La investigación ordenada por Jeff Bezos concluye que Arabia Saudí le hackeó el teléfono
El asesor de seguridad contratado por el magnate para averiguar el origen de la filtración de sus mensajes afirma que fue una operación de Riad
El hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, se ha propuesto averiguar quién robó sus mensajes íntimos con su novia, y las conclusiones de su investigación apuntan a una operación política que tiene su origen en Arabia Saudí. Esta conclusión la reveló este sábado el asesor de seguridad de Bezos, Gavin de Becker, en una tribuna firmada por él y publicada en The Daily Beast. “Nuestros investigadores y varios expertos concluyen con mucha confianza que los saudís tuvieron acceso al teléfono de Bezos y obtuvieron información privada”, afirma De Becker.
Gavin de Becker es un veterano consultor de seguridad especializado en proteger a ricos y famosos. Lleva 22 años trabajando con Bezos. El pasado 9 de enero, cuando Jeff Bezos y su esposa, MacKenzie Bezos, anunciaron su divorcio, el tabloide de cotilleos The National Enquirer publicó una explosiva portada revelando que Bezos tenía una relación con una antigua presentadora de televisión de Los Ángeles llamada Lauren Sánchez. Este periódico es propiedad de American Media Inc. (AMI), la editora de David Pecker. Pecker es amigo de Donald Trump desde hace décadas y le ayudó en la campaña electoral a tapar su pasado sexual.
La información incluía fotos de la pareja y mensajes sentimentales privados entre Bezos y Sanchez. Esto motivó que Bezos, dueño de Amazon, cuya fortuna se calcula en 131.000 millones de dólares, le encargara a De Becker una investigación para llegar hasta el fondo del origen de la filtración de esos mensaje. “Bezos me dijo: ‘Gasta lo que sea necesario’ para encontrar a los implicados en la trama”, afirma De Becker en el texto publicado hoy.
Esa investigación ha concluido y el hombre de seguridad de Bezos apunta a Arabia Saudí y al príncipe heredero, Mohamed Bin Salman (conocido como MBS), un poderoso actor en Oriente Próximo al que se le atribuyen los esfuerzos de la monarquía saudí por moderar sus tradiciones más férreas y mejorar su imagen exterior. “No llegamos a nuestras conclusiones a la ligera”, dice De Becker. Las fuentes de la investigación incluyen, dice, “actuales y pasados ejecutivos de AMI”, “expertos de espionaje de alto nivel en Oriente Próximo”, “expertos en ciberseguridad que han seguido el espionaje informático saudí”, “actuales y pasados asesores del presidente Trump”, “informantes saudíes”, “gente que conoce personalmente” a MBS, “gente que trabaja con su socio Saud Al Qahtani”, así como disidentes saudíes.
De Becker comienza diciendo que desde el principio le pareció extraño el interés que tenía American Media Inc en dirigir las sospechas hacia Michael Sanchez, el hermano de Lauren Sanchez. Fuentes anónimas señalaron desde el principio en los medios a este personaje, un agente artístico de Hollywood conocido por ser un ferviente trumpista. El pasado día 19, The Wall Street Journal afirmó que el National Enquirer había pagado 200.000 dólares a Sanchez por los mensajes de su hermana con el magnate. En las pocas veces que ha hablado en prensa, Sanchez ha negado ser la fuente de los mensajes. Afirma que el Enquirer se dirigió a él para pagarle por la historia, no al revés, lo cual refuerza la idea de que la revista lo sabía de antes por otra fuente.
De Becker afirma en su tribuna este sábado que ha entregado las conclusiones de su investigación a las fuerzas de seguridad y que no va a decir nada más sobre el asunto.
El propio Bezos ya había apuntado a la corona saudí en un mensaje público en el que denunció que AMI estaba intentando extorsionarle. Cuando la investigación empezó a dejar caer que estaba mirando la posible conexión saudí, explicaba Bezos, le contactaron de la editora para exigirle que dijera públicamente que no había ninguna motivación política. La amenaza era que publicarían imágenes de su teléfono que se habían dejado fuera de la historia inicial, entre ellas fotos sexuales. Bezos denunció el supuesto intento de chantaje públicamente. Las fotos nunca se han publicado. Según Bezos, la posible conexión saudí inquietaba especialmente a los editores del Enquirer.
Además de presidente de Amazon, Jeff Bezos es el dueño de The Washington Post. Desde el inicio de su presidencia, Donald Trump ha atacado al Post acusándolo de mentir y de ser parcial en su contra. El pasado mes de octubre, un colaborador habitual del diario, el periodista saudí Jamal Khashoggi, fue asesinado y descuartizado dentro de la Embajada saudí en Turquía. La investigación posterior apunta directamente a que matones de la corona saudí lo ejecutaron por orden directa del príncipe heredero. A pesar de que los propios servicios de espionaje de EE UU apuntan al régimen saudí, Donald Trump dijo que creía la versión exculpatoria del príncipe. El Post lideró la cobertura mundial en este asunto, que ha embarrado gravemente la imagen exterior del príncipe Bin Salmán.
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