Temer invita a Bolsonaro a la cumbre del G20 en Argentina
El encuentro, a final de mes en Buenos Aires, puede ser el escenario del primer encuentro entre el ultra brasileño y Trump
El presidente brasileño en funciones, Michel Temer, ha invitado a Jair Bolsonaro, su homólogo electo, a la cumbre del G20 que tendrá lugar a finales de mes en Buenos Aires. Si el ultraderechista, que en enero tomará posesión como jefe de Estado de la mayor economía latinoamericana, acepta este gesto de buena voluntad del Gobierno que le precede, tendrá en la capital argentina un estreno diplomático de primera línea.
Si acepta, Bolsonaro se enfrentaría a una serie de encuentros más o menos incómodos a la vista de las declaraciones que ha dado en los últimos meses. Se encontraría al presidente argentino Mauricio Macri, a quien ha desconcertado diciendo que Mercosur no será la prioridad de su Administración y anunciando que su primer viaje al extranjero será a Chile y no a Argentina. El presidente chileno, Sebastián Piñera, alabó hace un mes —entre la primera y la segunda vuelta de las presidenciales brasileñas— la política económica ultraliberal que propone Bolsonaro.
El ultraderechista también podría conseguir la fotografía que más anhela: junto a Donald Trump. Pretende buscar una relación especial con Estados Unidos. El magnate republicano y su Administración lo han recibido con entusiasmo. En el pasado jueves, el consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo que Bolsonaro y el conservador Ivan Duque, presidente de Colombia, son "líderes con ideas afines en países clave".
Roces con China y Egipto
Bolsonaro aún no ha anunciado quién será su canciller y en los círculos diplomáticos de Brasil —uno de los brazos más tradicionales del Estado brasileño—, hay cierta preocupación de que lo haga lo antes posible para contener los daños que se pueda a hacer a socios internacionales durante la transición. El mandatario electo ha emitido declaraciones contradictorias. La incertidumbre preocupa a Buenos Aires porque el Mercosur se encuentra en negociaciones con la Unión Europea para un acuerdo de libre comercio. Habrá un nuevo encuentro para abordar el tema antes del fin de año y el panorama es complicado no solo por la transición en Brasil: también por los lobbies proteccionistas en Europa y de algunos sectores.
Con China, la conversación ha sido, hasta ahora, áspera y con idas y venidas. Bolsonaro cuestionó en campaña las cuantiosas inversiones del gigante asiático en Brasil, aunque ha dicho que quiere aumentar el comercio. Pekín supone el mayor superávit de la balanza comercial brasileña, de la orden de 20.000 millones de dólares.
Jair Bolsonaro también irritó al mundo árabe cuando anunció que quería emular a Trump y trasladar la embajada de Brasil en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén. Poco después del anuncio, Egipto suspendió una misión comercial encabezada por el actual canciller Aloysio Nunes y Bolsonaro anunció el pasado martes que la decisión del cambio de la embajada "aun no está tomada".
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