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La Fiscalía turca pide cárcel para dos periodistas de Bloomberg por una noticia

El ministerio público acusa a los profesionales de dañar la imagen de Turquía con sus informaciones

Andrés Mourenza
El presidente turco Erdogan se dirige a los periodistas el pasado día 4 de junio.
El presidente turco Erdogan se dirige a los periodistas el pasado día 4 de junio.MURAD SEZER (REUTERS)

Dos periodistas turcos de la agencia de noticias económicas Bloomberg, con sede en EE UU, se enfrentan a penas de cárcel de entre dos y cinco años de cárcel por la publicación de una noticia sobre el desplome de la lira turca del año pasado. Un tribunal de Estambul ha aceptado a trámite la investigación abierta por la Fiscalía a instancias de la Agencia de Regulación y Supervisión Bancaria de Turquía (BDDK), que acusa a estos dos reporteros, así como a otras 36 personas que comentaron o compartieron la noticia en las redes sociales, de “minar la estabilidad de la economía turca” por medio de “noticias falsas o engañosas”.

La noticia en cuestión, fechada el pasado 10 de agosto, informaba de los problemas de algunos clientes a la hora de retirar dólares de las oficinas bancarias dado el incremento de la demanda de los turcos de convertir liras a divisas más fuertes. Que los ciudadanos de Turquía han convertido parte de sus ahorros a otras monedas no es, de hecho, ningún secreto: según los datos del propio Banco Central de Turquía, los depósitos en divisa extranjera, oro y otros metales suponen el 30 % del total. La nota de Bloombergfirmada por los dos periodistas imputados, Kerim Karakaya y Fercan Yalinkiliç, y por otro periodista que no ha sido procesado, Benjamin Harvey— también citaba el temor a que se impusiese un corralito, medida que el Gobierno turco siempre ha negado que vaya a tomar.

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Economistas de Turquía y otros países, así como el expresidente del banco central turco y ahora político opositor Durmus Yilmaz, han criticado la apertura del proceso, que se iniciará el próximo septiembre, alegando que los periodistas simplemente se limitaron a reflejar unos hechos. También la Foreign Media Association (FMA), que representa a periodistas que trabajan en Turquía para medios de comunicación extranjeros, ha pedido a las autoridades turcas que retiren las acusaciones.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, siempre ha mantenido que la crisis económica a la que se enfrenta el país no tiene que ver con factores internos, sino que es un intento de “sabotaje” por parte de fuerzas externas para derribarlo. “Si Dios quiere, pronto acabaremos con los criminales económicos que tratan de dispararnos a los pies”, tuiteó el mandatario turco este jueves.

La noticia de la imputación de los dos periodistas de Bloomberg no llega en un buen momento para la prensa en Turquía. Según la Federación Europea de Periodistas, 157 empleados de los medios de comunicación permanecen entre rejas y la situación no tiene visos de mejorar para los informadores. El pasado abril, un tribunal rechazó las apelaciones de 14 empleados de Cumhuriyet, uno de los diarios más antiguos de Turquía y opuesto al Gobierno de Erdogan, y confirmó las penas de hasta ocho años de cárcel, si bien algunos no tendrán que volver a prisión en virtud del tiempo servido en prisión preventiva durante el juicio. Y este jueves entró a la cárcel Yavuz Selim Demirag, periodista de otro medio opositor que ha sido condenado a 11 meses de cárcel por “insultos al presidente”.

Da la casualidad que el pasado 10 de mayo un grupo de seis personas propinó una paliza a Demirag con puños, palos y patadas. Sin embargo, la Fiscalía decidió dejar en libertad a los agresores en espera de juicio pues la vida del periodista “no corre peligro”. En espacio de dos semanas desde este ataque, otros cuatro periodistas, todos ellos de medios críticos con el Gobierno turco, sufrieron agresiones físicas de parecida o mayor gravedad: Hakan Denizli, director de un periódico local de la provincia de Adana, recibió un disparo en una pierna. “Si ataques como los sufridos por Demirag y Özyol (otro de los informadores apaleados) quedan sin castigo, ello tendrá un grave efecto en los periodistas del país y reforzará el clima de miedo que daña seriamente la credibilidad de Turquía como democracia”, denunciaron en una carta una veintena de organizaciones internacionales, entre ellas el Instituto Internacional de Prensa y el Comité de Protección de Periodistas.

En los últimos tres meses, Turquía ha vivido en un clima de alta tensión política después de que la oposición se hiciese con importantes alcaldías en las elecciones municipales del pasado marzo y la Comisión Electoral invalidase los resultados en la mayor de ellas, Estambul, aceptando la denuncia del partido gubernamental AKP de que se había producido un fraude. Tres semanas después de los comicios, el líder de la principal formación de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, sufrió un intento de linchamiento.

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