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Iván Duque se entrega a una defensa incondicional del expresidente Álvaro Uribe

“Yo he sido, soy y seré un creyente en su inocencia y en su honorabilidad”, insiste el mandatario colombiano

El presidente colombiano, Iván Duque, durante una comparecencia en el Palacio de Nariño en Bogotá. En vídeo, Duque sale en defensa de Álvaro Uribe.Vídeo: PRESIDENCIA DE COLOMBIA / EFE / REUTERS
Francesco Manetto

Iván Duque confía en el político que le aupó al poder en Colombia incluso por encima de las decisiones de la Justicia. El presidente del país andino insistió este jueves en defender sin matices al exmandatario Álvaro Uribe, en arresto domiciliario desde el pasado martes. “He sido, soy y seré un creyente en su inocencia y en su honorabilidad”, afirmó. No solo rechazó la medida de detención cautelar, sino que fue más allá y criticó las “incoherencias” del sistema judicial.

La entrega incondicional de Duque a la defensa del actual senador y líder del partido Centro Democrático, que le permitió ganar las elecciones en 2018, no fue un exabrupto o una declaración sin meditar. El presidente colombiano cerró filas con él desde el primer momento, cuando la Corte Suprema de Justicia decretó su arresto domiciliario por un caso de soborno de testigos que vincula a Uribe a grupos paramilitares. Sin embargo, dos días después de esa decisión, el mandatario se entregó a una apología sin matices, criticó los que considera unos fallos en el funcionamiento del sistema de justicia y defendió esa postura argumentado que su deber como gobernante consiste también en garantizar los derechos de los procesados.

El dirigente no ve incompatibilidad entre el respeto a las instituciones y su libertad de expresión como ciudadano. Así lo aseguró en un encuentro telemático que mantuvo con un grupo de corresponsales extranjeros con ocasión del segundo aniversario de su toma de posesión, que supone también el ecuador de su mandato.

”Yo dije que soy respetuoso de las instituciones, soy garante y protector de las instituciones como presidente de la república. Ahora bien, como presidente de la república también soy protector y garante de los derechos y particularmente he creído y sigo creyendo más allá de la coyuntura que (...) las medidas de aseguramiento son, a mi juicio, y deben ser, medidas excepcionalísimas”, justificó antes de esgrimir la presunción de inocencia y que “todo ciudadano que tenga que responder ante la Justicia lo pueda hacer en libertad”.

Uribe y Duque siempre han mantenido algunas diferencias, más en el fondo que en la forma, y en estos dos años el actual presidente ha demostrado tener un talante más conciliador que su mentor. Esa posición le costó incluso críticas del sector más derechista del Centro Democrático. Duque no es uribista, pero necesita a esa corriente política para gobernar.

Elogios

Sin embargo, sus elogios nunca habían sido más significativos. “Una persona que ha ocupado la presidencia de la república en dos ocasiones, que ha sido defensor de la legalidad, defensor del Estado de derecho, que adicionalmente es senador de la república, que para poder movilizarse por el país debe pedir el permiso de la mesa directiva del Congreso, so pena de perder su investidura (...) me parece a mí que también son argumentos muy poderosos para que pueda ejercer su defensa en libertad”, enfatizó.

Estas consideraciones tienen que ver también, en última instancia, con los acuerdos de paz con las FARC alcanzados en 2016 por Juan Manuel Santos, un proceso que Uribe siempre rechazó y Duque debe ahora aplicar pese a su oposición. Por eso el mandatario trata de apelar al estado de opinión del país para hilar una reflexión que beneficie a Uribe. ”Debo también invitar al país a las reflexiones de fondo, y las reflexiones sobre el presente y el futuro del país. Entonces, que a una persona que le ha servido a Colombia no se le permita defenderse en libertad, pero que tengamos criminales de lesa humanidad condenados en el Congreso y que además están sub júdice en la justicia transicional y que lo puedan además hacer no solamente en libertad, sino que tengan garantizado jamás ir a prisión si, entre comillas, dicen toda la verdad, me parece que es un gran desequilibrio”, continuó Duque en referencia a los exguerrilleros de la extinta que guerrilla de las FARC, convertida en partido político y con el derecho a diez escaños en el Congreso garantizados por los acuerdos.

El presidente habló de Jesús Santrich, que se apartó del proceso de paz y se fugó. “Yo creo que esas incoherencias es importante que yo las pueda plantear para una reflexión pública, porque esas son reflexiones que tienen que ver con el presente y el futuro del país”, mantuvo. “He sido, soy y seré un creyente en su inocencia y en su honorabilidad”, concluyó al defender su derecho a hablar como cualquier ciudadano.

Ese derecho es en sí una apuesta arriesgada, ya que Uribe está vinculado a varias investigaciones sobre corrupción, espionaje, paramilitarismo y las más de 2.000 ejecuciones extrajudiciales de civiles —según la Fiscalía— perpetradas por militares durante sus dos mandatos y presentados como guerrilleros muertos en combate.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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