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Londres y Bruselas acercan posiciones para salvar el acuerdo del Brexit

Juncker y May discuten las garantías para asegurar el carácter temporal de la salvaguarda de Irlanda con una breve prórroga encima de la mesa

Juncker y May, este jueves antes de reunirse en Bruselas.
Juncker y May, este jueves antes de reunirse en Bruselas. Olivier Matthys (AP)

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, acercaron este miércoles posiciones en la reunión que ambos mantuvieron en Bruselas. En un comunicado conjunto, ambos mandatarios detallaron que la discusión se centró en las garantías que podrían darse para asegurar el "carácter temporal" de la salvaguarda (o backstop, en la jerga de los negociadores) que impida la división de la isla de Irlanda. Al respecto, ambos reiteraron su compromiso de evitar una "frontera dura" y de respetar la "integridad" del mercado interior de la UE y de Reino Unido.

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El encuentro era el enésimo intento para dar un la fórmula que permita al Parlamento británico aprobar el acuerdo de salida de Reino Unido de la UE. Antes de la reunión, Juncker compareció ante los medios con motivo de la visita el presidente de Eslovenia, Borut Pahor. En tono jocoso, señaló una tirita que llevaba en el rostro y aclaró que se había cortado afeitándose. "Lo digo para que nadie piense que me lo ha hecho Theresa May", aclaró.

Por el tono del comunicado, la reunión no llegó a esos extremos. Culminó sin acuerdo, instaron a sus equipos negociadores a seguir trabajando y acordaron hablar de nuevo antes de que acabe este mes. Sin embargo, el tono fue de acercamiento. La primera ministra, según el comunicado, tomó nota de la posición de los Veintisiete y acogió el papel que podrían tener en el futuro los "acuerdos alternativos" para reemplazar el backstop. En declaraciones a la BBC, May destacó los progresos y anunció que el secretario de Estado para el Brexit y el fiscal general acudirán el jueves a Bruselas para seguir con las conversaciones.

Mañana llegará también a la capital comunitaria el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, para entrevistarse con el negociador jefe de la UE, Michel Barnier. La aceleración de los contactos a tres bandas denota la premura de tiempo (apenas quedan 37 días para el Brexit) y el creciente riesgo de llegar al plazo límite sin un acuerdo de salida.

Las dos partes mantienen la esperanza de alcanzar un pacto que evite que el 29 de marzo se produzca un Brexit brutal y sin acuerdo. El calendario, sin embargo, hace ya contemplar una prórroga del Brexit, más allá del 29 de marzo, para que Londres pudiera aprobar las normas (hasta siete leyes) necesarias para consumar la salida.

Fuentes comunitarias señalan que la hipótesis de trabajo ya gira sobre una prolongación que, como mínimo, pudiera conceder el tiempo mínimo necesario para completar los trámites legislativos en Londres. Bruselas insiste, sin embargo, en que la prórroga solo será posible si hay garantías de que el acuerdo de salida será aprobado, lo que requeriría, según las fuentes comunitarias, un acuerdo entre el gobierno de May y la oposición.

May ha indicado este miércoles su intención de someter el acuerdo del Brexit a votación en el Parlamento británico "cuando sea posible". Londres apuntaba hasta ahora a un voto en torno al 26 o 27 de febrero. Pero incluso si se aprobara ese día el acuerdo de salida, la prórroga podría resultar inevitable para completar la legislación necesaria.

Bruselas y Londres retomaron la negociación después de que los parlamentarios británicos rechazaran por abrumadora mayoría el texto pactado por May con los 27 países de la UE. May confía en arrancar ciertas garantías sobre el carácter temporal de la llamada salvaguarda irlandesa, incluida en el acuerdo de salida para garantizar que, pase lo que pase con el Brexit, no se establecerá una frontera dura entre Irlanda del Norte (territorio británico) e Irlanda (socio de la UE).

La UE se muestra dispuesta a ofrecer garantías adicionales de que no tiene intención de perpetuar la salvaguarda. Esas garantías podrían incorporarse al acuerdo de salida, y tener una fuerza legal similar. Pero Bruselas subraya que en ningún caso admitirá poner una fecha de caducidad a la salvaguarda ni que Londres pueda cancelarla de manera unilateral.

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