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Europa da al Aquarius otra solución excepcional para un barco con migrantes y sin puerto

La Comisión y las ONG reclaman un sistema estable de acogida de los rescatados en alta mar

Naiara Galarraga Gortázar
Un grupo de migrantes en el acuerdo este martes.
Un grupo de migrantes en el acuerdo este martes. GUGLIELMO MANGIAPANE (REUTERS)

España, Francia, Alemania, Portugal, Luxemburgo y Malta han logrado dar una solución puntual a un caso puntual. El acuerdo político para resolver la última crisis del Aquarius incluye a 205 migrantes rescatados en alta mar en los últimos días: los 141 rescatados por este barco humanitario y el resto (64) recogidos por Malta. En vista de que resolver su destino ha requerido varios días de negociaciones a muchas bandas entre mandatarios de seis países de la UE y la Comisión Europea podría parecer que es un número abultado pero en realidad son menos de la mitad de las 525 personas que arribaron a las costas de Andalucía este lunes. Europa ha ido improvisando, colocando parches, desde que Italia rompió la baraja a principios de junio al vetar la entrada a puerto al Aquarius después de haber recibido a 600.000 migrantes llegados por mar desde 2014.

El ministro del Interior italiano, Matteo Savini, se felicitó de que fueran a otros países porque, tuiteó, "ta hemos hecho suficiente". 

Esta misma mañana el Aquarius ha solicitado oficialmente a España, Francia y Grecia que le ofrecieran un puerto seguro, según la bitácora que lleva, tras el no inicial de Malta y el definitivo de Italia. Las ONG que lo operan supieron de esta solución compartida por los periodistas que asistían a la rueda de prensa que había convocado en París, informa Silvia Ayuso.

La solución está inspirada en la del Lifeline, un barco de la ONG alemana Seenotrettung que tuvo que esperar seis días con 238 personas a bordo a que Malta le permitiera atracar a finales de junio. El Gobierno maltés solo aceptó una vez ocho países europeos se ofrecieron a acoger a parte. La Valeta recalca en su comunicado que acepta "la entrada del barco en su puerto, pese a no tener la obligación legal de hacerlo" y como contrapartida ha logrado que entren en el grupo a distribuir 64 de los 114 migrantes que socorrió el lunes. Malta, una isla de poco más de 400.000 habitantes, se escuda en discrepancias legales con Italia y en su falta de medios para rechazar la acogida de africanos.

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Y los rescates en el Mediterráneo se han convertido en uno de los campos más visibles de esta batalla mientras se multiplican las voces que reclaman un sistema estable para gestionar las llegadas irregulares por mar. “No podemos andar aquí de solución ad hoc en solución ad hoc cuando un buque está a la deriva en el Mediterráneo", ha declarado este martes el ministro del Interior de Portugal, Eduardo Cabrita. El comisario de inmigración europeo, Dimitris Avramopoulos, ha insistido en esa línea: “Necesitamos soluciones sostenibles. Esto no es responsabilidad de uno o de unos pocos Estados miembros solamente, sino de la Unión Europea en su conjunto", ha insistido, informa Álvaro Sánchez desde Bruselas. Es precisamente lo que diversas ONGs reclaman a los líderes políticos desde que el nuevo Gobierno populista y xenófobo de Italia decretó de un día para otro que ni un solo migrante náufrago entraría a su territorio a bordo de un barco humanitario.

Que el puerto elegido para el desembarco sea Malta es una buena noticia para SOS Mediterranée, que opera el Aquarius junto a Médicos Sin Fronteras. Su director de operaciones, Frederic Penard, recalcó que es “eficaz” y conforme a las normas internacionales, que dictan que sean desembarcados en el puerto seguro más cercano que sea posible, informa Silvia Ayuso desde París. El barco tardaría unas cinco horas en alcanzar La Valeta. El Aquarius y el Open Arms han tenido que abandonar la zona de rescate durante días para desembarcar a su pasaje en España.

Los pasajeros del Aquarius son esta vez especialmente vulnerables. La mitad de los rescatados en dos pateras el viernes son menores no acompañados (varones y mujeres) y dos tercios proceden de Eritrea y Somalia, que con Siria son los países a cuyos ciudadanos es más probable que Europa conceda asilo, según los datos de Eurostat.

Aunque las entradas irregulares a la Unión Europea son las más bajas de los últimos años (no así en España, que se ha convertido en la principal puerta de entrada) el debate migratorio está en uno de los momentos más agrios desde que un millón largo de personas desembarcaron en un solo año (2015). Los defensores de las políticas más duras ante la inmigración han ganado peso con cada elección.

La amenaza de Gibraltar

La amenaza de Gibraltar de retirarle la bandera al Aquarius ha tomado por sorpresa a SOS Méditerranée, que dice ver “intereses políticos” tras la decisión. No se entiende la maniobra, dijo, porque desde junio había un diálogo fluido con las autoridades gibraltareñas y el barco siempre ha cumplido las normas. “No hay razón alguna concreta y objetiva de parte de las autoridades de Gibraltar de hacerle reproche alguno al Aquarius”, sostuvo en París Penard. La ONG subrayó que la amenaza aún no es efectiva y dijo esperar poder revertirla. Si no, tendrá que buscar rápido otra bandera, probablemente la alemana, porque no puede operar sin pabellón.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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