La muerte de dos niñas en un operativo militar tensa las relaciones entre Argentina y Paraguay
El Gobierno de Buenos Aires pide a Asunción que esclarezca cómo murieron dos menores de nacionalidad argentina en una incursión contra el Ejército del Pueblo Paraguayo, hace justo un año
El 2 de septiembre de 2020, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, anunciaba la muerte de dos personas tras un “operativo exitoso” contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una organización armada a la que el Gobierno responsabiliza de al menos 70 asesinatos y sonados secuestros en la última década. Unas horas más tarde de aquella incursión el Ejército en la selva se sabría que los muertos no eran guerrilleros sino dos niñas argentinas de 11 años. A un año de aquellas muertes, la Cancillería argentina lamentó ante Paraguay “que a la fecha no hayan sido esclarecidos los hechos”.
“Luego de un enfrentamiento, dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos” escribió el presidente Abdo Benítez el día del operativo en su cuenta en su cuenta en Twitter. Acompañó el mensaje con una fotografía en la que se lo ve con chaleco antibalas junto a los soldados a cargo del operativo.
Las “abatidas”, en el lenguaje de guerra que usa el Gobierno siempre que se refiere al EPP, se llamaban Lilian y María Carmen Villalba, eran primas y vivían con su abuela en Misiones, Argentina. Habían ido a pasar las vacaciones estivales junto a sus padres, paraguayos y presuntos miembros del grupo armado que mantiene en vilo al Gobierno.
Una de las niñas recibió seis disparos, la otra dos. Ocurrió muy cerca de una pequeña localidad campestre llamada Yby Ya’u, a unos 100 kilómetros de la frontera con Brasil. Otra menor de la familia, Carmen Elisabeth Oviedo Villalba, Lichita, sigue desaparecida. El Ejecutivo paraguayo aún sostiene que las niñas participaron del enfrentamiento y responsabiliza por sus muertes al EPP, al que acusa de reclutar menores.
En las 72 horas posteriores al suceso, los portavoces civiles y militares del Gobierno dijeron primero que las dos víctimas eran adultas y luego que tenían entre 14 y 17 años. Sus cuerpos fueron enterrados y sus ropas quemadas el mismo día de sus muertes, con la excusa de que debían prevenir un posible contagio por covid-19. Hasta que no hubo una segunda autopsia a pedido de la Cancillería argentina, el Gobierno paraguayo no admitió que las muertas tenían 11 años.
La familia de las menores, el Gobierno argentino y organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) rechazan la versión oficial. La ONG reveló en un informe la existencia de “graves irregularidades” y exigió, al igual que Naciones Unidas, una investigación urgente e imparcial. También denunció la destrucción de pruebas y la violación de los protocolos que debía cumplir la investigación.
El Gobierno argentino solicitó este jueves a Paraguay que facilite el acceso al país de los miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense, el mismo que trabaja en la identificación de los soldados enterrados como NN en las Islas Malvinas, para ayudar con la investigación. También pide que “permita el acceso a las actuaciones administrativas y judiciales a los familiares de las niñas y representantes del Estado argentino, a lo que Paraguay se negó sistemáticamente”. En un comunicado emitido por la Cancillería argentina, el Gobierno lamentó “que a la fecha no hayan sido esclarecidos los hechos vinculados a la muerte de las niñas”.
El Gobierno paraguayo también se pronunció frente al caso, que tensiona las relaciones bilaterales. “La República del Paraguay, en el marco de la permanente y estrecha relación con la República Argentina, ha realizado propuestas concretas y expresado su disposición para compartir información relacionada a los diversos procesos de investigación actualmente en curso, los cuales se encuentran dentro de los plazos procesales que dictan las normas internas”, señaló el Gobierno en un comunicado.
Este jueves, una manifestación convocada en Asunción al Panteón de los Héroes de la capital paraguaya, pedirá justicia para las dos menores y por la aparición con vida de la tercera que está desaparecida.
