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BEN RHODES | Consejero adjunto de Seguridad Nacional en el Gobierno de Obama

“Una intervención militar de EE UU en Venezuela no sería buena idea”

El excolaborador del último presidente demócrata advierte de los peligros que conllevan la retirada de EE UU del INF o la crisis en Caracas

Paula Chouza
Ben Rhodes, el lunes pasado en Madrid.
Ben Rhodes, el lunes pasado en Madrid. Julián Rojas
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Editorial | 'Escalada peligrosa'

Ben Rhodes (Nueva York, 1977) considera que todavía hay margen de maniobra para rectificar las políticas de Trump. “El progreso no avanza en línea recta”, le dijo a Barack Obama la noche electoral de noviembre de 2016. Consejero adjunto de Seguridad Nacional y estrecho colaborador del primer presidente afroamericano de EE UU, el hombre que fue contratado en 2007 para escribir los discursos de su campaña confía en que el demócrata no se convierta en “una rara excepción” dentro de la historia. Rhodes, que presenta esta semana en Madrid su libro El mundo tal y como es (Editorial Debate), un relato personal de sus años junto al presidente en la Casa Blanca, define durante esta entrevista la política exterior de Trump como “aislacionista y beligerante”, llama al presidente “matón” y advierte de los peligros que conllevan la retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) o la crisis abierta en Caracas.

“Tenemos que tomarnos muy en serio la posibilidad de una intervención militar en Venezuela, porque el círculo que rodea al presidente, como John Bolton [consejero de seguridad nacional], siempre está a favor de la intervención”, asegura Rhodes. “No soy admirador de Maduro y las últimas elecciones pudieron ser fraudulentas, pero a la vez, al reconocer a Guaidó como presidente, Trump está creando la sensación de que más que un cambio democrático, lo que quiere es un cambio de régimen. No creo que la intervención militar sea buena idea por varias razones: Venezuela es un país grande y complejo, la historia de las intervenciones de EE UU en Latinoamérica es muy negativa e incluso si Maduro se va, ese no es el final de la historia. Podríamos encontrarnos una situación de caos durante un tiempo con un Gobierno que carezca de legitimidad a ojos de la gente, al parecer impuesto por EE UU. Soy más partidario de una solución diplomática con la que se busque llegar a unas elecciones”.

El pasado 1 de febrero, EE UU anunció su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), el primer acuerdo de desarme firmado en 1987 durante la Guerra Fría y que ha contribuido a alejar de Europa los misiles de rango corto y medio. “Corremos el riesgo de empezar una nueva carrera armamentística nuclear, y el peligro de eso va más allá de Rusia”, afirma el experto en seguridad. “China podría empezar a desarrollar nuevas armas nucleares y entonces otros países querrán tenerlas también amparándose en su propia seguridad. Abandonar estos tratados provocará la propagación de las armas nucleares. Rusia violó el tratado, pero esa no es la razón por la que EE UU anuncia su salida”. Para entender el verdadero motivo hay que mirar de nuevo a John Bolton, afirma. “Siempre ha sido hostil al control de armas. El Gobierno de George W. Bush dejó el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM) cuando Bolton estaba ahí. Trump quiere desmantelar toda la infraestructura de tratados internacionales construido durante décadas y ese es un proyecto muy peligroso que convierte las elecciones de 2020 en una cita muy importante. Si Trump es derrotado existe aún la posibilidad de preservar el sistema internacional actual”.

Rhodes define la política exterior de Trump como una mezcla de “aislacionismo y beligerancia”. “Él se retira de los acuerdos y luego trata de enfrentarse a China para obtener lo que quiere de China, por ejemplo. Lo que más me preocupa es que en la historia mundial, este enfoque siempre ha llevado al conflicto”.

Ben Rhodes, el pasado lunes en Madrid.
Ben Rhodes, el pasado lunes en Madrid.J. R.
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En la misma línea, el Gobierno de EE UU rompió en mayo de 2018 el pacto nuclear con Irán. En las últimas semanas, el vicepresidente Mike Pence ha presionado a los principales líderes europeos para que se pongan del lado de EE UU. “Europa está haciéndolo bien. Lo que intentan las potencias de la UE es mantener a Irán dentro del acuerdo los próximos dos años y esperar a que el nuevo presidente de EE UU vuelva a entrar. El riesgo de hacerle caso a Trump, como el matón que es, es que primero pide que rompamos el acuerdo y después podría llamar a una guerra con Irán. El problema es que dos años son mucho tiempo y si Trump no es capaz de aprobar leyes en EE UU porque los demócratas controlan el Congreso, si se encuentra bajo el ataque político en su propia casa, podría tratar de empezar una guerra para cambiar la conversación allí y claramente Venezuela e Irán son dos países que están en peligro de ser seleccionados por él para iniciar un conflicto militar”.

En sus memorias, Ben Rhodes pasa de puntillas sobre el papel de Obama en el referéndum del Brexit en junio de 2016. “Vimos el enorme problema que suponía la salida de Reino Unido de la Unión Europea”, afirma. “Le preguntamos a Cameron qué podíamos hacer para ayudar y él dijo: vengan. Obama era popular allí y querían nuevas voces para apoyar la campaña por la permanencia en la Unión. El primer ministro nos confesó que durante años él y otros políticos en Reino Unido y en Europa vieron fácil culpar de los problemas a Bruselas. Y eso, a lo largo de los años, menoscabó el apoyo a Europa en muchos países. Creo que la campaña del Brexit fue construida sobre muchas mentiras, igual que la de Trump: Podemos dejar Europa y aun así seguir teniendo ciertos beneficios, los mismos acuerdos comerciales o un sistema de salud que funcione mejor. El lema del Brexit era “recuperar el control” igual que el de Trump era “hagamos que América vuelta a ser grande”, en ambos casos, regresar a un pasado mejor. Y ahora, como resultado de las mentiras sobre las que se construyó el Brexit es imposible para Theresa May llegar a un acuerdo. No hay forma de reconciliar la realidad con las promesas que se hicieron”.

Para Rhodes, el muro que el presidente de Estados Unidos planea construir en la frontera con México no solo representa lo contrario a Obama, la exclusión, sino que además es innecesario. “La inmigración ilegal en EE UU ha estado cayendo los últimos diez años, así que es una crisis creada por Trump. En lugar de construir muros deberíamos estar tratando de ayudar a El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, mejorar la situación de esa gente que decide recorrer miles de kilómetros por la violencia y la falta de oportunidades en sus países”.

Como estrecho colaborador de Obama, Rhodes participó en las negociaciones secretas para el deshielo con Cuba llevando a cabo reuniones con Alejandro Castro, el hijo del presidente Raúl Castro. Hoy observa con “frustración” el retroceso protagonizado por Trump, pero confía de nuevo en que las presidenciales de 2020 reviertan la situación. “Si uno mira las últimas elecciones en EE UU, no solo ganaron los demócratas, sino que la gente que ganó, se parece a Obama. Los congresistas demócratas que entraron son más jóvenes, más diversos y más progresistas”. Sus dos apuestas para medirse a Trump son Kamala Harris [senadora por California] y Beto O'Rourke [congresista por Texas], políticos que “representan el cambio y pueden movilizar el voto joven”. A la pregunta de si trabajaría para ellos responde que sí. “Volvería a formar parte del Gobierno de EE UU aunque solo sea porque se va a necesitar a mucha gente para limpiar todo este desastre, Trump está siendo como una bola de demolición”.

Obama y Ben Rhodes, en el despacho Oval en septiembre de 2014 .
Obama y Ben Rhodes, en el despacho Oval en septiembre de 2014 .Casa Blanca

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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