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El PP culpa a la “canibalización” de la derecha y pide tiempo para Casado

La dirección del partido responsabiliza a la fragmentación del voto de la debacle. El sector crítico culpa a la "derechización"

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, este lunes en Madrid.Foto: atlas | Vídeo: Chema Moya
Natalia Junquera

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, aseguró que este martes en la reunión del comité ejecutivo harán “autocrítica”, pero de momento culpa a Vox y a Ciudadanos por existir y a sus votantes por preferirles, es decir, descarga en la fragmentación del voto la responsabilidad por sus escuálidos 66 escaños. Aznar, que pidió una renovación urgente cuando el PP cayó a 123, habla de “canibalización” en la derecha. El PP tendrá que apretarse el cinturón al perder subvenciones por escaños. Y el sector crítico, apartado por Casado, quiere cambios, pero descarta una guerra interna por la proximidad del las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo.

“Hay que leer Manual de resistencia”. Lo decía este lunes, medio en broma medio en serio, un alto cargo del PP para explicar que Pablo Casado podía, como Pedro Sánchez, terminar en La Moncloa después de haber bajado a los infiernos y haber cosechado los peores resultados de la historia del partido, que en el caso del líder socialista fueron 84 diputados, y en el del popular, 66.

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El PP cierra filas con su presidente después de la debacle electoral. Tras una mañana de dudas, en las que no sabían si comparecer o no ante la prensa, finalmente, Teodoro García Egea, secretario general, ofreció una rueda de prensa que incluía un mensaje también para los habitantes de Génova: el presidente del partido se queda. “Durante los próximos cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado”, aclaró, a solo 200.000 votos de la tercera fuerza, Ciudadanos. “Este proyecto es a largo plazo. Necesita el tiempo que todo el mundo ha tenido”, añadió, aludiendo a que sus antecesores en el cargo habían ganado a la tercera.

García Egea emplazó “la autocrítica” para este martes, cuando se reúne el comité ejecutivo nacional de la formación, y descargó, como Casado el día anterior y José María Aznar esa misma mañana, toda la responsabilidad en la división del voto del centro derecha. “Es evidente que esa fragmentación iba a darle cuatro años más a Sánchez. Nosotros ofrecimos pactos preelectorales, porque los postelectorales ya vemos para qué sirven. Hoy puede haber alegría en algunas sedes, pero sin duda hay tristeza en toda España. Ir divididos a las urnas ha generado el resultado que todos estamos viendo”.

Aznar, que el 21 de diciembre de 2015, tras la pérdida de 63 escaños —hasta quedarse en 123— pidió una renovación “urgente” en el PP, presidido entonces por Mariano Rajoy, emitió este lunes un comunicado a través de su fundación, FAES, en el que responsabiliza de la catástrofe —hasta unos escuálidos 66 diputados— a la “canibalización del centro derecha” y a la “ignorancia temeraria de las reglas de juego electorales”, es decir, a Vox, a Ciudadanos y a sus respectivos votantes.

Preguntado por si además de Vox y Cs por existir, y sus votantes por preferirles a ellos, había algún responsable más de la debacle del PP, el número dos del partido contestó: “Casado lleva nueve meses. Existe una gran fragmentación política que impide comparar la etapa anterior del bipartidismo con la etapa actual, y hay 20 o 30 provincias en las que el PP se ha quedado a muy poco de conseguir el último escaño por la fragmentación del voto. Nosotros no culpamos a nadie, simplemente hacemos un análisis”.

En realidad, el bipartidismo no murió en estas elecciones, sino en las 2015, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos —que ya había hecho un intento a nivel nacional en las de 2008, con 46.313 votos—. El PP compite con la formación de Albert Rivera y la de Santiago Abascal igual que el PSOE se disputa el electorado con el partido de Pablo Iglesias y sus alianzas.

En cuanto a las provincias en las que García Egea señalaba que habían estado a punto de conseguir un diputado, los datos muestran que el escaño es mucho más caro para Vox que para los populares: 111.549 le cuesta al partido de Abascal y 66.000 al de Casado.

La cúpula popular rechaza que el giro a la derecha del nuevo líder y su estrategia de centrarse en recuperar al votante de Vox —lo que implicaba acercarse a su discurso— les haya hecho perder el centro. “El PP siempre ha representado el centro político y lo va a seguir haciendo. En Andalucía nos hemos situado en la centralidad”, afirmó el secretario general.

Pese a que una semana antes de las elecciones, desafiando a todas las encuestas, Casado hablaba de “remontada” y se creía capaz incluso de ser la primera fuerza política, fuentes de la cúpula del PP manifestaban este lunes, tras la debacle, que “podía haber sido mucho peor”, porque cuando fueron desalojados de La Moncloa por la moción de censura, “Ciudadanos estaba a punto del sorpasso” —se ha quedado a nueve diputados de distancia—.

Problema económico

Por el contrario, el sector moderado del PP, los marianistas, apartados del organigrama y de las listas, repite desde el domingo un largo “ya lo avisé”. Desde la campaña andaluza, en la que Casado comenzó a aproximarse al discurso de Vox, y como publicó EL PAÍS, representantes del marianismo señalaban el error táctico y advertían del riesgo de perder el voto del centro. El líder los fulminó en las listas electorales. Ahora reclaman cambios, pero con escaso poder orgánico, y con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina, descartan levantar los cuchillos. El Comité Ejecutivo Nacional de este martes, al que no asistirá Alberto Núñez Feijóo —tiene sesión de control en el Parlamento gallego— será una buena prueba. El partido afronta, además, problemas económicos, porque con la pérdida de 69 escaños —incluyendo en la cesta del PP a los dos de la coalición con UPN y Cs en Navarra— pierden también 112.000 euros al mes en subvenciones.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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