Atrapadas vivas
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestó “gran preocupación” por la desaparición de Carmen Elizabeth, de 14 años, y por la falta de avances en la investigación del asesinato de las otras dos niñas.
De acuerdo con la oficina de Michelle Bachelet, el 2 de septiembre de 2020 Carmen Elizabeth fue testigo de un operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta Paraguaya (FTC), una unidad integrada por militares, la Policía Nacional y la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay (Senad). Fue entonces herida, sobrevivió y escapó junto a otras dos personas. Pero dos meses más tarde, mientras trataba de llegar a Argentina, desapareció.
“Los nuevos testimonios indican que Carmen Elizabeth resultó herida durante la operación del 2 de septiembre, pero huyó, mientras que Lilian y María Carmen fueron detenidas vivas. Esta evidencia contradice el relato oficial del Gobierno paraguayo de que las dos niñas de 11 años murieron en un enfrentamiento con la Fuerza de Tarea Conjunta”, aseveró la representante de la ONU.
La Gremial de Abogadas y Abogados de Argentina ha tomado el caso y revelado que una niña y una adolescente de la misma familia lograron huir y llegar hasta Argentina el 23 de diciembre pasado. Se trata de Tania Tamara, de 19 años, y Tamara Anahí, de 14, hermanas de Lichita, la niña desaparecida y cuyo rostro se ha convertido en el símbolo de protestas en Asunción y Buenos Aires.
Tania Tamara y Tamara Anahí dijeron ante la relatoría de la ONU para ejecuciones sumarias que María Carmen y Lilian fueron detenidas vivas y muertas a tiros más tarde. “Ahora sabemos que Carmen Elisabeth fue herida de bala en una pierna, pero la pudieron sacar de ahí”, explica Laura Taffetani, integrante de la Gremial de Abogadas y Abogados de Argentina, sobre la niña desaparecida. Cuando hay niñas y niños en zonas de conflicto hay normativas y procedimientos a tener en cuenta, defiende la abogada. “Para encubrir esto plantean que fue un enfrentamiento, y además que el EPP reclutaría niñas y niños como política, lo cual no es cierto”, asegura.
Las niñas en Paraguay
En total seis mujeres, una adulta, una adolescente, y cuatro niñas, familiares de miembros del EPP, viajaron a Paraguay en noviembre de 2019 desde Argentina para conocer a su familia. Pensaban volver antes de marzo de 2020 para reiniciar la escuela, pero quedaron atrapados del lado paraguayo por el cierre de fronteras producto de la cuarentena contra la covid-19.
El 2 de septiembre, antes del ataque de las Fuerzas Armadas, se encontraban desayunando en un campamento del EPP, situado cerca de la localidad de Yby Ya’u, una zona aún envuelta por el bosque selvático típico, aunque ya escaso, del país sudamericano encajado entre Bolivia, Brasil y Argentina.
Las sobrevivientes dicen que ni los escucharon llegar: “Lilian y Maria Carmen no estaban en la mesa con ellas, ven que entra el Ejército, sienten los gritos de Lilian y la ven que la están tomando y ahí entran a disparar”, cuenta Taffetani.
La abogada asegura que Carmen Elisabeth contó a las demás, antes de desaparecer, que vio como los soldados hirieron a la otra niña, María Carmen, pero que estaba viva y pidiendo socorro cuando la detuvieron. Después, dijo, se inició “una balacera tremenda”.
Tania Tamara y Tamara Anahí lograron finalmente escapar. “Realmente tuvieron mucha suerte y mucha ayuda de la población por donde fueron pasando. A pesar del miedo es una zona donde las Fuerzas de Tarea Conjunta tiene a los campesinos muy hostigados y ellas pudieron contar con ayuda hasta la frontera”. Así, lograron llegar a su casa en Puerto Rico, Misiones, Argentina y después viajar a Buenos Aires, por seguridad.
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