La portavoz de Melania Trump, nueva directora de comunicación de la Casa Blanca
Stephanie Grisham, que ha mantenido la figura de la primera dama en perfil muy bajo, forma parte del equipo del republicano desde la campaña electoral
Donald Trump ha nombrado este martes como jefa de prensa y directora de comunicación de la Casa Blanca a Stephanie Grisham, portavoz de su esposa, Melania, y una de los pocos asesores del equipo inicial del republicano que aún quedan trabajando para la Administración. Grisham, que ha mantenido la figura de la primera dama en un perfil público muy bajo durante estos dos años y medio de era Trump, pasa ahora a primera línea de fuego en sustitución de Sarah Huckabee Sanders.
La nueva portavoz seguirá también ejerciendo de jefa de prensa de la primera dama, según informó la propia Melania en su cuenta de Twitter, así que trabajará tanto en el ala Este como en la Oeste de la Casa Blanca. Grisham se unió a los Trump en 2015 y se ha ganado la confianza del presidente a lo largo de estos cuatro años y se considera un éxito la gestión de la imagen de la esposa del presidente, muy aislada de los conflictos y con escasas intervenciones públicas.
El pasado noviembre, sin embargo, Melania Trump protagonizó un episodio estridente en la política de Washington y Grisham desempeñó un papel fundamental. Envió un insólito comunicado en el que la primera dama pedía la destitución de la consejera adjunta de Seguridad Nacional, Mira Ricardel, con palabras muy duras. “Es la posición de la Oficina de la primera dama de que ella ya no se merece el honor de servir en esta Casa Blanca”, dijo Grisham a los medios el 12 de noviembre. Al día siguiente, el Gobierno anunció la marcha de Ricardel. Algunos medios estadounidenses señalaron entonces que el enfado de la esposa del presidente se produjo a raíz de su viaje a África por la limitación de recursos que le quería imponer.
Al margen de eso, Melania Trump ha pasado la mayor parte de estos dos años y medio de presidencia de su esposo rodeada por un muro de silencio, con alguna excepción en pleno escándalo por las supuestas infidelidades años atrás del hoy presidente. Ha sido la propia Grisham la que se ha esmerado en defender la figura de su jefa ante los medios, escribiendo incluso artículos en prensa.
La etapa que afronta ahora es uno de los puestos de trabajo más difíciles de Washington, la cara visible y diaria de un presidente lenguaraz en redes sociales y con la prensa, proclive además a dar datos falsos o distorsionados. Su predecesora, Sarah Sanders, terminó con la tradicional rueda de prensa diaria del portavoz de la Casa Blanca, no da una desde hace tres meses, y no está claro si ahora se va a recuperar. Grisham asume además el cargo de directora de comunicación, que quedó vacante desde la marcha de Bill Shine en marzo, con la maquinaria electoral para 2020 ya en marcha en Estados Unidos. Pero Trump es su propio portavoz, no solo a través de Twitter, sino en sus minirruedas de prensa improvisadas en cualquier acto público.
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