Las claves del tratado franco-alemán: política exterior común y acciones militares conjuntas
Macron y Merkel anuncian también el establecimiento de una zona económica y compromisos medioambientales
El Tratado de Aquisgrán ocupa 16 páginas en su versión alemana, que contiene 28 artículos. Más allá del marcado carácter simbólico del acuerdo, el texto contempla objetivos y medidas concretas. Estos son los principales puntos del acuerdo franco-alemán firmado el martes en Aquisgrán:
- Unión Europea. Aparece en el primer capítulo, en el que se dice que “los dos Estados profundizarán su cooperación en política europea”. Defenderán además una “política exterior y de seguridad común eficaz y fuerte y reforzarán y profundizarán la unión económica y monetaria”. Promoverán “la convergencia económica, fiscal y social”.
Berlín y París mantendrán consultas periódicas a todos los niveles, con el fin de establecer posiciones comunes.
- Paz, seguridad y desarrollo. La cooperación en política exterior, de defensa y seguridad común y de desarrollo tendrá como fin “reforzar la capacidad de acción autónoma de Europa”. Ambos países se prestarán “ayuda y asistencia por todos los medios disponibles, incluida la fuerza armada, en caso de agresión contra uno de sus territorios”. Se comprometen también a “reforzar la capacidad de acción de Europa y a invertir conjuntamente”. Las fuerzas armadas de ambos países cooperarán con el fin de “instaurar una cultura común y de efectuar despliegues conjuntos”. Habrá además posiciones comunes en materia de exportación de armas que afecten a proyectos comunes. Instituyen el consejo franco-alemán de Defensa y Seguridad para pilotar los compromisos.
Los ministros de Exteriores y las legaciones diplomáticas también cooperarán y habrá intercambios regulares “incluidos en el seno de las representaciones permanentes ante Naciones Unidas, y en particular entre los equipos del Consejo de Seguridad, la OTAN o la Unión Europea". Los dos Estados “coordinarán estrechamente sus posiciones” en la ONU en el marco de “un esfuerzo de mayor concertación” entre los Estados de la UE, con la idea de promover los compromisos europeos en el seno de la organización multilateral.
Berlín y París consideran además “prioritaria" la admisión de Alemania como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
- Cultura, educación, investigación y movilidad. Establecen el intercambio de jóvenes y lingüísticos, así como la creación de institutos culturales integrados y el reconocimiento mutuo de diplomas.
- Cooperación regional y transfronteriza. Con la idea de facilitar la vida a los ciudadanos que viven en territorios transfronterizos, se comprometen a realizar inversiones en proyectos de transporte —en especial trenes y carreteras—, energía, sanitarios y ambientales entre otros. Se adoptarán además las medidas jurídicas y administrativas necesarias. Ambos países se comprometen a respetar “normas estrictas del derecho del trabajo, la protección social, salud y seguridad laboral y ambiental”.
- Medio ambiente y economía. Reforzarán los procesos multilaterales medioambientales y la transición energética. Con proyectos comunes. Ambos países profundizarán la integración de sus economías con el fin de establecer “una zona económica franco-alemana con reglas comunes”. Para ello, se armonizarán las legislaciones, principalmente en derecho mercantil en busca de la “convergencia” de ambas economías. Constituyen además un “consejo franco-alemán de expertos económicos que deberán presentar a los Gobiernos sus recomendaciones".
Para evaluar todos estos compromisos, el tratado establece la celebración de reuniones entre ambos Gobiernos y la elaboración de un programa plurianual de proyectos.
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