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Julián Castro: “La muerte de George Floyd ha sacudido al país, pero el problema de base siempre ha estado ahí”

El excandidato presidencial habló en su campaña de las reformas policiales que se han generalizado tras la muerte de George Floyd. En esta entrevista, dice que Joe Biden es el vehículo perfecto para el programa más izquierdista de la historia de los demócratas

Pablo Ximénez de Sandoval
Julián Castro, en una visita a un campo de migrantes en Matamoros (México) el pasado octubre.
Julián Castro, en una visita a un campo de migrantes en Matamoros (México) el pasado octubre.Veronica Cardenas (Reuters)

El pasado diciembre, durante una visita de campaña a Los Ángeles, el entonces candidato presidencial Julián Castro (San Antonio, 1974) pidió acompañar al movimiento local de Black Lives Matter en una protesta frente a la sede de la policía. Eran una docena de personas. La campaña de Castro habló con especial contundencia del racismo institucional en Estados Unidos, de reformar los cuerpos de policía y la justicia penal, que castigan con especial dureza a los no blancos. En los discursos y debates, Castro mencionaba de memoria una decena de víctimas negras de la violencia policial. Aquella campaña terminó el pasado enero. De pronto, hay miles de personas en las calles de todo el país diciendo lo mismo tras la muerte de George Floyd.

La pandemia ha detenido todas las campañas electorales en un momento en el que deberían estar ya lanzadas. La última vez que Castro viajó fue a Nueva York: “Íbamos a ver un espectáculo de Broadway por el cumpleaños de mi hija el 12 de marzo. Aquella tarde cancelaron todo y nos volvimos al día siguiente”.

Desde entonces, el exsecretario de Vivienda y exalcalde de San Antonio ha transformado su plataforma electoral en People First Future, un grupo de presión para ayudar a candidatos progresistas en elecciones clave en Estados Unidos en 2020. “Quiero que salga gente de izquierdas con atrevimiento que hagan cambios duraderos en sus comunidades”, dice por teléfono a EL PAÍS desde San Antonio, donde lleva tres meses. “Lo primero, elegir cargos en todos los niveles para que no volvamos a ver nunca lo que le pasó a George Floyd”.

Pregunta. Estamos viendo propuestas de reforma en departamentos de policía en todo el país impensables hace solo una semana. ¿Qué ha cambiado?

Respuesta. El asesinato de George Floyd en cámara a manos de un policía ha lanzado una onda expansiva en este país porque la gente puede ver que es claramente un asesinato. Y los incidentes en vídeo se van acumulando. La gente recuerda a Eric Garner también diciendo que no podía respirar. Recuerdan a otros que han muerto a manos de la policía, y finalmente suficiente gente se ha dado cuenta: “Aquí hay algo mal y tiene que cambiar sí o sí”. Lo que ha pasado es que hemos llegado a una masa crítica, a un punto de quiebre, en el que hay suficiente gente que se ha dado cuenta de que esto tiene que cambiar.

Julián Castro, en una visita a un campamento de sin techo en Los Ángeles.
Julián Castro, en una visita a un campamento de sin techo en Los Ángeles.GINGER GIBSON (Reuters)
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P. Pero hemos visto muchos vídeos horribles como ese en los últimos años. ¿Por qué ha cuajado ahora?

R. Primero, no hay la más mínima discusión sobre lo que le pasó a George Floyd. Está muy claro. No hay ambigüedad posible, ni moral ni factual. En segundo lugar, la gente lleva tres meses lidiando con la covid-19 y la frustración sobre la creciente desigualdad en nuestro país. Esto ha sido un ejemplo más de esa desigualdad y estoy convencido de que ha hecho desbordar esa frustración.

Estoy convencido de que la pandemia ha hecho desbordar la frustración por la desigualdad en el país

P. ¿La presidencia de Donald Trump puede ser otro factor?

R. Desde luego. Porque lo ha hecho aún peor. No ha mostrado ninguna voluntad de unir al país. Ha sido divisivo. Se ha pasado los últimos cinco años en la escena política atizando las llamas del racismo reaccionario y eso también tiene su coste. Hay mucha gente cansada de esto y que quiere un cambio. Y también ven cerca la línea de meta de esta Administración y quieren llegar. La gente quiere llegar ya a la meta de esta Administración.

