más detalles.

Aunque Argelia no había informado oficialmente del inicio de estas maniobras, la agencia estatal rusa Sputnik dio cuenta de lanzamiento de Escudo del Desierto el mismo 16 de noviembre, sin que Argel rectificara la información en ese momento. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, había asegurado en octubre que las actividades militares de Moscú en el Magreb, en las que iban a participar fuerzas del norte del Cáucaso, consistían en “un ejercicio habitual no dirigido contra terceros países”, según informó la agencia Tass.

Dos centenares de militares, fuerzas especiales y paracaidistas de ambos países, tenían previsto ejercitarse en la búsqueda, detección y eliminación de grupos terroristas en áreas desérticas en el campo de maniobras de Hammaguir, situado en la provincia de Bechar, a más de 1.000 kilómetros al suroeste de la capital argelina, y a pocas decenas de kilómetros de la frontera marroquí.

La provincia de Bechar, cercana al desierto oriental marroquí, fue escenario hace seis décadas de la llamada Guerra de las Arenas, librada por tropas de Argelia y Marruecos a causa de disputas territoriales poco después de que ambos países alcanzaran la independencia.

El espejismo de las maniobras anunciadas en la desértica frontera coincide con una escalada de rearme regional. Argelia ha anunciado que va a incrementar en un 130% su presupuesto militar en 2023 hasta llegar al 12% de su producto interior bruto (PIB), gracias a la bonanza económica derivada del alza de los precios del gas y el petróleo, sus principales exportaciones.

Marruecos se dispone, además, a poner en marcha una industria de armamento propia con la construcción de drones, previsiblemente de tecnología israelí, y espera superar el 5% del PIB el año que viene en gasto de defensa. Las partidas militares de los países europeos se mueven en una horquilla de entre el 2% y el 4% del PIB.

La tensión entre Argelia y Marruecos, que en 1994 clausuraron su frontera terrestre común, se disparó en 2021 con la ruptura de relaciones diplomáticas en un clima de guerra fría que ahora parece enconarse. Rusia es el principal proveedor de armas de las Fuerzas Armadas argelinas, que a su vez son el tercer mejor cliente de la industria de armamento rusa, tras China e India.

Las maniobras rusas previstas en Argelia habían sido vistas en Rabat como una respuesta al despliegue militar encabezado por Estados Unidos en los ejercicios militares León Africano, que se desarrollaron el pasado mes de junio en Marruecos. En esa operación participaron 7.500 soldados de una docena de países, entre ellos Israel, según una información de medios de comunicación marroquíes no confirmada por el Africom, el mando militar de EE UU en la región.

Presiones desde EE UU y la UE

El anuncio de las maniobras rusas en la frontera de Argelia con Marruecos ha suscitado suspicacias diplomáticas. Desde el Senado de Estados Unidos, el republicano Marco Rubio se dirigió hace dos meses junto con otros legisladores al secretario de Estado, Antony Blinken, para solicitar la imposición de sanciones a Argel por sus compras masivas de armamento ruso, tras denunciar que servían para financiar acciones desestabilizadoras de Moscú. Desde el Parlamento Europeo, 17 eurodiputados se dirigieron también a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y al jefe de la diplomacia de la Unión, Josep Borrell, por considerar que el acercamiento de Argel implicaba apoyo en la guerra de Ucrania.

El Gobierno argelino se abstuvo de condenar en Naciones Unidas la invasión rusa de Ucrania. Está prevista también una visita a Moscú del presidente argelino, Abadelmayid Tebún, antes de fin de año para sellar una alianza estratégica entre ambos países y firmar contratos para la compra de armamento, incluidos cazabombaderos furtivos (indetectables por el radar), por un monto superior a los 10.000 millones de dólares.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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