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La victoria de Sánchez insufla moral a la socialdemocracia ante el 26-M

El grupo europeo encara las elecciones tras ganar en Finlandia y España y con las encuestas a favor en Dinamarca y Portugal

Lluís Pellicer
El líder de socialdemócratas europeos, Frans Timmermans, el domingo en Heerlen (Holanda).
El líder de socialdemócratas europeos, Frans Timmermans, el domingo en Heerlen (Holanda).MARCEL VAN HOORN (AFP)

A las puertas de las elecciones europeas, la victoria del PSOE fue una auténtica inyección de moral en las filas de los socialdemócratas europeos. Tras los reveses de los últimos años en Francia, Italia o Grecia, las formaciones progresistas de la UE ven la luz al final del túnel. Tras recuperar la primera posición en Finlandia —por la mínima— y España, los sondeos apuntan buenos resultados en Dinamarca, Portugal y Bélgica, a la par que señalan un repunte en Italia. Los populares europeos, en cambio, encajaron un revés con el descalabro de Pablo Casado, uno de los valedores del candidato a las europeas, el alemán Manfred Weber.

“La socialdemocracia europea ha vuelto”. Este es el lema que corría tras los resultados cosechados por el PSOE el domingo y que el propio Partido Socialdemócrata Europeo difundió por las redes sociales. La “clara victoria” de Sánchez, en palabras del portavoz de la Comisión Europea, llega cuando la campaña para las elecciones europeas que se celebran del 23 al 26 de mayo (según la convocatoria de cada país) empieza a cobrar intensidad con dos debates, uno este lunes en Maastricht y otro el jueves en Florencia. En España se libraba, además, otra gran batalla contra la extrema derecha, que este caso representaba VOX. Y la lectura que se hizo en Bruselas fue que el respaldo de los españoles a las opciones europeístas fue “aplastante”.

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Tras el hundimiento de los socialdemócratas en Francia, el ascenso de los populistas en Italia y el avance de Los Verdes en Alemania, la victoria en España fue un balón de oxígeno para los socialdemócratas. Aun así, la indisimulada satisfacción se mezclaba con la prudencia. “No es euforia, porque hay que esperar a la formación del gobierno. Pero sí nos da optimismo de cara a las elecciones europeas”, aseguraron fuentes del partido.

El vicepresidente de la Comisión Europea y candidato de los socialdemócratas, Frans Timmermans, fue el primero en reaccionar. El laborista holandés consideró que los 123 diputados del PSOE eran una “victoria para la solidaridad, la equidad, el diálogo, la igualdad y la sostenibilidad”. “Esto es lo que muchos europeos anhelan. Y es por lo que los socialistas y socialdemócratas vamos a luchar en las elecciones europeas”, añadió el candidato, quien reivindicó la victoria de Sánchez en el primer minuto del debate celebrado en Maastricht.

Tras la sangría del partido a partir de la recesión, los socialdemócratas ven cómo empiezan a levantar cabeza en algunos países. Los finlandeses se impusieron, aunque por la mínima, hace apenas dos semanas frente a la formación xenófoba Verdaderos Finlandeses. Los sondeos pronostican que podrían ganar en Dinamarca en junio y revalidar los resultados en Portugal en otoño. Y en Bélgica, con elecciones el 26 de mayo, las encuestas pronostican un repunte que los llevaría a la segunda plaza, tras el partido nacionalista flamenco N-VA. También en Italia, la elección de Nicola Zingaretti como líder del Partido Democrático ha impulsado a la formación, que los sondeos sitúan todavía en tercera posición pero prácticamente alcanzando al M5S.

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Aun así, un informe del grupo de análisis Eurointelligence recuerda el peso de los factores locales en la victoria de Sánchez. “¿Quién en Europa habría pensado hace cinco o siete años que de todos los partidos socialdemócratas, el PSOE español, tan sumido en escándalos y vinculado al fracaso de la economía española, experimentaría el resurgimiento electoral de ayer [por el domingo]?”, se pregunta.

Las proyecciones para el Parlamento Europeo imponen esa prudencia. Los trabajos realizados por el Parlamento Europeo indican una victoria del Partido Popular Europeo (PPE), que pasaría de 221 a 180 diputados, seguido del grupo de los Socialistas y Demócratas, que perdería peso al pasar de 191 a 149 parlamentarios, aunque si el Reino Unido acaba celebrando finalmente comicios el grupo podría ser mayor.

Nada más conocerse los resultados en España, Timmermans lanzaba un dardo al Partido Popular en la televisión ZDF de Alemania, el país del candidato del PPE, Manfred Weber. Timmermans resumía así lo que había ocurrido con los conservadores en España: “Si tratas de echar a la extrema derecha copiándolos, acabas perdiendo”. Pero casi más elocuentes que las palabras de Timmermans fue el silencio en el PPE, en especial de Weber.

La debacle de Pablo Casado ha sido un hachazo para los populares europeos. No solo porque podrían ver mermado el grupo en el Parlamento, sino porque constatan cómo la formación queda diezmada en uno de los grandes países de la UE. Y cómo Casado, que fue uno de sus principales valedores, deberá afrontar una previsible crisis en el partido.

Alivio entre los liberales

Para rematarlo, el PPE llegará al Consejo Europeo de junio, donde se producirá previsiblemente el reparto de cargos, con solo nueve jefes de Estado y de Gobierno en la mesa, de los cuales solo uno está en el grupo de los grandes o de los fundadores, Alemania. Además, Weber tiene que convivir en sus filas con socios tan incómodos como el húngaro Viktor Orbán, a quien evitó expulsar del partido y solo le suspendió.

En esa tesitura, en cambio, no se verán los liberales de ALDE. El tercer puesto de Ciudadanos en España tras su avance en escaños y votos fue aplaudido por el presidente del grupo, Guy Verhofstadt, quien celebró también la victoria del PNV en Euskadi y que los partidos europeístas ganaran “claramente las elecciones”.

La formación, que aspira a ser decisiva en la próxima legislatura, respira también aliviada al constatar que la derecha no tiene posibilidades de gobernar gracias a un pacto con VOX, como sucedió en Andalucía. El apoyo de la extrema derecha a una coalición en la que hubiera participado Ciudadanos hubiera provocado malestar entre las filas de ALDE, en especial en el partido de Emmanuel Macron, que se propone batir al Frente Popular el día 26.

La candidata de Macron a las europeas, Nathalie Loiseau, felicitó a Ciudadanos pero avisó de que “el avance de la extrema derecha nos recuerda que en toda Europa los progresistas deben unirse”. De momento, las grandes familias europeas consideran que han parado el primer golpe pese a los más de 2,6 millones de votos logrados por VOX en España.

Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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