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Gobierno y oposición siria respaldan el acuerdo sellado por Rusia y Turquía

Damasco asegura que el pacto pondrá a prueba la influencia de Ankara sobre Idlib mientras que los líderes en el exilio celebran una victoria contra El Asad

Tanto el Gobierno de Bachar el Asad como los opositores sirios en el exilio han respaldado el acuerdo anunciado este lunes por los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Ambos mandatarios cerraron con optimismo la reunión que durante cuatro horas mantuvieron en Sochi y a cuyo término anunciaron la creación de una zona de desmilitarización en Idlib, última provincia insurrecta siria y hogar para cerca de tres millones de civiles. Alejado el escenario de una ofensiva militar por parte del Ejército regular sirio, los líderes de oposición han festejado el pacto como una victoria y cerrado filas detrás de Ankara. Por su parte, Damasco ha dado la bienvenida al acuerdo, pero reiterado que sigue decidido a recuperar “hasta el último centímetro del territorio nacional”.

Civiles sirios protestan contra el Gobierno de El Asad, este lunes en Binnish (Idlib).
Civiles sirios protestan contra el Gobierno de El Asad, este lunes en Binnish (Idlib).OMAR HAJ KADOUR (AFP)

“El acuerdo va a poner a prueba las habilidades de Turquía a la hora de implementar esta decisión”, fueron las palabras del embajador sirio en Beirut, Ali Abdel Karim, en una entrevista con el canal de televisión libanés Al Jadeed. Karim hace referencia al punto del acuerdo en el que Ankara se ha comprometido a que las facciones insurrectas entreguen las armas pesadas antes del 10 de octubre en una zona de desmilitarización de hasta 20 km de ancho que será posteriormente controlada por patrullas conjuntas de las policías rusa y turca.

“Se ha paralizado la ofensiva, pero no por ello se cancelarán las operaciones militares necesarias para alejar el peligro que suponen los grupos terroristas afincados en zonas estratégicas”, ha matizado desde Damasco, y amparado por el anonimato, un oficial del Ejército regular sirio. El militar cita emplazamientos como Jisr al Shugur, en el sur de la provincia de Idlib, que en 2015 sirvió de plataforma para la ofensiva lanzada por grupos armados insurrectos y mediante la cual lograron arrebatar la provincia a las fuerzas gubernamentales.

Durante las últimas semanas, Damasco ha enviado refuerzos a sus tropas apostadas a las puertas de Idlib, fronteriza con la costera provincia de Latakia y feudo alauí. Irán, firme aliado de El Asad, dio este martes su visto bueno al acuerdo.

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La provincia de Idlib —unos 6.000 kilómetros cuadrados— representa el 10% del territorio nacional sirio y es la única de las 14 provincias que escapa hoy al control de El Asad, cuyas tropas han acumulado victorias recientemente gracias al apoyo de las alas rusas y las botas iraníes. Hasta 30.000 combatientes de heterogéneos grupos armados han acabado en este último bastión rebelde fronterizo con Turquía a base de rendiciones y evacuaciones. Un tercio de ellos pertenecen a Tahrir al Sham, coalición yihadista liderada por la rama local de Al Qaeda, que controla el 60% del territorio de Idlib.

Más entusiastas se han mostrado los líderes opositores sirios desde el exilio, para los que Idlib representa su última baza en tierra con la que presionar a la comunidad internacional en pro de un cambio político en Siria. “Esta área seguirá en manos del Ejército Libre Sirio y forzará al régimen y a sus seguidores a entablar un proceso político serio que ponga fin al poder de El Asad”, celebró este martes el portavoz del la Comisión de Negociación Siria (CNS), Yahia Al Aridi, en declaraciones recogidas por Reuters.

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“Supone una importante victoria de la diplomacia turca tanto en la batalla política como en la guerra psicológica y mediática que libra el régimen”, valora por su parte en conversaciones de WhastApp Nayi Abu Huzaifa, portavoz del Frente Nacional para la Liberación y paraguas recién creado por Ankara que agrupa a las facciones armadas insurgentes de Idlib. “Estamos esperando más detalles sobre la implementación del pacto”, ha agregado.

“El acuerdo puede salvar muchas vidas civiles aunque desconfiamos bastante de Irán y Rusia a la hora de respetar el acuerdo”, advierte en una conversación telefónica Mohamed Alush, antiguo líder de la milicia islamista Jeish al Islam y miembro de la CNS. Si bien Ankara y Moscú coinciden en "acabar con las facciones terroristas" en Idlib y en crear una zona tapón entre fuerzas regulares e insurrectas sirias, no han desvelado los pasos concretos los que implementar el impreciso plan. Tampoco han aclarado en qué se diferencia sobre el mapa este acuerdo del alcanzado un año atrás entre Irán, Rusia y Turquía por el que se creó una zona de distensión en Idlib.

Los civiles de Idlib han recibido el acuerdo con alivio tras protagonizar varios días de protestas contra el Gobierno de Damasco. Pero no por ello han dejado de “cavar refugios y fabricar máscaras de gas caseras”, aseguran los activistas locales por si los tambores de guerra vuelven a retumbar sobre sus cabezas.

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