P. Su campaña se acercó a Black Lives Matter cuando no era un punto especialmente popular. ¿Por qué?

R. Yo me centré en el fin de la violencia policial y en cambios en el sistema porque veía que era real, que millones de personas se tienen que levantar cada día en este país y pensar en lo que significa ser negro y las consecuencias que tienen si interactúan con agentes de policía. Aunque en ese momento no era un tema caliente en 2020, la gente seguía teniendo que lidiar con ello, vivir con ello, y sufrir las consecuencias de un sistema roto. La urgencia de arreglarlo no desaparecía porque los medios no lo estuvieran cubriendo con la misma intensidad que en 2016. Nuestra campaña iba de eso. Ofrecimos soluciones avanzadas a estos problemas eternos de nuestro país. Me llena de alegría ver que mucho de lo que propusimos, como acabar con la inmunidad cualificada o prohibir algunas tácticas policiales, está abriéndose paso en el Congreso. Leyes reales. Entre entonces y ahora, la muerte de George Floyd ha sacudido al país, pero el problema de base siempre ha estado ahí. Va a ser un camino largo. Incluso en sitios como Minneapolis, donde han dicho que van a desmontar la policía. Va a llevar tiempo y lo saben.

P. La campaña de primarias dejó la sensación de un Partido Demócrata dividido entre jóvenes izquierdistas y una vieja guardia moderada. ¿Dónde se sitúa usted?

R. Me gustaría que lo juzgaran otros. Yo me considero progresista. Mi visión para el futuro de este país es progresista y desde luego no me describiría como vieja guardia o establishment. También pienso que si queremos avanzar de verdad tenemos que trabajar juntos todos los demócratas. Así que aprecio que haya gente en el lado progresista y en el lado moderado que busque maneras de trabajar juntos, especialmente cuando en el otro lado, en el partido republicano, hay gente completamente irracional, de línea muy dura y sin ningún interés en hablar con nadie del Partido Demócrata. Así que los próximos meses son los de unirnos como partido para asegurarse de que Joe Biden gana y podemos sacar algunas de esas medidas progresistas a partir de 2021.

Julián Castro, Bernie Sanders y Joe Biden, en un debate en Las Vegas.
Julián Castro, Bernie Sanders y Joe Biden, en un debate en Las Vegas.Carlo Allegri (Reuters)

P. ¿Tiene alguna tarea en la campaña de Biden?

R. Estaré feliz de dar todo el apoyo y aportaciones que pueda dar. Hemos hecho saber a la campaña que estamos listos para ayudar en la forma que sea y lo estoy deseando. Los equipos han hablado. No tengo un papel formal en la campaña, pero como digo, tanto en asuntos de policía o de inmigración o cualquier otra cosa, estoy encantado de aportar y hacer campaña por Biden y asegurarme de que gana.

P. ¿Es duro apoyar a un rival?

R. No, para nada. En toda mi historia en el servicio público he apoyado a mucha gente. Como sabe, cuando acabé mi campaña apoyé a la senadora Elizabeth Warren y estoy encantado de apoyar al vicepresidente Biden. Él y yo trabajamos juntos en la Administración Obama. Siempre me ha impresionado su visión para el futuro del país y su personalidad. Ha sido muy fácil darle mi apoyo.

P. ¿Un candidato como Biden, considerado el símbolo de la vieja guardia moderada, encaja bien con el nivel de reivindicación que estamos viendo en las calles?

R. Creo que sí. Mire este tema de la policía, por ejemplo. Cuando habló en Philadelphia, lo hizo de forma muy directa sobre cambios muy específicos que hay que hacer, como prohibir las llaves de ahogamiento, desmilitarizar las fuerzas de policía y establecer un estándar nacional sobre el uso de la fuerza. Esas cosas serían cambios de calado para ya mismo. Eso le dice algo a la gente en las calles. Yo oigo a la gente pedir cambios ya, y eso es lo que él está ofreciendo. Debo decir que esta es una campaña muy diferente debido a la covid-19. Normalmente, Biden y Trump estarían dando mítines por ahí y habría más feedback. Ahora mismo, eso no existe, así que es una campaña rara. No se puede dar nada por seguro, pero ahora mismo está yendo bien.

P. ¿Cree que Biden puede contar como seguros los votos de los jóvenes izquierdistas del partido, como los seguidores de Bernie Sanders o los suyos?

R. Creo que va a tener la gran mayoría de esos votos porque se los está ganando. Se lo está trabajando. No da nada por seguro. No solo ha tendido la mano a Sanders y a Warren, sino a todos los progresistas, incluido yo. Creo que la gente puede ver que una Administración Biden va a acoger a todo el mundo y va a incluir sus voces en el gobierno. Creo que la gente va a responder en las urnas. Otra cuestión es que nuestro país, y desde luego el movimiento progresista, no se puede permitir cuatro años más de Donald Trump. Esta clase de vacío inhumano de liderazgo en un momento tan crítico es peligroso para nuestro país y completamente antitético para los progresistas.

P. Es decir, que Trump va a ser un factor importante de movilización de los jóvenes de izquierda.

R. Creo que la mano tendida de Biden, más lo malo que ha sido Trump, le acabará dando la gran mayoría de esos apoyos.

P. Después de ver estas primarias, es un poco irónico que los demócratas se vayan a presentar en 2020 con el programa más izquierdista en décadas y al mismo tiempo el candidato más establishment de todos.

R. Bueno, la vida y la política a veces tienen rarezas a sí. En este momento de la historia, de alguna manera Joe Biden es el vehículo perfecto para el programa más izquierdista de la historia de nuestro partido porque él aporta la experiencia, la estabilidad y el conocimiento de haber ejercido cargos, pero también con la madurez y la sabiduría para aceptar nuevas ideas. Y tiene la capacidad de presentar esas ideas de una manera que puede conseguir el apoyo de una mayoría de norteamericanos.

P. ¿Qué consecuencia va a tener lo que ha pasado estas dos semanas en la elección de noviembre?

R. Si los americanos se preguntan: ¿queremos cuatro años más de esto? La respuesta es claramente no. Cuando comparas a Joe Biden, su humanidad, su visión de futuro y su voluntad de incluir, frente a Donald Trump, divisivo, vengativo, fracasado y metido en sí mismo, la opción está clara. Creo que Biden va a ganar.

P. ¿Cree que este será finalmente el año de la movilización latina en lugares como Florida o Texas?

R. Cuando sales a las calles de San Antonio o muchas otras comunidades ves que los latinos son parte de este movimiento, especialmente los jóvenes. Estoy convencido de que los jóvenes latinos tienen una motivación como no tenían hace mucho tiempo y eso es una gran oportunidad para llevarlos a las urnas en noviembre. Creo que en Arizona, Texas, Florida, y en pequeñas regiones de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania los latinos van a votar y van a marcar la diferencia en el mapa electoral.

Un leopardo no puede cambiar sus manchas. Trump se presenta con un currículum en 2020 que en 2016 no tenía

P. ¿Qué tendría que pasar para que Trump gane en noviembre? ¿Ve algún camino?

R. No lo veo. Nunca puedes decir que no pasará porque las cosas pueden cambiar, y además ya se sacó un conejo de la chistera en 2016. Creo que los demócratas, todos nosotros, no podemos dar nada por supuesto. Pero, como se dice, un leopardo no puede cambiar sus manchas. Trump se presenta con un currículum en 2020 que en 2016 no tenía. La gente lo puede ver con sus propios ojos y juzgar lo que le han oído decir y lo que ha hecho. Y no creo que sea capaz… no creo que lo pueda sacar.

P. Hay llamados a que Biden haga un esfuerzo en Texas, donde si ganara sería definitivo, por su tamaño. ¿Cree que hay posibilidades?

R. Completamente. Hemos tenido cuatro encuestas en la última semana que muestran que la carrera está en menos de dos puntos. En algunas de ellas, Biden estaba por delante. Texas se está separando muy deprisa del Partido Republicano. Los suburbios especialmente están rechazando el republicanismo de Trump. Saben que no representa sus valores ni su familia. Por eso están empatados. Con un empujón en noviembre, creo que Biden puede ganar los 38 votos electorales de Texas y que podremos tener el primer senador demócrata desde principios de los 90.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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